La conciliación Personal y Laboral

¿Qué es la conciliación?
Si buscamos en el diccionario el verbo “conciliar” encontramos, en una de sus definiciones, la siguiente: “Hacer compatibles dos o más cosas”, y esto nos lleva a pensar que en algún momento puede llegar a darse una discordancia entre ambos roles y surge así la necesidad de conciliar.
Las personas que trabajamos ocupamos, desde este enfoque, dos roles. Así, cubrimos el rol laboral (relativo al tiempo que tenemos que dedicar a nuestro trabajo) y el rol personal (que se refiere al tiempo que necesitamos o queremos dedicar a nuestra familia, gestiones, ocio, etc.).
En este sentido, entendemos la conciliación como el conjunto de medidas y herramientas que deberían ponerse en marcha para permitir la compatibilidad de la vida personal, laboral y familiar, para ambos géneros, sin exponer a la persona a la necesidad de elegir la merma o supresión de una de estas parcelas en pos de otra.
En este sentido, hay una serie de medidas importantes que provienen (o deberían provenir) de los agentes sociales que estructuran nuestra vida profesional y personal en gran medida. Y aunque se han hecho algunos avances, aún queda mucho camino por recorrer.
Por ejemplo, en España hasta que la mujer no se empezó a incorporar al mundo laboral en los años 80, no empezaron a surgir estas necesidades, ya que, en líneas generales, eran ellas quienes se encargaban de la crianza de los hijos y del cuidado del hogar. Aun así, hubo que esperar casi 20 años y, en 1999, se publicó la Ley 39/1999 para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras donde se hablaba de los permisos de maternidad y de la prohibición de despedir por embarazo, entre otros avances.
Unos años después, en 2007, se publicó la Ley 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que incluía la obligación de crear Planes de Igualdad en las empresas de más de 250 trabajadores, ampliar los permisos de paternidad, etc.
En los últimos años se sigue avanzando, incluyendo también otros colectivos (personas con diversidad funcional) y ampliando otras medidas, tales como aumentar los permisos de paternidad, permiso de lactancia para ambos progenitores pero como algo novedoso, y se empieza a hablar de la desconexión digital o de la gestión del teletrabajo. Este guiño lleva a hablar de conciliación, no solo familiar, sino personal. Ya no solo se mira que los trabajadores que tienen familia puedan conciliar eso, si no otros colectivos que puedan conciliar también para tener su tiempo libre y desconectar, o para poder ir al banco o a notaría en momentos puntuales.
Y es que la ausencia de conciliación puede conllevar riesgos psicosociales tales como el estrés o la fatiga laboral, con las consecuencias para la salud que esto supone en las personas que las sufren. Estos daños se pueden ver tanto a nivel físico – motor, como social y cognitivo.
A día de hoy, y aunque se siguen aumentando las medidas, la situación coyuntural que estamos viviendo, provocada por el COVID-19, hace que las condiciones laborales sean en muchos casos muy complicadas de compaginar con una vida personal (jornadas maratonianas, conexión las 24 horas, poca flexibilidad de horarios en algunos casos, etc.)… De poco sirve que haya una normativa de permisos que vaya ampliándose, cuando en el día a día no hay tiempo para poder trabajar y cuidar a los tuyos, o cuidarte a ti mismo.
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