Síndrome de la clase turista: la trombosis venosa

El síndrome de la clase turista está relacionado con la trombosis venosa. Hace ya 50 años que la trombosis venosa se asoció por primera vez con los viajes en avión. El aumento considerable de los viajes en avión en esta sociedad global se ha traducido en un incremento de esta enfermedad.
La trombosis venosa se produce por la disminución de la circulación de la sangre en las venas de las piernas. Si estos trombos se desprenden llegan al pulmón generando un embolismo pulmonar. Para prevenir su formación es aconsejable la hidratación continua, bebiendo mucha agua y evitando el consumo de alcohol o café. Durante los viajes en avión, donde las piernas están inmovilizadas en una postura incómoda, es preciso que el pasajero consuma líquidos para evitar a toda costa la formación de trombosis.
Varios estudios clínicos han demostrado una alta relación entre el riesgo de padecer trombosis venosa y tener el hábito de viajar de forma regular en avión. Algunos estudios van más allá y sostienen una relación dosis-respuesta. Según esta propuesta el riesgo de embolia pulmonar en las personas que viajan en avión aumenta en función de la distancia recorrida durante el viaje. Otros estudios son más alarmistas y afirman que el riesgo de desarrollar trombosis venosa es de 2 y 4 veces en personas que habían viajado en avión, especialmente en las primeras dos semanas tras el vuelo.
¡No te olvides de la hidratación durante los viajes!