¿Cómo cuidar la piel atópica en verano?

La piel atópica es más reactiva a estímulos externos como la sequedad del ambiente, el polvo, la contaminación ambiental o los cambios de tiempo. Además, pueden tener reacción a otro tipo de estímulos internos como el estrés o algunos alimentos.
La piel atópica se caracteriza sobre todo por la tendencia a la sequedad. Las personas con este tipo de piel tienen una menor capacidad para la retención de agua y para tener una hidratación correcta.
¿Qué empeora la piel atópica en verano?
En verano es frecuente ducharse más de una vez al día, o bañarse en playas y piscinas. Esto puede provocar una mala hidratación. Paradójicamente, cuanto más se moja la piel, más se reseca, si no se aplica una crema hidratante, porque la piel capta agua (lo podemos ver cuando se nos arrugan los dedos tras unos minutos sumergidos en el agua), y la pierde rápidamente. Las cremas hidratantes no introducen agua en la piel, sino que actúan como una capa de grasa que hace que no se evapore y que se retenga en el estrato córneo de su superficie. En algunas, además hay sustancias humectantes o higroscópicas (que atraen agua y ayudan a fijarla en la capa córnea o superficial de la piel) como la avena o la urea.
¿Cuáles son los síntomas de la piel atópica?
Una mala hidratación en la piel atópica deriva en picor, que puede ser muy molesto. Al provocar rascado, puede empeorarse la barrera protectora cutánea, provocar infecciones o aumentar el picor todavía más al entrar en un círculo vicioso de picor y rascado.
Además, la piel atópica tiene una sensibilidad a la infección. El verano es una época en la que las actividades o deportes al aire libre o en playas y piscinas pueden acarrear un mayor riesgo de infecciones, como el impétigo, el molusco contagioso o el herpes.
La exposición al sol puede ser especialmente perjudicial, porque aumentará el picor, especialmente si son personas de piel blanca y ojos claros.
Cuidados básicos en verano
La piel atópica necesita una serie de cuidados durante el verano. Son los siguientes:
- Buena hidratación:
- Es el primer cuidado. Tras el contacto con agua (piscina, playa) hay que aclarar el cloro o la sal con una ducha (evitando el agua muy caliente), mejor utilizando pocos jabones con alto contenido en detergentes. Las personas atópicas deberían utilizar poco jabón o emplear syndets (geles sin detergentes o tensioactivos). Este tipo de geles de ducha crean poca espuma y limpian más por arrastre, pero cumplen el objetivo de no destruir la barrera grasa de la piel. Inmediatamente después de la ducha hay que secarse no frotándola enérgicamente, sino suavemente, con toques de la toalla sobre la piel, y aplicar inmediatamente una crema o leche hidratante. No es necesario utilizar ni la más cara ni la más sofisticada, pero tampoco cremas o leches de baja calidad que pueden llevar alcoholes, perfumes, conservantes u otros irritantes. El dermatólogo puede orientar perfectamente a cualquier persona sobre el tipo de hidratante que conviene a su piel.
- La protección solar
- Cada persona deberá aplicarla según su tipo de piel (más blanca o más morena) y el grado de radiación solar. En general, en cualquier clima, el sol es más dañino y quema más la piel en las horas centrales del día (entre las 11 y las 16 horas). Hay que tener en cuenta que sombrillas o sombreros no protegen completamente de la luz que incide en la piel por los reflejos del agua o la arena de la playa, por lo que hay que aplicar un fotoprotector o protector solar en la piel. Una persona atópica debería usar protectores de gama alta, con composición hipoalergénica, y preferentemente de factor entre 30 y 50.
- Ropa, temperatura y humedad ambiental.
- Es conveniente buscar ambientes frescos y poco secos. En este sentido, los aires acondicionados y los ambientes cargados de espacios cerrados como los centros comerciales son muy poco convenientes. Respecto a la ropa, es bueno vestirse con fibras naturales como algodón o lino, y evitar las fibras sintéticas y la vestimenta que provoque calor y sudor. Muchos niños atópicos son muy "calurosos", con tendencia a sudar mucho y a tener picor cuando se sofocan. Hay que vestirlos con varias capas que se puedan poner o quitar en función de la situación y la temperatura.
Playa y piscina con piel atópica
Son beneficiosas o perjudiciales para la piel atópica según varios factores. En días frescos o en horas en las que el sol no calienta tanto (primera hora de la mañana o por las tardes), junto con baños en agua de mar, el efecto de los días de playa es positivo, y puede contribuir a mejorar la piel. En cambio, cuando ganan el calor, el sudor y la exposición excesiva al sol, la piel empeora y puede empezar a manifestar picor o molestias. Cada uno debe de conocer su piel y las circunstancias externas para encontrar su "punto" de beneficio del contacto con la playa.
Las piscinas suelen tener agua desinfectada con cloro u otros productos químicos, que contribuyen a resecar la piel. Siempre debe aclararse la piel al salir de la piscina, y no dejar que pierda agua y se reseque, hidratándola como hemos indicado.
Dr. Jorge Romaní - Especialista en Dermatología - Médico colaborador de Advance Medical
Tengas la edad que tengas, puedes tener un problema de salud. Los más comunes son los siguientes: