Patología benigna de mama

La mama también puede tener dolencias benignas. Más allá del cáncer, existen otras patologías de las mamas.
Galactorrea
Es la secreción de leche fuera del periodo post-parto. Se trata de un derrame blanco que aparece de forma provocada o espontánea en ambos. La causa es un aumento de la prolactina, producida en la hipófisis y regulada por el hipotálamo. El estrés, la falta de sueño o los trastornos emocionales pueden elevarlo. Algunos medicamentos, como los ansiolíticos, los antidepresivos, los antieméticos, los anticonceptivos y los hipotensores, producen la liberación de prolactina. Para el estudio de la galactorrea hay que hacer una extensión citológica y un análisis hormonal de sangre. Si la prolactina está elevada hay que hacer un estudio de imagen por si hay un tumor de hipófisis. Para disminuir la prolactina lo primero es retirar los medicamentos, si los hay, tratamiento quirúrgico si es un tumor o bien dar un fármaco dopaminérgico.
la forma más frecuente de aparición es en su forma aguda. Se caracteriza por una zona más o menos extensa, enrojecida, dolorosa, indurada y caliente con la presencia de fiebre más o menos tardíamente. Es mucho más frecuente durante el periodo de lactancia. Ante estos signos hay que realizar una minuciosa exploración física y una ecografía para descartar la presencia de un abceso. El tratamiento está basado en los antibióticos.
se origina en los conductos cercanos al pezón por el estancamiento de secreciones espesas acumuladas en la porción terminal de los galactóforos. Estos conductos se ocluyen y la infección daña la pared y una alteración de los tejidos adyacentes. Finalmente se produce un abceso que al no poder evacuarse por la vía natural que es el pezón, lo hace por una nueva vía hacia zonas más débiles como son la unión de la piel con la areola. De esta manera se crea una falsa vía de drenaje que se denomina fístula y que es recidivante. El único tratamiento en estos casos es la extirpación quirúrgica de la fístula y de todo el tejido adyacente dañado.
es el tumor benigno más frecuente de la mama. Es típico de mujeres jóvenes, está constituido por tejido fibroso y tejido epitelial y son dependientes de hormonas, es decir responden a cambios hormonales, aunque no se sabe muy bien mediante qué mecanismo. Por lo general es un nódulo palpable, duro y bien delimitado, no adherido a planos profundos. Para su diagnóstico hay que explorar para delimitar su tamaño y solicitar una ecografía-mamografía para comprobar si hay factores de malignidad o no. Su tratamiento es hacer controles periódicos y si crece, duele o la mujer no se siente tranquila hay que extirparlos quirúrgicamente.
es parecido al fibroadenoma, pero con un crecimiento mayor y rápido. Suelen recidivar y por eso hay que extirparlos.
son poco frecuentes y se caracterizan por tener todos los tejidos de la mama. Son típicos de los 40 años y sólo hay que quitarlos cuando hay dudas en el diagnóstico.
son lesiones localizadas en los conductos galactóforos, los que llevan la leche, y se descubren por la aparición de secreción escasa y clara, a veces se pueden notar gotitas de sangre en la ropa, aparecen generalmente por un solo orificio del pezón. En estos casos hay que hacer extensión citológica de la secreción y una galactografía. Estos tipos de tumoración hay que extirparlos porque pueden tener cierto potencial maligno, sobre todo si aparecen en forma múltiple.
Dra. Isabel Giménez Blasco - Especialista en Ginecología y Obstetricia - Médico Colaborador Advance Medical