Ecoansiedad, la preocupación excesiva por el futuro del planeta

Cada vez son más las personas que sufren ecoansiedad, que entran en pánico, agobiadas ante la magnitud del desafío que implica frenar la situación de emergencia climática. Un ejemplo de ello es Greta Thunberg, una adolescente sueca que falta un día a la semana al colegio para protestar contra el cambio climático, y quien manifestó en público, dirigiéndose a los políticos y empresarios que estaban reunidos en el Foro Económico Mundial, que sentía miedo frente a la degradación ambiental del planeta: “Los adultos siempre están diciendo que tienen el deber de dar esperanza a los jóvenes. Pero yo no quiero su esperanza. No quiero que nos hablen de esperanza, quiero que entren en pánico”. “Quiero que sientas el miedo que siento todos los días y actúes”.
- ¿Qué es la ecoansiedad?
- ¿A quién afecta?
- ¿Cómo se si padezco ecoansiedad?
- ¿De dónde surge?
- ¿La ecoansiedad es buena o es mala?
- ¿Cómo combatir la ecoansiedad?
En efecto, pensar que puedan ocurrir catástrofes naturales nos genera ansiedad, estrés e incluso depresión.
¿Qué es la ecoansiedad?
La Asociación Estadounidense de Psicología describe la ecoansiedad como un temor crónico a un cataclismo ambiental, un estrés causado por observar los impactos aparentemente irrevocables del cambio climático, y una preocupación excesiva por el futuro de uno mismo, de los niños y de las generaciones futuras.
¿A quién afecta?
Aunque la ecoansiedad puede afectar a cualquiera, hay grupos de población más expuestos que otros:
- Los jóvenes, quienes expresan sentirse angustiados, preocupados y desesperanzados por el futuro que les espera. Hay algunos que llegan a consulta expresando su malestar con estas palabras: “Nos van a dejar un mundo hecho mierda”. Y por ello, jóvenes de todo el mundo exigen acciones contra el cambio climático.
- Personas que dependen de los recursos naturales: granjeros, pescadores, comunidades indígenas y amantes de la naturaleza que ven a diario como la degradación del medio ambiente afecta al desempeño de su labor profesional, o a su afición.
- Científicos: muchos científicos que están investigando y documentando el deterioro del planeta han reclamado apoyo psicológico para poder afrontar la realidad de sus propias investigaciones.
- Víctimas del cambio climático: Personas que han sufrido la experiencia de enfrentarse a desastres naturales, como las recientes y devastadoras lluvias de la borrasca Gloria, que amenazaron al país este enero de 2020.
¿Cómo se si padezco ecoansiedad?
Síntomas leves
- Sensación de alarma, incertidumbre, preocupación e indefensión.
- Sentimiento de desesperanza, angustia, miedo, rabia, culpa e indignación.
- Episodios cotidianos de inquietud, irritabilidad o melancolía.
- Malestar físico, cansancio y debilidad.
- Pérdida de apetito.
- Falta de sueño
Síntomas agudos
- Desórdenes del sueño como insomnio o pesadillas.
- Brotes de pánico repentinos, o ante la toma de decisiones drásticas para evitar conflictos morales internos.
- Ansiedad, depresión, e incluso ideas suicidas.
- Estados de shock, traumas, estrés postraumático, o incluso consumo de sustancias.
¿De dónde surge?
El origen de la ecoansiedad está en la yuxtaposición entre la alarmante información sobre el deterioro de los recursos naturales y la escasa reacción política y social ante ésta.
¿La ecoansiedad es buena o es mala?
La ecoansiedad, así como cualquier otra respuesta emocional ante la crisis climática, es un signo de buena salud emocional. De hecho, los sentimientos que despierta sirven de preámbulo para el despertar de una concienciación ecológica. Pero es tan problemático alarmarse excesivamente, como entrar en negación, minimizar el problema y fingir que no existe, pues el malestar que genera la sintomatología aguda de la ecoansiedad provoca que nos bloqueemos.
Ante una situación inusual y amenazante se suele reaccionar psicológicamente de dos formas: luchando o huyendo. El problema es que en el caso de la crisis climática no podemos hacer ninguna de las dos, así que la reacción habitual de mucha gente es quedarse congelada, bloqueada, y paralizada frente al miedo. Es entonces cuando la ecoansiedad es dañina, pero bien gestionada puede llevarnos a tomar acciones en beneficio de frenar la crisis climática.
¿Cómo combatir la ecoansiedad?
No pierdas el optimismo
Vivimos en una época en la que los individuos tienen más poder que nunca. Cada vez hay más influencers ecologistas que hacen que una idea pase de ser marginal a significativa. La batalla no está perdida. Además, el informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC) dice que, si reducimos a la mitad las emisiones de CO2 para 2030, conseguiremos que la temperatura del planeta no pase de 1,5ºC, siendo 2ºC el máximo para que la Tierra no se convierta en un invernadero de forma irreversible. La buena noticia es que tenemos la tecnología para hacerlo y, si lo logramos, viviremos en ciudades menos contaminadas, comeremos dietas más saludables y trabajaremos en economías más resilientes.
Frente a la preocupación, la acción
Aunque la mayor responsabilidad para producir grandes cambios es de los líderes políticos y los empresarios, recuerda que tus acciones individuales pueden tener un impacto positivo en el planeta. De modo que transforma tu ansiedad en pequeñas acciones que te permitan cambiar lo cotidiano. Instaura rutinas ecológicas como usar menos plástico, instalar paneles solares o energías renovables, utilizar medios de transporte público, la bicicleta o simplemente andar en los traslados. También puedes sensibilizar a tus amigos, familia y compañeros hablando de la importancia del cambio climático, como concienciar a los más pequeños y mostrar tu compromiso real a través de las redes sociales.
Involúcrate
Exige acciones de los políticos y las compañías, con los mecanismos que tengas a tu alcance.