Día mundial de la salud: la inocuidad de los alimentos

07 Abr 2015
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Este año el Día Mundial de la Salud está dedicado a la inocuidad de los alimentos, un aspecto muy importante en la alimentación y que damos por hecho, pero siempre hay aspectos que podemos tener en cuenta para no descuidar la seguridad alimentaria y que lo que comemos sea seguro, nutritivo y saludable.

La importancia de la inocuidad alimentaria

Afortunadamente en la actualidad contamos con muchas medidas que aseguran la salubridad de los alimentos, sobre todo en los procesos desde que se recolectan los alimentos hasta que llegan al supermercado. Entidades como la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) o la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria (AECOSAN) velan porque los alimentos que lleguen a nuestra mesa sean seguros mediante leyes y medidas que regulan la industria alimentaria.

Aún así, sigue habiendo más de dos millones de muertes al año en todo el mundo a causa de la insalubridad de los alimentos. Virus, bacterias, parásitos y sustancias químicas pueden contaminar los alimentos, haciéndolos peligrosos para su consumo.

Siendo conscientes de que la inocuidad de los alimentos evita enfermedades e incluso la muerte, podemos en el día a día aplicar ciertas medidas en el supermercado y en casa para asegurar que esa inocuidad de los alimentos no se pierda una vez que estos llegan a nuestras manos.

Consejos de seguridad alimentaria en casa

Una vez que introducimos los alimentos en casa, tanto en su conservación, preparación o cocinado, debemos mantener esa cadena de seguridad alimentaria. A continuación podemos ver algunas medidas de prevención para asegurar la inocuidad de los alimentos:

  • Lavarse bien las manos antes y después de tocar y cocinar los alimentos. Es importante tener una buena higiene de manos antes, sobre todo si estamos resfriados o acabamos de ir al aseo.
  • No utilizar los mismos cuchillos o utensilios de cocina para alimentos crudos y cocinados. Intentar siempre poner a lavar los utensilios de cocina después de preparar los alimentos y, en la mesa, utilizar cubiertos limpios. Igualmente, no utilizar el mismo cuchillo por ejemplo para preparar una carne y un pescado. Es recomendable lavar los utensilios de cocina una vez que acabamos con un alimento.
  • Cuando guardamos los alimentos o los platos cocinados, debemos intentar guardarlos en envases cerrados y separados. Tanto en el frigorífico como en la despensa, debemos intentar que no haya contacto entre alimentos frescos (sobre todo carnes y pescados) y preparados.
  • Asegurarnos de que la temperatura de refrigeración y congelación del frigorífico es la correcta. Al igual, leer en las etiquetas de los alimentos si estos necesitan refrigeración, congelación o cómo hacer un buen almacenaje.
  • No es recomendable congelar un alimento o preparación que ya ha sido descongelada anteriormente. Es decir, descongelar y consumir.
  • Fijarnos en la fecha de consumo preferente o fecha de caducidad, para evitar comer alimentos en mal estado. Podemos hacer una rotación de alimentos, poniendo en primer lugar en el frigorífico, congelador o despensa, aquellos alimentos que vayan a caducar o que haya que consumir antes.
  • Debemos lavar de forma habitual delantales, bayetas y paños de cocina, sobre todo si han estado en contacto con alimentos crudos como carne y pescado.

Elegir alimentos de forma segura en el supermercado

Cuando vamos a comprar alimentos, lo primero de todo es asegurarnos de que el establecimiento está autorizado por los Servicios de Salud Pública.

Se da por hecho que los alimentos como conservas o no frescos, cuentan con toda la seguridad alimentaria. No obstante debemos, por ejemplo en las conservas, fijarnos en que la lata o envase  no esté abombado o roto y que la fecha de caducidad tiene un margen de seguridad para nuestro consumo.

Con respecto a los alimentos frescos como carnes y pescado, la vista es la mejor forma de comprobar su inocuidad. Pregunta también en el establecimiento si los alimentos son frescos del día, cómo es recomendable conservarlos o si hay que consumirlos en un espacio corto de tiempo.

Consejos para un conservado seguro de los alimentos

  • Evitar almacenar alimentos que estén en contacto con el suelo, sobre todo si no contienen envase.
  • Los alimentos no deben almacenarse en la misma zona o cerca de los productos de limpieza. Debe de haber una separación clara entre alimentos y productos químicos.
  • Desecha los envases que has utilizado para guardar alimentos y no los uses para guardar otro tipo de productos. Por ejemplo, una botella de agua para guardar lejía o similar. Muchas intoxicaciones se deben al error de consumir sustancias tóxicas al creer que son alimentos.
  • Se recomienda no descongelar los alimentos a temperatura ambiente. Saca el día de antes el alimento congelados y déjalo descongelar dentro del frigorífico.
  • Al congelar los alimentos, hazlo en envases bien diferenciados y colocándolos en los espacios habilitados para ello en el congelador.

 

Consejos para el cocinado seguro de los diferentes alimentos

  • Como ya hemos dicho, hay que lavarse bien las manos antes de empezar a cocinar o tocar los alimentos.
  • Lavar las verduras, frutas y hortalizas con agua a chorro. También se puede utilizar un recipiente con agua con una gota de lejía para asegurarnos de la limpieza de este tipo de alimentos.
  • Los alimentos o platos que ya hayan sido cocinados, debemos recalentarlos a fondo, para asegurarnos de su seguridad bacteriana. Se aconseja alcanzar los 72ºc al calentar los platos o alimentos ya preparados. En preparaciones líquidas como sopas o guisos, debemos asegurarnos de que hiervan.
  • Un cocinado a menos de 60ºc no asegura la seguridad bacteriana. Puede ser útil tener en la cocina un termómetro para alimentos, sobre todo para carnes y pescados.
  • No utilices la misma sartén u olla para cocinar diferentes tipos de alimentos.
  • Los alimentos que ya han sido cocinados es preferible no dejarlos a temperatura ambiente por más de dos horas.
  • El huevo es un alimento muy delicado con respecto a la seguridad alimentaria. Todo plato que incluya huevo debe consumirse lo antes posible tras su preparación y, en caso de querer conservarlo, hacerlo en el frigorífico y consumir lo antes posible, sin dejar que pasen muchas horas.
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