Infoxicación: cómo gestionar el exceso de información

La pandemia COVID19 está produciendo una paradoja: nunca en la historia hubo tantas personas de tantos países preocupadas y confinadas en sus domicilios y, al mismo tiempo con acceso libre, todo el tiempo, a tantos contenidos de tantas fuentes diversas y dispersas de información multimedia, a una infoxicación que llega a producir ansiedad.
¿Qué denominamos infoxicación?
Se denomina infoxicación al exceso de información, en la que el cerebro recibe más información de la que puede procesar, y como consecuencia de ello, brota la ansiedad, algo que técnicamente se denomina "síndrome de fatiga informativa".
Entre los cuidados personales necesarios para preservar la salud física y emocional relacionada con el COVID19 están administrar de forma saludable los diversos aspectos de la información a recibir, a fin de evitar los síntomas psíquicos y físicos por exceso de información, o infoxicación.
Recomendaciones para evitar la infoxicación
- Evitar el exceso que provoca la sensación innecesaria de riesgo, el cual paraliza psicológicamente, y no permite realizar las tareas o decisiones cotidianas.
- Detener el consumo de información si se siente con demasiada intensidad emociones como inseguridad, miedo, rabia o desolación.
- Conocer la fuente e identificar los medios oficiales de gobiernos, organizaciones, entidades sanitarias o profesionales reconocidos de los que no lo son.
- Establecer un número máximo de fuentes diversas a consultar. Cuanto mayor es el número, más predispone a la confusión personal.
- Leer los detalles concretos de la información seleccionada y no solo los títulos y remarcados.
- Actualizarse a través de cuentas verificadas en redes sociales de organismos públicos.
- Evitar compartir o reenviar noticias sin contrastarlas o sin conocer el autor.
- Informar adecuadamente y con empatía a los niños, ancianos, enfermos y sus cuidadores.
- Avisar a los contactos de informaciones erróneas o incorrectas denominadas bulos o fake.
- No reaccionar inmediatamente ante una noticia que provoca miedo o ansiedad sino hacer otra actividad temporalmente, evitando decisiones precipitadas y revalorarla después.
- Confiar en la ciencia y evitar creer noticias de causas, procedimientos y tratamientos médicos no oficiales. En las crisis surgen siempre voces desconocidas que buscan llamar la atención.
- Dedicar un tiempo por la mañana para actualizar la información y con ello, decidir las acciones practicas del día. Evitar estar todo el rato enterándose, pero sin hacer nada con ello.
- No atender noticias antes de dormir pues no se tendrá tiempo de valorarlas y contrastarlas y puede afectar al sueño.
- No mirar noticias mientras se come. La digestión saludable requiere sentirse seguro para una buena digestión.
- Cuidarse no significa hacer consultas médicas superfluas a los servicios de atención.
- Aceptar los sentimientos incómodos que provocan las noticias e identificarlos: miedo, rabia, desolación, … y luego compartirlos o relajarse hasta disolverlos.
- Si es útil, usar informaciones con humor (memes, parodias y mensajes divertidos) para disolver las preocupaciones y controlar el miedo.
- Comparar noticias similares que hayan ocurrido en el pasado.
- Estar alerta con los vídeos o audios dramáticos de supuestos sanitarios o enfermos con identidad no contrastada: no dan su nombre y cargo, dan datos y recomendaciones que alarman y que no se parecen a los oficiales.
- Buscar otros temas de conversación. El mundo no se reduce solo al coronavirus.
- Recordar que el miedo provoca interpretaciones alarmistas y cambia el orden y sentido de las palabras leídas.
- Contrastar las fotos y vídeos. Existen buscadores inversos de imágenes para comprobar su origen.