Dislexia

La dislexia puede acompañarse de otros trastornos en el ámbito del aprendizaje escolar como la disgrafía (dificultad para el trazado correcto de las letras) o la disortografía (dificultad para el uso correcto de las reglas de ortografía). Puede incluso relacionarse con dificultades para la pronunciación, sobre todo de palabras nuevas y largas y con problemas de lateralidad cruzada. Aproximadamente entre un 10 y un 15% de la población padece este trastorno y afecta de igual manera a niños y a niñas.
En el aula estos niños suelen retraerse y ser tachados de vagos o distraídos sintiéndose menospreciados por su incapacidad para aprender. En otros casos el niño puede adoptar una conducta disruptiva y violenta con sus compañeros de clase... Maneras de llamar la atención y obtener el reconocimiento que no puede alcanzar con sus resultados escolares.
Cómo detectarlo
Según la edad del niño hay algunos hechos que pueden hacernos sospechar de una posible dislexia.
- Niño preescolar.
- Antecedentes familiares de dislexia.
- Retraso en la adquisición del habla.
- Poca habilidad para recordar el nombre de las cosas.
- Pronunciación incorrecta de palabras semejantes fonéticamente.
- Dificultad para la orientación espacial.
- Mayor capacidad manual que lingüística en las evaluaciones psicológicas.
- Dificultad para aprender rimas.
- Dificultad con las secuencias.
Niño menor de 12 años:
- Dificultad en el aprendizaje de la lectoescritura.
- Persistencia de trazar los números en espejo o con una direccionalidad incorrecta.
- Letra extraña, omisiones de letras.
- Dificultar para distinguir derecha e izquierda.
- Dificultad para la comprensión del lenguaje oral y el seguimiento de instrucciones verbales.
- Dificultad con el aprendizaje de secuencias: alfabeto, tablas de multiplicar, meses del año...
- Desorganización en casa y en la escuela.
- Falta de atención y concentración.
- Inicio de problemas de conducta y manifestación de la frustración y disminución de la autoestima.
Niño mayor de 12 años:
- Escritura descuidada, desordenada e incluso incomprensible.
- Errores ortográficos.
- Incapacidad para redactar relatos o composiciones escritas.
- Tendencia a confundir los números de teléfono y las órdenes verbales.
- Gran dificultad en el aprendizaje de lenguas extranjeras.
- Baja comprensión lectora.
- Rechazo a la lectoescritura.
- Baja autoestima o depresión.
- Aparición de conductas disruptivas o de inhibición.
Detección
Es muy importante la detección de la dislexia en fases precoces, en la primera infancia. Para ello los profesores deben estar formados mínimamente para ser sensibles en la detección.
Antes de diagnosticar una dislexia se han de descartar que el niño no presente:
- Problemas de visión.
- Problemas de audición.
- Coeficiente intelectual bajo.
- Problemas emocionales graves.
- Falta de estimulación.
- Retraso del desarrollo.
- Lesión neurológica.
El diagnóstico precoz de la dislexia es importante para poder ofrecer al niño el soporte psicopedagógico necesario para evitar el fracaso escolar y la afectación emocional del niño.
Dra. Esther Martínez García - Especialista en Pediatría - Médico colaborador de Advance Medical