Claves para mejorar la relación con hijos adolescentes

10 Ene 2020
hijos adolescentes

La adolescencia puede ser una de las etapas más difíciles en una familia.  Los padres no son capaces de comprender a sus hijos adolescentes, y para los hijos es una época complicada ya que se sienten incomprendidos, son muy irascibles, intentan encajar en su entorno de amigos y se frustran si no lo consiguen, físicamente no terminan de gustarse, etc. En definitiva, la comunicación con hijos adolescentes resulta complicada.

Pero hay esperanza, ya que la adolescencia es solo una etapa de la vida, no es eterna. Esta etapa dura unos años y tras ella, el adolescente pasa a ser un joven maduro, razonable y poco a poco más cercano a sus padres. se convierte en un joven maduro, mucho más razonable y, casi siempre, otra vez próximo a sus padres. Además, quitando casos complejos de adolescentes con problemas graves de comportamiento, existen diversas prácticas para mejorar notablemente la relación con hijos adolescentes.

Cómo lidiar con hijos adolescentes

Parece que existe una relación directa entre la adolescencia y los conflictos, tal es así que los padres están a la espera de que, llegada la edad, aparezcan los problemas. Este imaginario social de que la adolescencia es una etapa turbulenta provoca que los padres enciendan un radar que detecta las malas caras y cualquier otro tipo de rechazo, no sólo porque descubran comportamientos diferentes a lo habitual, sino porque es “lo que toca”, y esto en ocasiones obstaculiza un clima de entendimiento, confianza y comunicación.

Principales situaciones a las que te enfrentas con hijos adolescentes

  • Aparición de nuevas emociones e intereses: la familia se ve obligada a convivir con un nuevo animal doméstico, el pavo. Idolatran a las amistades, se enamoran, se pelean, lloran, dan valor a las marcas y se desviven por sus cantantes favoritos.
  • Bajada del rendimiento académico: la adolescencia es una etapa que coincide con el cambio de ciclo a la ESO y a algunos alumnos les cuesta adaptarse al nuevo funcionamiento del instituto, a ser más independientes y a organizarse solos.
  • Querer pertenecer al grupo: muchos adolescentes dicen “sí” cuando querrían decir “no” para conseguir la aprobación del líder del grupo. Y es que, si la opinión personal es distinta a la del conjunto podrían sentirse excluidos.
  • Cruzar límites: el periodo de la adolescencia se caracteriza por descubrir la propia identidad como individuo diferente al grupo familiar. Eso provoca que, en muchas ocasiones, lleven la contraria a quien le ha prohibido algo, y sientan curiosidad por cruzar los límites establecidos por la familia.
  • Las drogas: muchos adolescentes consumen drogas para evadirse de sus problemas y no enfrentarse a la realidad de lo que no funciona, como ser tímidos, tener una familia hostil, problemas para establecer vínculos etc., pero muchos otros lo hacen para sentirse parte del grupo o por la curiosidad de experimentar algo distinto a lo ofrecido desde el grupo familiar.
  • Inicio de la actividad sexual: como la conducta sexual está relacionada con la actividad hormonal, ésta despierta justo en esta etapa. Sienten deseo, ganas de experimentar la masturbación, de besarse con parejas, etc.

