Verano de tapa y cerveza

No es una, suelen ser varias las veces por semana que solemos acudir a picar algo con amigos o familia en vacaciones; es la mejor excusa para quedar. Vale la pena hacer un pequeño análisis nutricional de lo que se suele tomar.
Consumo moderado de cerveza
En el caso de la cerveza, pese a que es una bebida de baja graduación alcohólica, un consumo desmedido puede tener efectos no deseables para la salud. Se elabora a partir de ingredientes como agua, malta de cebada, levadura y lúpulo, y ellos son los responsables del perfil nutricional de la cerveza al que cada vez se le saca más punta. Aunque a veces cuesta ser objetivo, es cierto que es una bebida que, al margen del alcohol, aporta cierta cantidad de determinados nutrientes, como vitamina B12, niacina y ácido fólico, así como fósforo, potasio y sodio.
Las calorías de esta bebida resultan básicamente de su contenido en alcohol e hidratos de carbono derivados sobre todo de la malta. Aspecto que se ha de tener muy en cuenta en caso de seguir una dieta de control calórico. La alternativa son las cervezas con bajo contenido en alcohol, entre las que podemos encontrar la "cerveza Light", la "cerveza sin alcohol" y la "cerveza 0.0", siendo ésta última la que menos contiene, valores entre 0,01-0,07%, dependiendo de la marca.
La cerveza es una bebida muy bien integrada en nuestra vida social y una caña bien fresca sigue siendo la elección favorita en los chiringuitos y terrazas
Pese a que una cerveza fresquita es nuestra mejor opción en verano, ha de consumirse con moderación.
Tapa junto a la cerveza
Por otro lado, no podemos olvidar el acompañamiento ideal para la cerveza: la tapa. Este aperitivo ha ido cobrando cada vez más fuerza con el paso de los años, hasta el punto de aparecer el día mundial de la tapa, o innumerables ferias y rutas de la lapa. En verano, cuando solemos salir más, la tapa es la forma perfecta de tomar algo disfrutando de la compañía de amigos, y además, sin gastar mucho. Pero si son muy frecuentes los tapeos, hemos de saber escoger para que nuestra dieta y nuestro peso no se vean afectados.
Evitemos pues las tapas con frituras y salsas grasas, y escojamos aquellas que resulten más ligeras y frescas. Buenas opciones son: chupito de gazpacho de sandía o salmorejo, virutas de jamón, pinchos de langostinos, boquerones con aceitunas, montaditos de salmón, picadillo de tomate con ventresca de atún o pulpo a la gallega, entre otras muchas. Eso no implica poder ampliar la variedad y tomar alguna que otra tapa más calórica, como unas croquetas, tortilla de patatas, albóndigas o unas bravas, pero no está de más controlar la cantidad y la frecuencia.
Isabel López – Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos – Diplomada en Nutrición Humana y Dietética – Nutricionista consultora de Advance Medical