Muerte súbita en el deporte

La práctica deportiva somete al organismo a ciertas exigencias, que en algunos casos en los que existe patología subyacente, actúa como factor desencadenante de un episodio cardiaco. Entre las patologías que se diagnostican en esta situación, la muerte súbita (MSD), aun teniendo una baja incidencia, resulta muy dramática por ser repentina.
- Incidencia de la muerte súbita
- Muerte súbita y enfermedades cardiovasculares
- Evitar la muerte súbita con reconocimiento médico previo
Incidencia de la muerte súbita
Según las últimas publicaciones, se estima que en deportistas entre 12 a 35 años existen de una a dos MSD por cada 100.000 deportistas al año, con una incidencia tres veces mayor en deportistas (2,3/100.000 deportistas) que en no deportistas (0,9/100.000 individuos), y destacando que es dependiente del sexo, siendo de dos a 25 veces más baja en las mujeres que en hombres.
Entre las patologías cardiacas que tienen mayor riesgo de desarrollar muerte súbita, se encuentran, especialmente en jóvenes, las cardiopatías congénitas (miocardiopatías) y en adultos la patología coronaria. Los expertos concluyen que entre el 74 y el 94% de las muertes no traumáticas, ocurridas durante la práctica deportiva, se deben a causas cardiovasculares, pero no todas se acompañan de síntomas.
La Sociedad Europea de Cardiología la define como muerte súbita “la muerte que acontece de forma natural (no violenta) e inesperada, en un intervalo de menos de 1h desde el inicio de los síntomas premonitorios, en una persona con aparente buen estado de salud que se encuentra realizando sus actividades habituales en el momento del suceso fatal”, en el caso de la muerte súbita asociada al deporte, la actividad habitual sería la práctica deportiva.
Es pues necesario concienciar a la población, que hacer deporte es saludable, pero que hay que consultar con especialistas porque existen enfermedades coronarias “silenciosas” que pueden ocasionar consecuencias graves en individuos aparentemente sanos.
Muerte súbita y enfermedades cardiovasculares
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a las enfermedades cardiovasculares como “un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos, entre los que se incluyen patologías como cardiopatía coronaria, enfermedades cerebrovasculares o trombosis, entre otras”. Este grupo de patologías son la principal causa de mortalidad mundial.
Para prevenirlas se recomienda adoptar hábitos saludables entre los que se encuentran una alimentación saludable y realizar ejercicio físico. Esta última recomendación es transversal y debería aplicarse a toda la población y más aun cuando se trate de personas que sufren alguna enfermedad, ya que uno de los beneficios de la práctica deportiva es la disminución de riesgos asociados a situaciones patológicas. En estos casos, es importante que el individuo consulte con un especialista para establecer cuáles son las recomendaciones e individualizarlas, buscando así los efectos positivos de esta práctica.
Evitar la muerte súbita con reconocimiento médico previo
Realizar un reconocimiento médico previo es básico. De este modo, con los datos obtenidos, no sólo se podrán establecer las pautas más adecuadas para entrenar, sino que se conocerán cuáles son las reacciones físicas y fisiológicas del individuo cuando se le somete a un esfuerzo. Descartar posibles alteraciones relacionadas con el ejercicio físico ayudará a evitar consecuencias posteriores. Este reconocimiento debe incluir una historia clínica, exploración física y ergometría (prueba de esfuerzo), pudiendo añadir otras pruebas como ecografía u otras pruebas de diagnóstico por la imagen como la resonancia cardíaca. Cabe destacar que a este reconocimiento debería someterse, todo aquel que realiza actividad física de manera habitual con cierta intensidad y exigencia, ya que hay enfermedades que son “silentes” y no cursan con síntomas.
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