Dentro de los postres más tradicionales de España, no podían faltar las torrijas. Tradicionalmente, siempre ha sido un postre de reciclaje, se reutilizaba el pan de días anteriores. Las torrijas tradicionales se suelen preparar con un tipo de pan especial para torrijas, más ancho, esponjoso y grueso de lo habitual. Esta receta tradicional, del dulce más típico en Semana Santa es un postre que está basado en una rebanada de pan empapada en leche, rebozada en huevo, frita en aceite de oliva virgen extra y aromatizada al gusto con almíbar o, en este caso, azúcar y canela.
El día anterior a la elaboración de las torrijas caseras, prepararemos un almíbar no muy líquido con todos los ingredientes anteriores. En un cazo ponemos a calentar, a fuego suave, la leche con la nata, el azúcar y la vainilla, removemos hasta que se disuelva el azúcar. En lo que se templa la leche vamos cortando y colocando en una fuente el pan, en rebanadas de unos dos centímetros de grosor. Cuando empiece a salir “humillo” del cazo de la leche es el momento de incorporarlo a la fuente del pan, no tiene que estar muy caliente, ya que si no, se nos pueden deshacer las rebanadas.
Ponemos a calentar aceite de girasol en una sartén grande, en lo que se calienta, batimos los huevos en un bol amplio. Cuando esté caliente, rebozamos las rebanadas de pan en el huevo y las freímos en la sartén. Las sacamos una vez adquieran un color dorado y las colocamos sobre papel absorbente, una vez que pierdan el aceite sobrante, las ponemos sobre la fuente de presentación final. Una vez tengamos todas las torrijas caseras fritas y en la bandeja, las rociamos con el almíbar, les damos de vez en cuando la vuelta para que se empapen bien del dulce líquido.
Muchas son las recetas de bacalao típicas de la Cuaresma y Semana Santa, pero si hay una original, sin duda es esta de bacalao confitado, que une sabores salados y dulces, combina la jugosidad del pescado con una crema dulce y sabrosa.
una cucharada por plato de dulce de manzana y membrillo
Elaboración
Primero vamos a confitar el bacalao a 35 ºC en una cazuela donde los lomos de bacalao queden cubiertos con el aceite de oliva. Controlar la temperatura con un termómetro, pinchar el centro del lomo y cuando llegue a la temperatura deseada, sacar y poner a escurrir.
Asar la patata con piel junto a los boniatos en el horno a 200ºC durante 35-40 minutos o hasta que estén cocidos, pelar y reservar, mientras en una sartén pochar la cebolla finamente cortada hasta que esté tierna, no hace falta que tenga color.
Añadir al vaso de la batidora donde tenemos los boniatos y patata la cebolla pochada, salpimentar y poner la nata, triturar hasta conseguir un puré muy fino, si está muy espeso poner un poco de agua. Reservar el puré en caliente.
Poner en un cazo los vinos y dejar reducir hasta la mitad, podemos acabar de espesar la salsa con ayuda de una cucharada de Maizena disuelta en un poco de agua fría. Cuando la salsa esté en su punto añadir las pasas de corinto y dejar unos 4 minutos para que se ablanden a fuego muy bajo.
Montamos los platos.
Poner en el fondo del plato un poco de crema de boniato, encima el lomo de bacalao confitado con unas cuantas pasas y trocitos de membrillo. Decorar con un hilo de salsa de reducción de jerez y oporto.
1 vasito de cortado de anís (eso como siempre va a gustos)
3 huevos
Elaboración
Poner en un cazo la leche, el agua, la mantequilla, la sal, el azúcar y la ralladura de limón. Cuando rompa a hervir se echa la harina de una vez y se trabaja hasta que veamos que queda una masa consistente y tiende a hacerse una bola. Retiramos del fuego, se echa el anís y un huevo y se trabaja hasta que quede integrado por completo, se echa el segundo huevo y lo mismo hasta que tengamos los tres huevos integrados en la masa.
Trabajamos la masa unos 10 minutos. Yo todo el proceso lo hice con una cuchara de madera.
Se calienta una sartén con abundante aceite de girasol y se van echando bolitas de masa hasta que tengan un color dorado intenso (ayudaros con dos cucharitas untadas de aceite). Veréis que se dan la vuelta solos, y si no ayudarlos con una espumadera. A medida que los vayáis retirando colocarlos en un papel absorbente, y antes de que se enfríen del todo rebozarlos con azúcar.
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