Dolor en antebrazo: ¿tengo epicondilitis?

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¿Qué es la epicondilitis y por qué causa dolor en el antebrazo?
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Cómo tratar el dolor en el antebrazo causado por la epicondilitis
El dolor en el antebrazo puede estar ocasionado por una epicondilitis o codo de tenista, una lesión asociada muy frecuentemente a ciertos deportes y profesiones.
Aunque existen diversas causas que pueden dar lugar a la aparición de dolor en el antebrazo, una patología común es la epicondilitis.
A continuación, hablaremos de esta lesión para conocerla mejor y aprender a identificarla. Así sabremos cuándo acudir a un profesional sanitario que pueda asesorarnos correctamente.
¿Qué es la epicondilitis y por qué causa dolor en el antebrazo?
La epicondilitis es una afección dolorosa del codo que puede ser producida por el uso excesivo o la realización de esfuerzos repetitivos de los músculos extensores.
Es por ello, que esta lesión también recibe el nombre de «codo de tenista». Aun así, no se trata de un problema que afecte exclusivamente a los jugadores de tenis con mala técnica.
La epicondilitis puede ocurrir por otro tipo de tareas, no deportivas, que se realicen de forma periódica y requieran movimientos reiterados de la mano y la muñeca.
Por ejemplo, esta lesión puede aparecer como consecuencia del uso habitual, y con posiciones incorrectas en diversas profesiones como las del uso del ordenador y el ratón en trabajos de oficina; o por el empleo de martillos neumáticos o de taladros en muchos oficios.
Cabe mencionar que esta afección, que provoca dolor en el antebrazo y se localiza en la cara externa del miembro, también es denominada epicondilitis lateral para diferenciarla de la epicondilitis medial o codo de golfista, una lesión que se produce en la cara interna del codo.
En cualquier caso, la epicondilitis y el dolor que ocasiona se producen como consecuencia del daño y la inflamación de los tendones que conectan los músculos del antebrazo con la parte exterior del codo.
Síntomas de la epicondilitis
La epicondilitis o codo de tenista se caracteriza por ocasionar dolor y sensibilidad en el antebrazo. No obstante, estos síntomas aparecen de forma gradual, siendo leves al comienzo y empeorando poco a poco con el paso del tiempo. El dolor tiende a localizarse en la cara externa del codo, en el punto de inserción muscular (epicóndilo del codo), que es donde tiene lugar la lesión.
Además, el dolor suele presentarse con irradiación hacia el dorso del antebrazo y una intensificación de la sensación dolorosa cuando se fuerzan los músculos extensores. Por tanto, acciones como agarrar una raqueta o girar un destornillador pueden empeorar el dolor y otros síntomas.
Esta lesión también puede ocasionar una sensación de ardor en la cara exterior del codo, así como una pérdida de fuerza de agarre o debilidad.
Cabe destacar que esta afección no compromete la movilidad del brazo, que continúa siendo completa a pesar del dolor, y que no se aprecia ninguna lesión evidente cuando se evalúa mediante radiografía.

Cómo tratar el dolor en el antebrazo causado por la epicondilitis
La aparición gradual de los síntomas hace que resulte complicado asociarlos a una lesión concreta cuando el problema comienza a manifestarse. Sin embargo, a medida que empeoran, la epicondilitis resulta más evidente, sobre todo para el médico.
El profesional sanitario examinará el antebrazo afectado para determinar las posibles causas del dolor.
Además de la exploración física, puede que nos solicite pruebas adicionales, como radiografías o una electromiografía. De esta manera, se consiguen descartar patologías como una artritis en el codo o la compresión de algún nervio.
Asimismo, para completar el diagnóstico, nuestro médico también podría recurrir a la realización de una resonancia magnética. Así, puede determinar el grado de daño que se ha producido en el tendón o descartar otras posibles causas del dolor en el antebrazo.
Una vez confirmada la lesión, el especialista nos indicará el tratamiento a seguir, que puede ser quirúrgico o no quirúrgico.
Tratamiento no quirúrgico del codo de tenista
En la inmensa mayoría de los casos no es necesario recurrir a una cirugía para solucionar la epicondilitis y eliminar el dolor en el antebrazo.
Por tanto, suele recurrirse a alguna de las siguientes opciones terapéuticas, de manera individual o combinadas:
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Tratamiento farmacológico, para la reducción del dolor y/o la inflamación, con medicamentos analgésicos, como el paracetamol, o antiinflamatorios, como el ibuprofeno.
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Fisioterapia, para el fortalecimiento de la musculatura del antebrazo y para favorecer la curación de la lesión.
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Inyecciones de corticoesteroides, como la cortisona, para el alivio de la inflamación y el dolor en el antebrazo.
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Aplicación de frío, para reducir la inflamación en la zona afectada.
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Uso de una férula o dispositivo ortopédico para restar presión a los músculos y tendones. El objetivo es reducir los síntomas que causa la lesión, evitar su empeoramiento y favorecer la recuperación.
Por supuesto, también será necesario el reposo y la interrupción de la actividad responsable del daño para la recuperación de la lesión, así como minimizar o evitar aquellas tareas que agudicen el dolor y otras molestias.

Cirugía para tratar la epicondilitis
Aunque no es lo habitual, en aquellos casos en los que el dolor en el antebrazo no desaparece con el reposo y los tratamientos no invasivos disponibles, el médico puede considerar oportuno la realización de una cirugía.
Por lo general, la intervención quirúrgica para el tratamiento del codo de tenista no se suele contemplar hasta que han pasado, al menos, 12 semanas de tratamiento conservador sin resultado.
El tipo concreto de cirugía dependerá de cada caso particular y del alcance de la lesión, pudiendo ser una intervención quirúrgica abierta o artroscópica. En cualquier caso, tras la operación, el brazo se suele inmovilizar de forma temporal.
Una vez transcurrido el periodo de inmovilización requerido se deberá realizar rehabilitación del codo. Primero, con ejercicios de estiramiento y flexibilidad. Después, con ejercicios de fuerza.
¿Se puede hacer algo para prevenir la epicondilitis?
La etiología de la epicondilitis es de naturaleza traumática o por estrés (ocasionado por movimientos repetitivos frecuentes).
Por tanto, para evitar sufrir la patología de "codo de tenista" se deben adoptar medidas preventivas frente a posibles microtraumatismos o estrés para las estructuras del codo, tanto en la práctica deportiva como en el ejercicio de ciertas profesiones.
Algunas de esas medidas son:
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Realizar estiramientos de los músculos extensores de la mano y la muñeca antes y después de las actividades que puedan exponernos a sufrir epicondilitis.
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Aplicar frío al acabar el trabajo o ejercicio físico que ocasiona dolor en el antebrazo.
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Utilizar una cincha de epicondilitis cuando vayamos a realizar actividades que supongan un riesgo de padecer esta lesión o provocar recaídas.
Estas medidas preventivas también pueden hacer que, una vez haya aparecido, el problema evolucione de forma favorable espontáneamente (sin tratamiento). En caso de experimentar dolor en el antebrazo, siempre será conveniente acudir a nuestro médico o fisioterapeuta.
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