¿Eres un consumidor responsable?

Un consumidor responsable toma conciencia acerca de cómo aprovechar y reducir los residuos alimentarios. Para adquirir los alimentos de forma correcta es fundamental que elijamos los productos según nuestras necesidades en el hogar.
Existen estudios europeos que indican que las personas que planifican su compra con listas y controlan la comida de la que disponen desperdician menos alimentos que los compradores espontáneos.
Tips para ser un consumidor responsable
Antes de planificar la compra, hay que comprobar el estado de los alimentos que se tienen en casa. Tenemos que revisar nuestra nevera, congelador y despensa para ver de lo que disponemos. A continuación debemos planificar los menús y saber las personas que van a comer.
Seguidamente, debe realizarse la lista de la compra, para no comprar ?más de lo necesario?, de acuerdo con los menús a elaborar. Todos sabemos que tirar comida es tirar dinero, y también tiempo que perdemos en comprar alimentos.
¿Cómo realizamos la compra?
- Con el estómago lleno, ya que si vamos con hambre, compraremos más.
- Sin prisa.
- Eligiendo envases o paquetes adecuados al número de personas que componen el hogar.
- Adquiriendo alimentos frescos sueltos en lugar de envasados para no comprar más de lo necesario.
- Comprando los alimentos frescos y congelados en último lugar.
- Comprando alimentos con descuento, próximos a la fecha de caducidad o dañados.
- Consultando el etiquetado, fijándose en las fechas de caducidad o consumo preferente. Si lo va a consumir ese día, compre alimentos que estén próximos a su fecha de caducidad, en cambio si no lo va a consumir de inmediato, escoja otro con fecha posterior.
¿Cómo ser un consumidor responsable a la hora de cocinar?
El responsable del hogar debe calcular la cantidad de comida en función de la ración para cada uno de los miembros, un niño no come lo mismo que un adolescente, un adulto o una persona de edad avanzada.
Las raciones servidas deben ser pequeñas, con posibilidad de repetir, ya que las raciones grandes pueden inducir a más desperdicio.
Si tenemos restos de alimentos, una idea sería reutilizarlos en los próximos días para realizar nuevas recetas con ellos, o bien congelarlos para ser consumidos en otra ocasión. Para ello, conviene que se enfríe lo antes posible, bien sea metiéndolos en la nevera o congelándolos en recipientes limpios y adecuados al tamaño de las sobras.
Si salimos a comer a un restaurante, cafetería? y no tenemos mucha hambre, podemos elegir entre las nuevas ofertas de medios menús o comer de tapas, raciones o medias raciones, siempre pensando que va a ser una buena opción para no desechar comida.