Slow Food

Varios periodistas organizaron una manifestación contra la comida rápida e industrial como réplica a la tendencia fast food y decidieron que era necesario difundir la "lentitud" en la obtención y preparación de la comida, las recetas locales, los productos naturales y el disfrute en el sentido del gusto. Uno de sus principales objetivos es proteger el patrimonio alimentario de nuestro planeta.
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Slow Food: gastronomía artesana
El movimiento Slow Food, en contraposición a los valores asociados a la comida rápida, defiende la agricultura orgánica o de bajo daño para el medio ambiente. Es una asociación ecogastronómica que promueve una “nueva gastronomía” entendida como una identidad propia de la cultura de cada lugar, desde una óptica que defiende el valor del placer vinculado al alimento, reflexiona sobre la educación del gusto y el derecho al disfrute con un nuevo sentido de responsabilidad, teniendo en cuenta el equilibrio con el ecosistema, la defensa de la biodiversidad agroalimentaria y el compromiso ético con los productores.
El Slow Food insiste en la defensa de los productos autóctonos,ecológicos y de las personas que los trabajan.
Slow Food entiende que la “nueva gastronomía” se basa en la educación y en la libertad de elección, porque la comida es un placer que requiere toma de consciencia y parte de responsabilidad. Anhela un mundo donde todas las personas puedan disfrutar de una alimentación beneficiosa para ellas, para quién las produce y para el medio ambiente, aprovechando los recursos de la mejor manera posible. La calidad alimentaria está intimamente ligada a la calidad de vida y para ello Slow Food insiste en la defensa de los productos autóctonos,ecológicos y a las personas que los trabajan.
Fruta ecológica de proximidad
Las fruterías de proximidad son aquellas donde las frutas y hortalizas proceden de huertos situados a menos de 100 kilómetros de la misma tienda. Estos establecimientos están empezando a penetrar en el mercado en ciudades como Barcelona o Valencia y favorecen a los agricultores la venta de sus productos, optimizando intermediarios y costes de transporte. España es un gran productor de fruta ecológica y hortalizas, y con este tipo de movimiento se pretende popularizar y extender el consumo de estos alimentos sostenibles y saludables. La apuesta por el consumo directo y producción local genera un nuevo tipo de establecimiento. En las fruterías del futuro los productos estarán expuestos sin envoltorios y llegarán a la tienda sin intermediarios, donde se mantendrán frescos gracias a un difusor de vapor de agua a baja presión. Porque, cuando hablamos de este tema, el movimiento slow food se apoya en los valores de que la única evolución posible es crear productos ecológicos y en entornos sostenibles, donde la idea de lo saludable gane a un progreso basado en una economía con poca ética. Para más información puedes consultar su página web http://www.slowfood.com/