Trastornos de la conducta alimentaria: El comedor nocturno

16 Nov 2017
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Los trastornos de la conducta alimentaria afectan de forma negativa a las personas que lo sufren. Uno de ellos es el síndrome del comedor nocturno. La necesidad intensa de comer en exceso durante la noche o cuando cae la noche y hacerlo de forma compulsiva puede convertirse en un trastorno alimentario con gran repercusión en la salud tanto física como mental de quienes lo padecen.

  1. Características principales del síndrome del comedor nocturno
  2. Otras manifestaciones clínicas
  3. Tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria

Esta singularidad de “picoteo” o ingesta excesiva nocturna es lo que caracteriza lo que se conoce como el Síndrome del comedor nocturno o también denominado Night Eating Syndrome o atracón nocturno. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-V, este tipo de desorden mental se incluye dentro de la categoría de “otros” trastornos de la conducta alimentaria o de la ingestión de alimentos especificados, a diferencia de los más reconocidos como son la anorexia o bulimia nerviosa.

Pero a pesar de estar identificado su diagnóstico, dentro de los trastornos de la conducta alimentaria, el síndrome del comedor nocturno se considera un problema de salud aún desconocido para la población en general e incluso para algunos profesionales sanitarios.

Características principales del síndrome del comedor nocturno

Se trata de un trastorno singular dentro de los trastornos de la conducta alimentaria que, como ya hemos dicho con anterioridad, se manifiesta con la hiperfagia nocturna, es decir, una alta ingesta o necesidad de comer durante la noche tras despertarse o en horas próximas a la noche como, por ejemplo, después de cenar.

Este episodio de sobre-ingesta la persona afectada lo hace de forma consciente. Se despierta para llevarlo a cabo y suele recordar el episodio o los episodios de excesiva ingesta nocturna sin dificultad aparente.

Si éstos se mantienen con una frecuencia elevada de mínimo dos veces a la semana durante tres meses, podemos hablar de forma clara de diagnóstico de síndrome de comedor nocturno.

Es un tipo de trastorno alimentario que está muy relacionado con un riesgo elevado de desencadenar sobrepeso u obesidad debido al exceso de energía que acumula por los episodios recurrentes de sobre-ingesta.

Otras manifestaciones clínicas

Ya hemos visto que en este tipo de trastorno da una alteración en el patrón alimentario por el aumento de la ingesta nocturna. Pero, además, en el síndrome del comedor nocturno se producen otras alteraciones clínicas como:

  • La interrupción y deprivación de los patrones de sueño, repercutiendo en insomnio y disminución de la regulación de los ritmos circadianos.
  • Desajustes en los niveles hormonales del organismo
    • Por ejemplo, podemos encontrar disminución de la hormona melatonina, una neurohormona relacionada con la crono-regulación de los ritmos circadianos.
  • Alteraciones en el estado de ánimo, siendo este depresivo o bien con un humor que empeora de forma significativa durante la tarde-noche.
  • Hábitos alimentarios desorganizados
    • Retraso de los horarios habituales de las comidas, en cuanto a desayuno y comida, sobre todo, o incluso ausencia de estas tomas por falta de apetito.
  • Un nivel de estrés y ansiedad elevados.

Tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria

El tratamiento del síndrome del comedor nocturno, como el de muchos trastornos de la conducta alimentaria, se basa en un abordaje multidisciplinar y debe ir dirigido a los siguientes objetivos principales:

  • Normalizar la conducta alimentaria, recuperando el orden y los hábitos saludables como comer frutas de temporada, procurando disminuir las cifras de peso en los casos con sobrepeso y obesidad.
  • Aplicar una intervención psicoterapéutica, tanto individual como familiar y social.
    • No podemos olvidar que se trata de un trastorno mental cuya curación requiere un abordaje psicológico basado en técnicas terapéuticas y psico-educación que mejoren tanto el propio síndrome como los posibles problemas adyacentes: ansiedad, estrés, depresión….
  • Valorar la necesidad de incluir tratamientos farmacológicos requeridos.
  • Modificar el estilo de vida logrando la instauración de unos patrones de conducta saludables tanto en ejercicio físico como en descanso y bienestar.

Combatir el síndrome del comedor nocturno, nos ayudará a alcanzar nuestro peso ideal IMC. Con ello, lograremos aumentar nuestra calidad de vida.

Andrea Arroyo - Especialista en psicología de la Salud y la nutrición - Psicóloga y nutricionista consultora en Advance Medical

 

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