ENTREVISTA A CRISTINA HOYOS

Hace aproximadamente 14 años, a Cristina Hoyos, bailaora y coreógrafa de profesión, le diagnosticaron un cáncer de mama.Grup Àgata tuvo el privilegio de hacerle una entrevista, de la que extraemos unos fragmentos.
¿Qué le impulsó a hacer público su cáncer de mama?
C.H. Mi honestidad. Tuve que suspender actuaciones en dos ciudades. Me dijeron que tenía cáncer de mama y a la semana, mas o menos, me estaba operando. No sabía cuando podría volver a bailar, por lo tanto tuve que suspender varios compromisos. Mi sobrina me dijo que había que decir que no podía actuar porque me acababa de operar de un cáncer de mama. ¿Por qué ocultarlo? En el momento en que anuncié que iba a bailar de nuevo precisamente aquí, en Barcelona, publicaron una página en La Vanguardia explicando que iba a bailar mientras recibía el tratamiento de quimioterapia. Lo dije porque va con mi persona, con mi personalidad. Traté de comunicarlo de la forma más humilde posible, como lo habría hecho cualquier otra persona.
¿Qué papel desempeñó el baile en su recuperación?
C.H. Cuando entré en el quirófano y me dijeron que me tenían que quitar los ganglios sólo pensaba en el brazo. Había visto a otras mujeres que tras una operación de este tipo no conseguían levantar el brazo completamente. Mi preocupación siempre fue el baile y mi salud. Indiscutiblemente me apoyé en mi marido, que ha sido una pieza fundamental, en mi familia, en mis amigos y, cómo no, en el baile. Mi profesión me ha dado mucha fuerza para salir. Yo decía: Esto no me va a quitar de bailar. He tenido una motivación extra para salir adelante.
¿Tuviste que reinventarte después de superar el cáncer?
C.H. Soy una persona que ha disfrutado siempre de las pequeñas cosas y no olvido nunca mis orígenes. Nací en una familia muy pobre y estoy valorando todo lo que me está dando la vida. La vida me ha dado más de lo que yo pensaba tener nunca, por lo tanto disfruto mucho de las cosas que me da la vida. Después de tener cáncer valoro las cosas, claro que sí, pero yo ya las valoraba antes. No olvido ni a mi gente ni de dónde vengo. Ahora, lo que pasa, es que pierdo menos tiempo en pensar lo que la gente puede llegar a pensar o a decir de mí. Que mis enemigos pierdan el tiempo, porque yo no voy a perder ni un ratito.
¿En tu libro ¡Ànimo p’adelante! Lanzas la frase: “No estoy enferma, solo operada de cáncer”. Es una frase simple y directa, pero con un gran significado…
C.H. No me considero una enferma. En el momento que me daban la quimioterapia y la radioterapia, me empezaba a sentir bien, me hago las primeras y segundas revisiones… me considero una persona operada, que me han quitado lo malo que tenía y que estoy divinamente. Muevo el brazo exactamente igual que el otro. Por lo tanto, la frase que digo es así, taql y como la siento. No soy una enferma, sólo una persona operada de cáncer y punto.
¿Cómo vive Cristina Hoyos las temibles revisiones periódicas?
C.H. Hace muchos años que me operé de cáncer, entonces yo el tema de las revisiones lo vivo de manera muy normal. Al principio, y al contar esto no me siento una heroína, cuando iba al hospital para hacerme una revisión estaban mucho más preocupados el médico y mi marido que yo. Siempre pensaba que cuando me dieran los resultados de las pruebas no iba a tener absolutamente nada. Siempre he pensado en que estoy bien. Conozco mucho mi cuerpo, mis síntomas y si tuviera algo creo que me lo notaría igual que noté me el cáncer. Tuve un pequeño percance a los dos o tres años. El oncólogo vio unas cositas raras en la mama y decidió operar. Yo le dije: doctor, , que no es nada… Me volvieron a intervenir y efectivamente no tenía nada.
¿Hay algún mensaje que querrías enviar a las mujeres con cáncer de mama?
C.H. Que acudan a las revisiones, que si se encuentran cualquier cosa vayan rápidamente al médico y que no lo dejen para mañana. Lo más importante es la prevención. También les digo que levanten el brazo y que vayan a bailar, aunque sean sevillanas, rumba o lo que quieran, que verán que terapia más buena.