Prevención del cáncer de cuello de útero

El cuello de útero es la zona de unión entre el fondo de la vagina y el útero, es una zona en la que se producen más cánceres en las mujeres. La edad de aparición es a partir de los 45/50 años, pero en realidad se inicia unos 15/20 años antes con la aparición de una infección de un virus, el virus del papiloma humano. El origen del proceso se inicia cuando la mujer tiene un contacto sexual con un varón portador del papiloma humano durante una relación sexual.
La infección del papiloma humano es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente. El varón actúa como portador sin saberlo, por falta de síntomas. Durante el contagio, el virus se adhiere a la pared de las células del cuello del útero, en la mayoría de los casos, el sistema defensivo de la mujer lo puede repeler, pero algunos serotipos tienen la capacidad de adherirse, penetrar y alterar el sistema celular. Esta alteración que produce el virus va afectando a la célula de tal forma que al cabo de 10 o 15 años la acaba transformando en una célula cancerígena, hasta convertirse el útero en una zona tumoral sangrante. Además, hay otros serotipos del mismo virus que son los causantes de las verrugas genitales.
El cáncer se puede prevenir mediante la realización de la citología de Papanicolaou, desde que la célula del cuello del útero es infectada por el virus del papiloma humano pasan una serie de años en las que sufren una serie de cambios que pueden ser detectados al microscopio mediante la citología. Si una mujer periódicamente se hace este tipo de revisión, se puede detectar a tiempo las células afectadas y extraerlas mediante una sencilla técnica.
Es importante realizar la citología de manera periódica, para evitar que estas alteraciones acaben produciendo un cáncer que requeriría cirugía, quimioterapia, radioterapia si se llega a tiempo.
En segundo lugar podemos prevenir el cáncer mediante la vacunación contra el virus del papiloma humano. Existe una vacuna que enseña al sistema defensivo cómo proteger y eliminar los virus del papiloma humano en los casos en los que haya habido una infección. Esta vacuna protege de los serotipos que más frecuentemente producen cáncer del cuello uterino. Lógicamente, debe administrarse antes del contagio, y por eso se recomienda administrarla en niñas. En realidad evita que personas no contagiadas previamente se infecten de los serotipos más frecuentemente cancerígenos del virus del papiloma humano, causante directo del cáncer de cérvix.
En resumen, el virus del papiloma humano es un virus de transmisión sexual, capaz de transformar las células del cuello del útero al cabo de 10 o 15 años en una célula cancerígena. Si durante este tiempo la mujer se hace citologías periódicas, es posible detectarlas y eliminarlas por el ginecólogo. Si no se hace así, una evolución posible es que estas células pasen a convertirse en cancerígenas. Es conveniente que las niñas puedan ser vacunadas de los serotipos más frecuentes y ganar así cierta protección.