Aprovecha el verano para mejorar tus hábitos saludables

Seguro que si nos ponemos a pensar, hay varios hábitos saludables que hacemos en verano pero que los dejamos de lado cuando llega el otoño: comer ciertos alimentos, descansar mejor o hacer ejercicio. Es una buena idea aprovechar los hábitos veraniegos para mejorar nuestros hábitos de vida.
En verano comemos más pescado
El pescado es un alimento que se debería de consumir más por su contenido en proteínas y en ácidos grasos esenciales. En verano comemos más pescado, sobre todo cuando vamos a los sitios de costa. La cuestión es que es un alimento que suele gustar mucho, pero que por preparación o desconocimiento cuando vamos al supermercado no lo compramos tanto como por ejemplo la carne.
Mi consejo es que cuando este verano vayas a un restaurante o chiringuito y pruebes un pescado, apuntes el nombre y su forma de preparación para luego hacerlo tú en casa.
Las frutas frescas nos encantan
Quién no come un trozo de sandía o melón en verano. En verano la fruta apetece mucho porque al ser casi todo su contenido agua, tomada fresca es un placer al refrescarnos y tener ese sabor dulce.
Se recomienda tomar de 3 a 5 piezas de frutas al día, por su contenido en vitaminas y minerales. En verano igual podemos llegar a esa cantidad pero cuando llega el otoño parece que nos olvidamos de la fruta. La podemos tomar cruda, en batido, en zumo o, por ejemplo, como un ingrediente de la ensalada. No olvidarnos de la fruta cuando acabe el verano es una forma estupenda de seguir cuidando nuestra salud.
Nadar es la actividad física perfecta
Nadar es una de las actividades físicas más completas al implicar a gran parte de la musculatura. Además, apenas hay riesgo de lesión, por lo que se convierte en el deporte perfecto para ponerse en forma.
Después del verano, podemos continuar con nuestros largos en la piscina, aunque sea piscina cubierta. Basta con ir un día a la semana para seguir conservando la forma y no perder las sensaciones. La natación es compatible con cualquier otro deporte que practiquemos, es una actividad complementaria ideal.
Descansamos y dormirmos mejor
Normal, teniendo en cuenta que en vacaciones es estrés y las prisas se reducen a cero. Esto hace que nuestro descanso sea completo y muy reparador. Al no tener despertador que nos interrumpa , acabamos por regular nuestras fases del sueño y nos despertamos mucho más descansados.
Contando también con la siesta, que supone un descanso en mitad del día que nos ayuda a descanar más. Después de vacaciones no podemos dormir hasta que queramos, pero sí que podemos analizar a qué hora nos acostamos o cuánto tiempo dormíamos en vacaciones esos días que nos levantábamos de maravilla.
En definitiva, hay muchas cosas que podemos continuar haciendo después de las vacaciones para seguir cuidando nuestra salud: alimentación, ejercicio y descanso. Son los tres pilares fundamentales de una vida sana y estos días de vacaciones pueden ayudarnos a sentar las bases.