Las contracciones

Las contracciones son el verdadero motor del parto y producen cambios en el cuello de útero, en concreto el acortamiento y dilatación de las fibras musculares. Sin embargo, a veces pueden darse antes que haya llegado el momento, por lo que pueden alarmar a la embarazada. A continuación te explicamos cómo distinguirlas.
- ¿Qué tipos de contracciones hay?
- ¿Qué sintomatología producen?
- ¿Y si aparecen antes?
- ¿Es necesario preocuparse?
¿Qué tipos de contracciones hay?
Las preliminares son las que suceden antes del trabajo de parto efectivo. Ocurren durante un tiempo variable (pero son de escasa duración), son irregulares y se dan a intervalos variables y prolongados. Provocan molestias a nivel de hipogastrio (bajo vientre) y en la región de la ingle. No dan lugar a dilatación del cuello uterino, por lo que a veces se las denomina falsas contracciones de parto. Pueden empezar a notarse alrededor de la semana 28-30 de gestación. Con frecuencia duran poco tiempo, pero pueden provocar contracciones efectivas de parto verdadero
Son contracciones dolorosas, regulares y frecuentes (cada 3-10 minutos). La frecuencia de las contracciones varía según el caso y el momento del parto, pero suelen repetirse cada dos o cuatro minutos. Las de parto son las únicas contracciones musculares fisiológicas que son dolorosas, sin conocerse exactamente la causa de este dolor. El papel en el trabajo de parto de este tipo de contracciones es el de modificar el canal blando del parto favoreciendo así el descenso y encajamiento del feto.
¿Qué sintomatología producen?
Las contracciones de parto son dolorosas, se trata de una molestia, similar a la que puede padecerse durante la menstruación aunque con más intensidad: es un dolor fuerte que se produce sobre todo en la zona lumbar (en los riñones). Se suele apreciar una sensación de tripa dura.
¿Y si aparecen antes?
Las contracciones uterinas de parto deben aparecer cuando el embarazo ha llegado a término. Si se producen antes de tiempo hay que acudir al centro de referencia para valorar el número y la intensidad de las mismas y ver si son efectivas o no, es decir, si están modificando el canal del parto.
Si aparecen antes de la semana 34 de embarazo es conveniente intentar frenar esa dinámica y madurar los pulmones del feto, puesto que podría producirse un parto prematuro.
Si aparecen pasadas la semana 34 ya no sería necesario, pues la viabilidad fetal es muy alta aunque puede hacerse necesario practicar una cesárea.
¿Es necesario preocuparse?
Si una mujer embarazada empieza a sentirlas debe quedarse en reposo, mantener la calma y ver si desparecen en el transcurso de una hora. Todo esto siempre que no haya otros síntomas acompañantes. Si esto no ocurre, deberá acudir al hospital.
Dra. Isabel Giménez Blasco - Especialista en Ginecología y Obstetricia - Médico colaborador de Advance Medical