Sal para hipertensos

La sal es un condimento alimentario usado diariamente alrededor del mundo. ¿Porqué los hipertensos deben reducir el consumo de sal? ¿Qué tipo de sal es mejor? Descubre las respuestas a estas preguntas en este artículo.
¿Qué es la hipertensión arterial?
La presión arterial (PA) es aquella que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias. La elasticidad de las arterias disminuye con el paso de los años, por esto es tan frecuente encontrar niveles altos de tensión arterial en personas mayores.
Durante la contracción del corazón, se produce la máxima presión o presión sistólica. En cambio, cuando el ventrículo se relaja se produce la mínima presión o presión diastólica.
La hipertensión arterial (HTA) se describe como la elevación de los niveles considerados normales de presión arterial de forma continua o sostenida.
Los valores serán elevados cuando estén por encima de 140 mmHg de presión sistólica y 90 mmHg de presión diastólica.
Los valores de PA suelen variar continuamente en un mismo individuo, dependiendo del momento del día, factores emocionales, ejercicio realizado, fármacos, temperatura, etc. Por lo tanto, para diagnosticar HTA debe hacerse un promedio de numerosas tomas de PA.
¿Qué riesgos conlleva la hipertensión arterial?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la hipertensión arterial es el factor de riesgo que más muertes causa a nivel mundial. Junto con el tabaquismo y la hipercolesterolemia, es un factor de riesgo muy importante en la cardiopatía isquémica y uno de los principales factores de riesgo de accidentes vasculares cerebrales (ACV).
Esta enfermedad afecta aproximadamente a un 35% de la población adulta española. Y en mayores de 65 años, a un 68%.
Se trata de un gran problema de salud pública, ya que el hecho de padecer HTA aumenta el riesgo de muchas otras enfermedades y como consecuencia, el coste sanitario.
Reducción de sal en la dieta
Se ha demostrado que el patrón dietético DASH (Dietary Approach to Stop Hypertension) consigue resultados parecidos al de algunos fármacos hipotensores en el tratamiento de la HTA.
Se trata de seguir una dieta moderadamente hiposódica (1600 mg de sodio/día) que incluye alimentos ricos en potasio, calcio, magnesio, proteínas y fibras. Además de asegurar el consumo de fruta fresca, verduras, granos enteros (integrales), legumbres, semillas, frutos secos, pescado, aves, carne magra y productos lácteos bajos en grasa. En cambio, se limita el consumo sal, dulces, bollería, carnes rojas, carne y pescados ahumados, charcutería, bebidas azucaradas, bebidas alcohólicas, quesos curados, productos precocinados, salsas procesadas, sopas de sobre, pastillas de caldo concentrado y snacks salados.

Consejos para reducir la sal:
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Evita el consumo de tentempiés salados así como de productos ultraprocesados y no abuses de la sal de mesa. El 80% de la sal consumida en países desarrollados proviene de alimentos procesados y precocinados a los que se les suele añadir aditivos a base de sodio (para su conservación y/o para potenciar el sabor) como por ejemplo: glutamato monosódico, cloruro sódico, fosfato disódico, propionato sódico, etc. Por ello, es importante fijarse siempre en las etiquetas de los productos alimentarios antes de consumirlos.
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Usa especias y hierbas aromáticas en la cocina para aportar sabor a las preparaciones reduciendo la cantidad de sal añadida. Las opciones y combinaciones son casi infinitas: azafrán, canela, comino, guindilla, cúrcuma, pimentón, pimienta, curry, perejil, orégano, cilantro, laurel, menta, romero, tomillo, salvia, etc. Asimismo, el uso de ingredientes como ajo, limón y jengibre realzan el sabor de los platos. Experimentar en la cocina es una manera fácil y divertida de intentar reducir el consumo de sal.
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Limita el consumo de alimentos en conserva y salazones. Todos aquellos alimentos encurtidos como aceitunas, pepinillos, las conservas de pescado, el salmón ahumado y las anchoas en aceite, contienen un alto contenido de sal. Lo mismo ocurre con los embutidos y otros productos cárnicos procesados. Por ello, es aconsejable reemplazarlos por alimentos bajos en sal (atún claro bajo en sal, salsa de tomate sin sal, queso bajo en sal, caldos sin sal, frutos secos naturales, etc.).
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