Consejos para mejorar la relación con un hijo adolescente

  • Un primer paso sería dedicar más tiempo con él o ella. Si ve que te preocupas por cuadrar agendas y conseguir momentos para compartir con tu hij@ lo valorará positivamente, aunque no lo demuestre.
  • No intentes ser su amigo, ante todo eres su padre/madre. Necesitan la presencia de una figura adulta, lo que incluye normas y disciplina. Si te conviertes en su 'amigo', en el momento que tengas que posicionarte como responsable e imponer una norma perderás su 'amistad'. Lo que no quiere decir que tengas que ser excesivamente autoritario. Recurre al diálogo para obtener resultados positivos.
  • Aunque en ocasiones creas que su comportamiento es así por el mero hecho de fastidiar o hacer daño, no es su objetivo. Simplemente están viviendo una etapa muy dura y con extra de rebeldía. Cuestionar la autoridad paterna es parte del proceso de maduración.
  • Aprende a escuchar, interésate por sus aficiones, imprescindible para que el adolescente sienta empatía. A veces es mejor hablar menos, y escuchar más.
  • En el ámbito de la autoridad, evita responder con un 'porque sí, 'porque lo digo yo', 'porque soy tu madre'. Este tipo de respuestas generan rechazo. Muestra tu autoridad, da la orden y mantente firme. Por otro lado, puedes utilizar frases del estilo pues a lo mejor tienes razón', 'no lo había pensado'. Mejorarán la comunicación.
  • No le humilles con insultos o comentarios sarcásticos, no entres en su juego a pesar de que él si que use este comportamiento. Aparte de terminar en una discusión importante, puedes dañar su autoestima. Tampoco alces la voz, y evita que él lo haga.
  • Si te equivocas, pide perdón y hazlo saber. La sinceridad es bien recibida por los hijos adolescentes.
  • Cambia tu lenguaje. Ya no es un niño pequeño y tampoco es un adulto, pero si en algunas cuestiones le tratas como si fuera un adulto eso le ayudará a darse cuenta de que está madurando. En vez de decirle 'haz esto' sustitúyelo por 'me gustaría que hicieras' o 'te agradecería que hicieras'. Evita utilizar 'no' por 'preferiría'.
  • Es importante que corrijas a tu hijo adolescente cuando a tu parecer ha hecho algo mal, pero igual de importante es buscar motivos para felicitarle, porque también hace cosas bien.

10 consejos para atravesar la adolescencia con éxito

  1. Interésate por sus gustos: es habitual que los padres, en lugar de interesarse por lo que les fascina a sus hijos adolescentes, tiendan a poner el foco en lo que esa nueva afición les resta “Tanta dedicación a las redes sociales hace que no tengas tiempo para lo importante, estudiar”. Esta manera de proceder aleja al adolescente y lo hace sentir incomprendido. En su lugar, haz un esfuerzo por participar en lo que es importante para él, pregúntale qué escucha, sobre qué temas chatea y comparte tus vivencias con él.
  2. Cuida la comunicación: construye un ambiente en el hogar en el que tu hijo sienta que puede expresarse. Explica cómo ha ido tu día, qué relación tienes con tus compañeros de trabajo, tus dificultades, etc., para que él sienta que también puede hacer los mismo si lo necesitara.
  3. Fortalece su autoestima: valora sus virtudes, elogia sus progresos, dile que es bueno y que lo quieres de forma incondicional.
  4. Inculca hábitos: establece un hábito de estudio desde primaria y conviértelo en innegociable. Instaura la consigna de que el deber pasa por encima del placer y transmite el valor de que sin esfuerzo no hay recompensa. Si lo aprenden desde pequeños, será más sencillo que lo sigan respetando como adolescentes.
  5. Respeta su intimidad: lo que tú crees que es divertido, igual para él ha dejado de serlo. Si ha hecho los deberes y ha cumplido con las tareas domésticas, deja que organice el resto de su tiempo con lo que a él le parece divertido.
  6. Ten en cuenta sus resultados, pero también su rendimiento: las notas son el termómetro, pero no siempre son el reflejo del esfuerzo y la actitud. Valora su sacrificio, responsabilidad y el tiempo que dedica a estudiar. Además, concédele un periodo de adaptación al pasar al instituto.
  7. Informa sobre drogas: muéstrales la cara dura de las drogas, las consecuencias a nivel de salud, el daño a terceros y la miseria que puede generar en el núcleo familiar. Se trata de que lleguen a comprender las consecuencias de su consumo.
  8. Entrénalo en habilidades sociales: enséñale a de decir no, a defender sus derechos y a que no tienen la necesidad de identificarse con absolutamente todo lo que haga el grupo.
  9. Impón castigos justos: cuando cruce los límites no le pongas el castigo al momento, es posible que te excedas y luego te arrepientas queriéndoselo retirar. En su lugar, medita un castigo que sea reparador y educativo, y en ningún caso negocies a pesar de las malas caras, rabietas o chantaje emocional.
  10. Habla de sexo: dialoga sobre prevención de embarazos, enfermedades de transmisión sexual, conductas sexuales, etc. Muéstrate accesible para que pueda hacerte consultas cuando lo necesite y si intuyes que puede ser activo sexualmente, pon al alcance anticonceptivos para que pueda cogerlos sin sentir vergüenza.
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