Actitudes anti-consumismo para niños

El consumismo se refiere a la acumulación de compra y consumo de bienes o servicios no esenciales. Es ley del “usar y tirar”, donde los valores se centran en lo que podemos tener. Vivimos en una sociedad consumista, donde se nos alienta a comprar a todas horas como camino a la “felicidad”. Pero paradójicamente somos la generación con los índices de felicidad más bajos: aparentemente lo tenemos todo pero ni tiempo nos queda para disfrutarlo.
Los niños y adolescentes de hoy, especialmente aquellos de nivel socioeconómico medio y alto, tienen acceso a una cantidad y variedad de productos increíble. Reciben diariamente cientos de mensajes que les animan a consumir… Y, por lo tanto, piden, piden y piden. Y los padres compramos, compramos y compramos.
Un estudio europeo afirma que los jóvenes de 16 años consideran que comprar es una de las actividades más divertidas. La adquisición de cosas nuevas de manera impulsiva y con irresponsabilidad económica es muy alta. Los jóvenes tienen un nivel más alto de vulnerabilidad ante los mensajes que relacionan consumo con felicidad, éxito social y prestigio personal.
¿Cómo podemos romper este círculo vicioso? ¿Podemos ir a contracorriente? ¿Seremos más felices si dejamos de consumir compulsivamente?
Actitudes anti-consumo en familia
Austeridad
Las actitudes de los niños pueden ser un reflejo de sus padres. Si tenemos actitudesausteras en casa, podremos educar en este valor. Vale más lo que hacemos que lo que decimos. La austeridad puede empezar en el tema alimentario, como no comprar otra caja de cereales hasta que se acabe la recién abierta.
Reflexión
“Pienso, luego consumo”. Preguntarse si necesitamos comprar, por qué compramos y qué queremos conseguir con la compra es un buen ejercicio para niños y adultos. La conciencia ecológica, por ejemplo, el consumo sostenible y ético pueden ser temas muy interesantes para hablarlos en familia. Por ejemplo, comprar ropa ecológica y de comercio justo.
Reciclar o customizar
Alargar la vida a lo que tenemos, aprovechar lo viejo para realizar algo diferente y creativo. Crear juguetes con nuestros hijos “de la nada” es una actividad fantástica para comprar menos y divertirse más.
Reparar lo que se estropea
Romper la rutina de “comprar y tirar” no es tan difícil: arregla las cosas, valóralas y no te generes tantas necesidades.
Ver menos televisión
Los niños reciben diariamente un bombardeo publicitario abusivo. Reducir las horas de tele, poner películas o series sin anuncios puede ayudar a nuestros pequeños a sentir menos necesidad de poseer.
Disfrutar de la naturaleza
El tiempo libre debe disfrutarse no sólo yendo de compras. Educa a tus hijos a que disfruten del deporte, de un paseo o de una excursión. Esto no cuesta dinero y nos aporta muchísima más felicidad.
Poner límites
“Decir NO es saludable”. Muchas veces es más fácil consentir lo que se pide a sostener una actitud de firmeza y razonabilidad. No es adecuado calmar sentimientos de culpa comprando cosas o bien querer que los hijos tengan todo lo que no tuvimos en nuestra infancia. Los niños necesitan no tenerlo todo y que no les compren todo lo que piden
Dra. Esther Martínez García - Especialista en Pediatría – Médico consultor de Advance Medical