Yoga en el embarazo

05 Jun 2012
lombrices intestinales

Combinar ejercicios cardiovasculares (andar, bicicleta, piscina... a una intensidad moderada), con la práctica del yoga resulta ideal durante el embarazo, no sólo porque te mantienen en forma, sino que también tonifica tus músculos, da mayor flexibilidad a tus articulaciones, mejora la circulación, y te proporciona fuerza y vitalidad. Además, esta técnica oriental ayuda a mejorar la respiración y a relajar, dos beneficios muy útiles de cara al día del parto y a los días siguientes. Una de las primeras cosas que se enseñan son técnicas de respiración, que resultan muy útiles para afrontar las contracciones dolorosas, mientras que la relajación en todos los músculos facilita el progreso natural del trabajo de parto y en consecuencia es mucho más corto y menos doloroso. Sin embargo, y como seguramente te indicará el especialista, debes tomar ciertas precauciones ya que existen posiciones y movimientos que no son recomendados si estás embarazada, como aquéllas en las que tienes que estar recostada boca abajo mucho tiempo, ya que esta posición disminuye el flujo sanguíneo hacia el útero y no se recomienda después del primer trimestre. Igualmente, se recomienda evitar aquellos movimientos que estiran los músculos abdominales demasiado ya que podrías sufrir un desgarro.

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