Cáncer de piel

Ante cualquier cambio de aspecto de un lunar se debe acudir al médico para que se pueda diagnosticar y tratar de la forma más indicada en cada caso. Una buena prevención nos proporciona un diagnóstico precoz y menores probabilidades de que el cáncer se extienda a otros órganos y tejidos. El día 13 de junio se celebra el Día Europeo de la prevención del Cáncer de Piel para concienciar sobre esta enfermedad y acerca de la importancia de protegerse adecuadamente cuando nos exponemos al sol.
Los signos y síntomas fundamentales que se deben tener en cuenta para la prevención y en su caso el diagnóstico de un cáncer de piel son: la aparición de un lunar o de otro tipo de lesión en la piel, los cambios de color de un lunar, su abultamiento, el sangrado y si causa picor; si los bordes del lunar son borrosos e irregulares; si el diámetro ha crecido en los últimos días o semanas. Se aconseja acudir al médico si se observa alguno de estos cambios en la piel.
Factores de riesgo
En general, los factores predisponentes a sufrir un cáncer de piel son, entre otros, la exposición a los rayos solares, haber sufrido quemaduras solares, tener la piel, los ojos y los cabellos claros, tener más de 50 años o tener algún familiar que haya sufrido un cáncer de piel. En algunos casos se ha relacionado el cáncer de piel con dispositivos artificiales de bronceado.
Cánceres no melanoma
El cáncer cutáneo es el tipo de cáncer más común de la población. En la piel pueden darse distintos tipos de cáncer, que se suelen dividir entre melanoma y otros cánceres "no melanoma".
Entre los cánceres "no melanoma" podemos encontrar el denominado carcinoma basocelular (de células basales) y el espino celular (de células escamosas).
- El carcinoma basocelular o cáncer de células basales de la piel es un tumor de crecimiento lento, y es muy raro que se extienda a partes distantes del cuerpo. No obstante, si un cáncer de células basales se deja sin tratar, puede extenderse a las áreas cercanas y afectar a los huesos subyacentes así como otros tejidos de la piel. Después del tratamiento, el carcinoma basocelular puede reaparecer en el mismo lugar de la piel (tiene tendencia a recidivar).
- El carcinoma espinocelular o carcinoma de células escamosas se desarrolla en las capas superiores de la epidermis, y representa alrededor del 20% de todos los casos de cáncer de la piel. Con frecuencia aparece en áreas del cuerpo expuestas al sol, tales como la cara, las orejas, el cuello, los labios y el dorso de las manos. También se puede desarrollar en cicatrices o úlceras de la piel en otras partes del cuerpo. Pensar en el "ABCDE" puede ayudar a recordar lo que se debe tener presente: Asimetría (cuando el contorno de una mitad de la pigmentación no es igual al otro); Bordes (bordes irregulares o borrosos); Color (contiene zonas de colores distintas tonalidades de negro, marrón y canela, incluso azuladas); Diámetro (si la lesión pigmentada ha crecido); Evolución (el lunar, en general ha cambiado de algún modo).
Melanoma
El melanoma es el tipo de cáncer de piel más peligroso y el que causa la mayoría de muertes por cáncer de piel. Todos los tipos de melanoma pueden ser peligrosos. El tipo más común es el superficial, pero otros tipos de melanoma (nodular, léntigo maligno o lentiginoso acral) son también frecuentes y deben ser tratados con efectividad. En casos menos frecuentes, otras zonas del cuerpo pueden estar afectadas por un melanoma: en la boca, en el iris del ojo o en la retina (parte posterior del ojo); muy raramente puede desarrollarse en la vagina, en el esófago, en el ano, en las vías urinarias o en el intestino delgado.
Los responsables de este tipo de cáncer son los melanocitos, que son las células que producen la melanina que pigmenta la piel. Cuando un lunar cambia de aspecto, de color, de tamaño o presenta una textura distinta a la que tenía anteriormente, puede haberse convertido en un melanoma. El tratamiento para el melanoma es siempre quirúrgico, asociado algunas veces con radioterapia o quimioterapia.
Queratosis actínica
La queratosis actínica es una enfermedad precancerosa de la piel, cuya causa es la exposición a los rayos solares. Se caracteriza por pequeñas manchas ásperas, de color rojizo, rosa o del propio color de la piel. Suelen desarrollarse en las zonas más expuestas al sol (cara, orejas, dorso de las manos y brazos aunque también pueden aparecer en otras zonas), en personas de edad media o ancianos con piel clara. Suelen tener un crecimiento lento y en algunos casos pueden convertirse en cáncer de células escamosas. Pueden también desaparecer por sí solas y volver a aparecer con el tiempo.
Diagnóstico
El diagnóstico de los distintos tipos de cáncer de piel se realiza mediante una biopsia de la zona afectada, es decir, extrayendo una porción de la zona y observándolo a través del microscopio para determinar la naturaleza de las células que la muestra presenta.
La detección precoz es la mejor forma de asegurar un mejor pronóstico para aquellos que padecen en cáncer de piel. Se aconseja examinarse uno mismo la piel mensualmente y acudir una vez al año a un profesional a partir de los cuarenta años de edad o si se observa algún cambio sospechoso en la piel.
Prevención
En cuanto a la prevención del cáncer de piel, lo más aconsejable es evitar la exposición a los rayos solares, utilizar protectores solares de alta calidad con factores de protección no menores de 15 y que protejan de los rayos UVA y de los UVB y proteger la piel de la exposición solar con ropas que cubran las zonas más expuestas a la luz solar, además de evitar la horas de mayor intensidad lumínica del día.
Dra. Elisabeth Herrero Vila - Dr. Jordi Esquirol Caussa - Especialistas en Medicina Familiar y Preventiva - Médicos Colaboradores de Advance Medical