Los beneficios de la esgrima: trabajo físico y mental

Imagina una disciplina que combine el trabajo mental de un jugador de ajedrez, y el trabajo de fortaleza y elasticidad de una clase de GAP… ¡Deja de imaginar y apúntate a clases de esgrima!
Es un gran desconocido. Para empezar, la esgrima (sí, es femenino) es deporte olímpico desde el año 1896, y lo puede practicar cualquier persona de cualquier edad, por ejemplo tú.
Ponte en forma. La esgrima te puede ayudar a moldear tu figura. Entre las cualidades físicas básicas de cualquier tirador (así se llama a los que lo practican) está la resistencia, la fuerza, la velocidad y la flexibilidad, o sea ¡todo!
Según datos de la Universidad de Princeton, en una sesión de esgrima se pueden llegar a quemar hasta 400 calorías. Y además vas a trabajar todo el cuerpo, sobre todo brazos y piernas. Mejorarás tu postura y fortalecerás los músculos del cuello, ya que para estar “en guardia” deberás mantener la columna vertebral totalmente recta. Si eres constante verás cómo aumenta tu energía y elasticidad.
Concentración máxima. La esgrima es un arte de guerra, y su principal objetivo es que te adelantes a los movimientos de tu contrincante, ¿no sería maravilloso conseguir esto en tu vida diaria?
La Real Federación Española de Esgrima lo define de un deporte de evasión que agiliza los reflejos y agudiza la inteligencia. Tendrás que concentrarte para predecir la estrategia de tu adversario, y gracias a esto, trabajarás además tu agilidad mental y tu coordinación.
Resumiendo, no sólo verás mejorar tu forma física, sino que aumentarás tu equilibrio y tu coordinación. Trabajarás tus reflejos y además perderás peso. Y lo mejor de todo, no saldrás herido.
Touché! O lo que es lo mismo, ¡tocado! No tienes más escusas. Y como en esgrima la mejor defensa es un buen ataque, ¿por qué no buscas tu federación o club más cercano y comienzas hoy?