Atención a los crudos

La toxoplasmosis es una infección que puede poner en peligro la salud del feto y que está causada por un parásito llamado Toxoplasma gondii. Mientras que los adultos sanos no sufren síntomas de enfermedad cuando tienen las toxoplasmosis, si una mujer se infecta estando embarazada su bebé también puede hacerlo. Se cree que alrededor del 50 por ciento de las infecciones de toxoplasmosis se producen por comer carne infectada cruda o poco cocinada. Pero también se puede contraer si comes productos contaminados sin lavar, bebes agua contaminada, o manipulas tierra, arena para gatos o carne que estén infectadas y después te tocas la boca, la nariz o los ojos. Durante el embarazo se recomienda, por tanto, tomar siempre la carne bien hecha, las verduras cocinadas y evitar los embutidos no cocidos. Estos pueden congelarse y tomarse una vez descongelados, pero en general es mejor evitarlos.
En cuanto a la prohibición del consumo de pescado y marisco crudo durante el embarazo se hace para evitar el riesgo de intoxicaciones o infecciones debido a los parásitos que puedan tener, como el anisakis. El peligro de que pase al ser humano también está en el pescado ahumado, salado, en vinagre o marinado, que tampoco ha sufrido procesos de cocción. Una de las posibilidades que tenemos para eliminar el parásito es congelar el pescado crudo a una temperatura inferior a -20ºC, durante las 24 o 72 horas previas a su consumo, o bien cocinarlo a una temperatura de más de 60ºC durante al menos dos minutos en el interior de la pieza ya que de esta manera se destruyen las larvas. Por tanto, para asegurar su total inactivación se aconseja cocinar toda la pieza al menos 10 minutos.
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