Medicamentos en la lactancia y embarazo, ¿Cuáles son?

Hay que ser muy prudente a la hora de administrar medicamentos durante el embarazo y la lactancia por los posibles efectos que pueden ocasionar en el feto y el recién nacido. Sin embargo, estoy personalmente muy en contra una afirmación que oigo a menudo: “la embarazada no puede tomar nada”. Aunque no existen los denominados medicamentos lactancia o embarazo, lo correcto será valorar en cada caso los beneficios y los riesgos de determinados tratamientos durante estos periodos, pero obviamente la premisa es que la embarazada ha de ser tratada correctamente si la patología lo requiere.
Qué debemos tener en cuenta
Los conceptos más importantes a tener en cuenta son:
- Proteger el periodo llamado embriogénesis, mientras se están formando todos los órganos del feto, hasta la semana 12-14 de embarazo. Es durante este lapso de tiempo cuando determinados agentes externos podrían provocar una malformación y hay que ser más cautos. Fuera de este periodo podemos ser más laxos.
- El efecto de cualquier sustancia sobre el feto o el recién nacido es muy distinto si se trata de una administración puntual o si es un tratamiento prolongado. Por ejemplo, es muy distinto tomar puntualmente una dosis de benzodiacepinas (tranquilizantes o pastillas para dormir) para tratar un episodio de ansiedad concreto, que no tendría consecuencias sobre el feto, sobre todo evitando el primer trimestre, que una paciente que las tenga que tomar durante todo el embarazo, ya que ocasionaría un síndrome de abstinencia en el recién nacido al nacer.
- Es especialmente delicado hacer estudios sobre el efecto que pueden producir los medicamentos sobre el embarazo por razones obvias, con lo que, a menudo, los fármacos que causan efectos graves sobre el feto o recién nacido se han conocido a base de desafortunados tratamientos empíricos con malos resultados o estudiando el efecto causado en animales extrapolándolo a la raza humana.
- El periodo de lactancia es equiparable al segundo y tercer trimestre de embarazo, por lo que cualquier sustancia que toma la madre se excreta por la leche materna y su exposición prolongada o a altas dosis puede provocar problemas agudos o influir en el crecimiento y desarrollo del bebé.
Clasificación de los medicamentos
Existen unas guías publicadas para uso médico en que se clasifican los medicamentos en cinco categorías según el riesgo que supongan para el embarazo:
- A: incluye todos aquellos de los que existen estudios que demuestran su inocuidad.
- B: medicamentos que probablemente no provoquen efectos adversos.
- C: se ha demostrado que en animales provoca complicaciones, pero no se han hecho estudios en humanos.
- D: existen estudios que demuestran que pueden provocar riesgo fetal pero puede estar justificado su uso en casos graves.
- X: no debe usarse bajo ningún concepto pues tienen efectos graves sobre el feto y el riesgo supera claramente cualquier beneficio.
También existe una clasificación de los medicamentos que están permitidos y los que no durante la lactancia.
En la categoría A incluimos la mayoría de vitaminas, cuyo uso incluso es recomendable en el embarazo, como el ácido fólico o el hierro, muchos antibióticos y antifúngicos para tratamientos infecciosos, el paracetamol como analgésico de primera elección, algunas hormonas como la insulina para pacientes diabéticas, o la tiroxina para pacientes con hipotiroidismo.
El tratamiento de patologías como cardiopatías, hipertensión, depresión se puede abordar de distinta manera. Existen fármacos para su tratamiento que entrarían esta categoría en cambio otros están desaconsejados.
Así pues, en caso de patología que requiera una medicación, si estás embarazada o lactando, consulta al especialista, quien recomendará la más adecuada. Y no te automediques.
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