Otitis y niños en verano

La otitis externa es una inflamación de la piel del conducto auditivo externo, que está causada por una infección bacteriana, siendo la pseudomona uno de los agentes infecciosos más frecuentes. Lo habitual es que se de sólo en un oído, pero puede ocurrir en ambos a la vez.
El champú o el cloro de la piscina desprotegen la piel del conducto auditivo, afectando a la flora protectora y favoreciendo la colonización de hongos u otras bacterias. Otra de las causas de otitis es la cera acumulada en el conducto, que no deja que éste se ventile correctamente, y pueda provocar, incluso, la formación de tapones que el pediatra deberá retirar.
Síntomas y tratamiento
Las otitis externas no se acompañan de fiebre alta pero sí de un dolor muy intenso y que aumenta simplemente al tocar la oreja. Si la infección es muy importante, puede ocasionar febrícula. La inflamación del conducto auditivo provoca disminución de la capacidad auditiva. Es un proceso que dura una semana pero que es muy importante diagnosticar y tratar correctamente para evitar complicaciones.
El tratamiento es sencillo, ya que se basa en la aplicación de gotas antibióticas. Si el dolor es muy intenso, se puede ofrecer al niño un analgésico o antiinflamatorio.
¿Se pueden evitar?
La prevención más eficaz es mantener la orejas limpias y secas para lo que se aconseja secarlas bien con el pico de una toalla o con una gasa, nunca con bastoncillos, ya que estos pueden producir heridas internas en el conducto y favorecer la aparición de otitis. En los casos de otitis externas de repetición, el pediatra puede recomendar el uso de tapones de silicona para evitar la entrada de agua en el conducto.
Dra. Esther Martínez - Especialista en Pediatría – Médico colaborador con Advance Medical