Grasas trans: ¿Qué sabes de ellas?

El consumidor cada vez está más informado sobre qué alimentos y nutrientes debe promocionar o limitar en su dieta para poder equilibrar su alimentación de una manera saludable. Dos de los nutrientes claramente afectados son las grasas trans y las grasas saturadas, pues en la actualidad, las recomendaciones nutricionales van dirigidas a disminuir su ingesta debido a su más que evidenciada relación con las enfermedades cardiovasculares. Parece que las grasas saturadas son más conocidas, pero con las trans siguen surgiendo algunas dudas en cuanto a qué son y dónde se encuentran.
¿Qué son las grasas trans?
Las grasas trans son un tipo de grasas que podemos encontrar de forma natural en pequeñas cantidades en alimentos como la leche o la carne de animales rumiantes, o expresamente sintetizadas por la industria alimentaria en forma de margarinas o incorporadas a otros productos elaborados. En este segundo caso, el objetivo de esta síntesis es obtener grasas más consistentes, con un especial interés tecnológico para la elaboración de distintos alimentos. Este proceso se llama hidrogenación, y consiste en transformar aceites vegetales de textura líquida en grasas semisólidas o sólidas, menos susceptibles a la oxidación, y por tanto permiten alargar la vida útil del alimento. Hay otros tratamientos en los que también pueden formarse las no deseadas grasas trans, como es el calentamiento y fritura de los aceites a altas temperaturas. Para evitarlo mejor no someterlos a temperaturas superiores a 180ºC durante largos periodos de tiempo.
El efecto de las grasas trans sobre la salud
En las últimas décadas se ha constatado que las grasas trans aumentan el riesgo cardiovascular en la misma medida o más que lo puede hacer las grasas saturadas. Las grasas trans de origen industrial tienen un efecto negativo sobre el colesterol, debido a que aumentan la concentración de colesterol total y colesterol LDL o también llamado colesterol malo, y disminuyen las de HDL o colesterol bueno. Además, también influyen en los marcadores inflamatorios asociados con el desarrollo de ateroesclerosis.
En los países desarrollados se están tomando medidas y aplicando políticas para disminuir el contenido de grasas trans en los alimentos manufacturados. En el caso de la industria de las margarinas ha mejorado mucho su tecnología y hoy en día la mayoría de ellas carece de ellas, pues se han desarrollado nuevos procesos alternativos a la hidrogenación parcial que no generan ácidos grasos trans en este tipo de alimentos. Pero hay otros muchos productos elaborados que siguen incluyendo entre sus ingredientes grasas trans, y una manera para identificarlos es revisando su etiquetado. Generalmente vienen indicadas como grasas "parcialmente hidrogenadas". Muchos de estos alimentos que incluyen grasas trans son: platos precocinados, helados, fritos, galletas, bollería y pastelería industrial. Es por esto, que aún hace falta más esfuerzo en crear y aplicar normativas que regulen el contenido de grasas trans en los alimentos comercializados en nuestro país.
Isabel López - Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos - Diplomada en Nutrición Humana y Dietética - Nutricionista consultora de Advance Medical