Meningitis: tipos, síntomas, tratamiento y prevención

31 Jul 2018
La meningitis se produce por el ataque de microorganismos a las meninges, poniendo en riesgo la vida de la persona. Tratamiento y prevención son claves.

En las últimas décadas, gracias a la vacunación de la población y la disponibilidad de antibióticos eficaces, ha disminuido mucho la incidencia y ha mejorado el pronóstico de la meningitis, pero su mortalidad y secuelas todavía son altas. Por este motivo, todos los esfuerzos están dirigidos a su prevención con vacunas. 

La mortalidad está en torno a un 5%, siendo el neumococo y el meningococo los microorganismos más agresivos. Hasta un 25% de los casos pueden tener secuelas, sobre todo sordera, pero también crisis epilépticas y retraso psicomotor.

La meningitis: síntomas y tratamiento 

Las meninges son tres membranas que recubren y protegen el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). Su función principal es la protección ya que actúan como un filtro o barrera selectiva, impidiendo la entrada de microorganismos, sustancias y micropartículas perjudiciales para el sistema nervioso. Además, las meninges producen el líquido cefalorraquídeo, se puede amortiguar los pequeños golpes o traumatismos en la cabeza. 

El término meningitis significa “inflamación de las meninges”. Se produce por el ataque de microorganismos (infecciones), sustancias químicas o fármacos. Es una situación de riesgo para la vida de la persona, por lo que su diagnóstico se debe realizar de manera rápida para poner el tratamiento adecuado y que no se vea comprometida la vida del niño.

Una infección en cualquier otra parte del cuerpo, un traumatismo abierto en la cabeza o el contagio de otro niño afectado puede causar una meningitis. La mayor parte de los microorganismos que la ocasionan proceden de las vías respiratorias altas, pasan a la sangre y, finalmente, al sistema nervioso.

Tipos de meningitis

Hay distintos tipos. Son los siguientes: 

  • Bacteriana: causadas por bacterias. Según la edad del niño son más frecuentes unas bacterias u otras y eso nos condicionará el tratamiento empírico o de inicio hasta tener los resultados del cultivo del líquido cefalorraquídeo. En neonatos (menores de un mes) las bacterias implicadas son las relacionadas con el canal del parto (Streptococcus agalactiae) en relación con la colonización materna en el canal del parto, coli y Listeria monocytogenes. En mayores de tres meses los gérmenes más frecuentes son neumococo (N. Meningitidis), Haemophilus influenzae y estreptococo (S. Pneumoniae). Son las meningitis más graves, pero también las menos frecuentes. Su incidencia ha disminuido gracias a la vacunación. 

  • Viral o aséptica: virus como la varicela, la gripe, el sarampión o el herpes pueden causar su desarrollo. Este tipo son las más benignas y también las más frecuentes en los niños. 

  • Fúngicas: son causadas por hongos. Son muy poco frecuentes y suelen afectar a niños con el sistema inmunológico muy deprimido.

Síntomas de la meningitis

Los síntomas pueden variar en función de la edad del niño y de la causa de la misma. Los más frecuentes son:

  • Fiebre

  • Disminución del nivel de conciencia (aletargamiento).

  • Irritabilidad

  • Cefalea

  • Fotofobia (ojos muy sensibles a la luz).

  • Rigidez de cuello (solo en los niños mayores de dos años, que tienen las fontanelas cerradas).

  • Erupción cutánea (manchas rojas en la piel).

  • Convulsiones 

Algunas meningitis virales pasan casi desapercibidas. Pueden pasar como simples gripes ya que solo se acompañan de fiebre, síntomas catarrales y dolor de cabeza. En los casos leves no se llegan nunca a diagnosticar y se curan por sí solas, sin tratamiento y sin secuelas en siete o 10 días.

Los lactantes con meningitis suelen estar irritables, muy somnolientos o faltos de energía. Un signo de alarma es que su llanto no se puede calmar de ninguna manera.

Los síntomas más frecuentes de la meningitis en bebés serían:

  • Ictericia (tono amarillento en la piel).

  • Cuerpo hipertónico o muy rígido.

