El turrón, algo más que un dulce navideño

Aunque cada año aparecen nuevas variedades, los turrones con denominación de origen como el de Jijona (blando) y el de Alicante (duro) son los que nunca faltan en una mesa navideña. De los turrones sabemos que, en general, son dulces muy calóricos, pero, al margen de esto, vale la pena hacer un pequeño repaso de su valor nutricional.
¿Qué saber sobre el valor nutricional del turrón?
En general, aun siendo diferentes en consistencia, el turrón de Jijona y el de Alicante tienen una composición similar, pues comparten ingredientes como la miel, las claras de huevo, la almendra y otros frutos secos. Por tanto, se puede decir que se trata de un alimento muy nutritivo. La miel aporta hidratos de carbono, fuente de energía inmediata que se complementa con el contenido en proteínas y grasas del huevo y los frutos secos respectivamente. Dependiendo de la calidad de los ingredientes y otras variantes, en general ambos tipos de turrón presentan:
- 35- 45% de carbohidratos
- 12-15% de proteínas
- 30-34% de grasas
Señalar que la fracción grasa de estos turrones tradicionales no contiene colesterol, y en su mayor parte se trata de grasa monoinsaturada, proporcionada básicamente por los frutos secos. El ácido oleico es el ácido graso monoinsaturado predominante, y es el mismo que se encuentra en el aceite de oliva y al que se le atribuyen propiedades cardiosaludables. Por otro lado, dentro del contenido mineral y vitamínico del turrón, destaca el potasio, el calcio, el magnesio, el fósforo, así como la vitamina E y el ácido fólico. Por tanto, estos turrones son una elección muy interesante desde un punto de vista nutricional, además de deliciosa.
Podríamos decir que el turron se trata de un alimento muy nutritivo
Turrón, alimento calórico
Aparte de estos dos tipos de turrón, hay otros también muy consumidos, como es el caso del de yema, mazapán, fruta confitada, coco o chocolate. En estos turrones también destacan los azúcares, y puede haber diferencias respecto al tipo y cantidad de grasa. Ingredientes como la yema de huevo, el coco o la manteca de cacao incrementan el contenido de grasa saturada del producto. Aun así, los turrones son alimentos de consumo perecedero, que sólo se toman en un corto espacio de tiempo y que una vez acabadas las fiestas dejamos de ver en los supermercados. Por tanto, llegada la Navidad, disfrutemos de estos dulces tradicionales con tranquilidad, siempre y cuando no exista una patología o intolerancia en la que estén contraindicados.
Eso sí, aquellas personas que han de seguir una dieta hipocalórica, deben saber que tomando un corte de turrón de 33 g están incorporando a su ingesta diaria aproximadamente unas 160 Kcal. Igualmente, teniendo en cuenta este aspecto, se puede elaborar una dieta que incluya turrón y seguir siendo una dieta controlada a nivel calórico, siempre en una justa medida y dentro de un marco de salubridad.
Isabel López – Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos – Diplomada en Nutrición Humana y Dietética – Nutricionista consultora de Advance Medical