Bailar, un montón de beneficios

Lo más probable es que por aquel entonces no se supiera que bailar reportaba muchísimos beneficios a nivel físico y mental pero sí que lo experimentaban, y por eso el baile ha seguido formando parte de nuestras vidas y lo sigue siendo a día de hoy. Han existido modalidades que han estado “en la cresta de la ola” y han desaparecido, pero hay danzas que han estado allí siempre, sea como fuere el ser humano utiliza el baile para expresarse y sentirse mejor.
Actividad muy completa
Según publicaciones recientes bailar es una de las actividades más completas para cuerpo y mente. Bailar es una actividad de tipo aeróbico por lo que ayuda a mantener o bajar el peso, la tensión arterial o los niveles de glucosa. Por otro lado, parece que es neuroprotectora, tal y como corroboran algunos estudios que aseguran que bailando de manera regular podemos reducir el riesgo de sufrir demencia, una patología que afecta de manera más concreta a la población de edad avanzada. Bailar parece que genera mayores conexiones entre neuronas, lo que generaría una “reserva cognitiva”. El baile pues, no sólo parece que puede ser una herramienta útil como terapia en pacientes que ya sufren demencia, sino también como herramienta preventiva.
Coordinación y equilibrio
Cuando en lugar de ser bailarín se es público, el asombro en muchísimas ocasiones viene al ver la perfección que existe en algunas coreografías, en las que la coordinación y el equilibrio son la base de esa “perfomance”. Y es que a nadie se le escapa que estas dos aptitudes son algunas de las capacidades que más se desarrollan bailando. Este hecho hace que bailar sea una de las actividades que más se recomienden para niños y niñas. Les ayuda a desarrollar aspectos importante en su evolución y crecimiento y lo harán de un modo divertido y saludable. Ese mismo factor es el que se aplica para enfermos de Parkinson, por ejemplo. El tango o el folk fueron modalidades que se ensayaron en un estudio, con este tipo de pacientes que les ayudó a mejorar su estado de salud y calidad de vida.
Mover los brazos, saltar y, por qué no, cantar las canciones que suenan ayuda a relajarse, se liberan tensiones y además se generan endorfinas. Sensación de placer sumada a momentos de cierto “descontrol” son también otros de los beneficios de moverse al ritmo de la música. No siempre hay que ir buscando los beneficios de carácter más científico sino que la vertiente lúdica y la social es igual de importante que el resto. Nuestra vida ya está suficientemente ligada a horarios y obligaciones y de vez en cuando también es necesario “desmelenarse” y el baile es la mejor manera para hacerlo.
Dra. Eva Ferrer Vidal-Barraquer - Especialista en Medicina del Deporte - Médico consultor de Advance Medical