  • Fiebre o temperatura corporal más baja de lo normal (no siempre tienen fiebre).

  • Falta de apetito o rechazo del alimento.

  • Succión débil.

  • Llanto agudo e inconsolable.

  • Fontanelas abultadas (las zonas blandas de las partes superior y anterior del cráneo del bebé).

Meningitis

Tratamiento de la meningitis

La meningitis bacteriana es muy grave y puede tener graves secuelas si se demora el tratamiento, por lo que, ante la más mínima sospecha, tomamos una muestra de líquido cefalorraquídeo (mediante una punción lumbar) e iniciamos tratamiento antibiótico endovenoso.

Las meningitis víricas no requieren tratamiento antibiótico y, si son muy leves, podemos evitar, también, el ingreso hospitalario.

Si se inicia el tratamiento rápidamente, la meningitis se puede resolver de forma satisfactoria. Por lo tanto, es importante que el niño reciba las vacunaciones sistemáticas de rigor, que la familia sepa identificar los síntomas de la enfermedad y que se solicite atención médica de inmediato si sospecha una meningitis.

Vacuna de la meningitis

La mejor estrategia para prevenir la meningitis es que el niño reciba todas las vacunas recomendadas por la AEP (Asociación Española de Pediatría).

Las vacunas que protegen contra la meningitis bacteriana son la mejor estrategia en salud pública para disminuir su incidencia:

  • Vacuna contra el Haemophilus influenzae (Hib): se administra de manera conjugada con otras cinco vacunas más en una vacuna llamada hexavalente. Está incluida en el calendario vacunal. La pauta más habitual de administración es a los dos, cuatro y seis meses, y una dosis de recuerdo entre los 15 y 18 meses. Su eficacia ronda el 95%. Se introdujo en 1998 y, desde ahí, la enfermedad invasiva por Hib (donde se incluye la meningitis) ha desaparecido prácticamente en España. 

  • Vacuna contra el Neumococo: esta vacuna se incluye en el calendario vacunal y se administran varias dosis a los dos, cuatro y seis meses con una dosis de recuerdo entre los 12 y 15 meses. Tiene una eficacia del 97% para evitar enfermedades neumocócicas invasivas, como la meningitis, neumonías, bacteriemia o sepsis. 

  • Vacuna contra el Meningococo: el meningococo tiene doce cepas o tipos distintos. Para algunos de ellos disponemos de vacuna:

  • Meningococo C: esta vacuna está incluida en el calendario vacunal infantil. Se administran 3 o 4 dosis y se inicia entre los dos meses de edad. Su eficacia es del 90%.

  • Meningococo B: no está financiada por el sistema de salud pero la AEP la recomienda. Se puede comprar en farmacias y según la edad de inicio de la primera dosis, el niño necesitará dos o tres dosis.

  • Meningococo A, W, X: forman parte de una nueva vacuna tetravalente que cubre los tipos A, C, W e Y. Se recomienda en niños con mayor riesgo de padecer infección meningocócica, adolescentes y niños viajeros.

Complicaciones de la meningitis

Una de las cosas que más preocupan a lo pediatras son las complicaciones de las meningitis bacterianas. Estas deben ser tratadas con medicamentos específicos y pueden aparecer durante el proceso infeccioso: convulsiones, hipotensión o dificultad para respirar por sí mismo.

Una vez superada la infección las secuelas neurológicas pueden ser variadas y de diferente grado de importancia. Una de las más frecuentes es la sordera, déficits visuales, convulsiones o trastornos del desarrollo psicomotor o cognitivo.

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Esther Martinez Garcia
Autor/a: Esther Martínez García
  • Responsable de la Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

  • Médico Colaboradora de Advance Medical

  • Vocal de Actividad Asistencial en SAME • Sociedad de Acupuntura Médica de España

  • Docente del Máster de Medicina Tradicional China y Acupuntura (UB)

  • Vocal Junta directiva de la Societat Científica de Catalunya i Balears

  • Profesora postgrado en UB

  • Socia fundadora de http://www.qipoint.net/

Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Experta en Acupuntura pediátrica.