Dermatitis seborreica infantil, ¿tiene solución?
La dermatitis seborreica infantil es una reacción de la piel que provoca la formación de escamas o costras de color blanco y amarillo que se concentran en áreas más grasas o seborreicas, aquellas con glándulas sebáceas como puede ser el cuero cabelludo, la zona más grasa de la cara, pliegues de las axilas e ingles e incluso dentro de las orejas.
En el caso de los niños, puede aparecer durante la lactancia, en los primeros meses de vida del bebé y suele desaparecer espontáneamente con el paso del tiempo, aunque en algunos casos puede persistir durante varios meses o incluso años. Puede reincidir durante la pubertad. No existen pruebas que demuestren que los niños con dermatitis seborreica tengan predisposición de padecer la enfermedad en edad adulta, aunque algunas investigaciones sugieren que podría haber cierta relación con la dermatitis seborreica en adultos, sobre todo si hay antecedentes familiares.
Causas de la dermatitis seborreica infantil
Se desconoce la causa exacta de la dermatitis seborreica, si bien parece existir una predisposición genética, y puede deberse a una combinación de factores: alteración en el funcionamiento de las glándulas sebáceas y determinados agentes infecciosos como hongos, especialmente el hongo Malassezia, que suele estar presente en la piel de muchas personas, pero puede generar problemas en aquellas más sensibles.
También se ha propuesto que los cambios hormonales que ocurren en el bebé durante el nacimiento, así como la transferencia de hormonas maternas, podrían estimular las glándulas sebáceas del niño, lo que provocaría un exceso de producción de sebo.
¿Y los factores de riesgo de la dermatitis seborreica infantil?
Aunque la causa exacta de la dermatitis seborreica infantil no se comprende por completo, existen varios factores que pueden aumentar la probabilidad de que un niño la desarrolle. Estos factores pueden estar relacionados con el tipo de piel, el entorno o incluso el estilo de vida familiar. Es importante tener en cuenta que la presencia de uno o varios de estos factores no garantiza que la enfermedad se manifieste, pero sí puede aumentar su probabilidad.
Estos algunos de los principales factores de riesgo asociados con la dermatitis seborreica infantil:
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Piel con tendencia grasa o problemas de piel como el acné o eczema.
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Historial familiar de dermatitis seborreica u otras afecciones cutáneas.
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Climas extremos, ya sea frío o calor extremo, que pueden desestabilizar el equilibrio de la piel.
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Consumo de alcohol o uso de lociones que contienen alcohol entre sus componentes.
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Sobrepeso, ya que puede afectar al metabolismo de la piel y las glándulas sebáceas.
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Estrés en el entorno familiar o en el propio bebé también se ha considerado un factor que puede exacerbar la condición.
Es importante tener en cuenta que estos factores de riesgo no son exclusivos de la dermatitis seborreica, y a menudo se superponen con otros problemas cutáneos, como el acné o la dermatitis atópica.
Síntomas de la dermatitis seborreica infantil
La dermatitis seborreica aparece en forma de costra o caspa en el cuero cabelludo. Se acompaña de enrojecimiento de la piel. En los lactantes los síntomas son escamas gruesas y con costras de color amarillo que nace en el cuero cabelludo y que puede desarrollarse incluso en los ojos, orejas y nariz.
No suele ir acompañado de otros síntomas del estado general, aunque en algunos casos puede causar cierta incomodidad y picazón leve. Suele producir picor en la zona.
En ocasiones puede ocurrir que se note una pérdida de cabello en la zona con dermatitis, debido al exceso de acumulación de escamas o a la inflamación local. Sin embargo, esta pérdida de cabello es temporal y el cabello vuelve a crecer una vez que la dermatitis se controla.
Tratamiento de la dermatitis seborreica infantil
En muchos casos puede llegar a desaparecer en pocas semanas, incluso sin tratamiento. Aun así, es recomendable observar de cerca la evolución, ya que la dermatitis seborreica puede volver a aparecer después de haber desaparecido temporalmente. El tratamiento más utilizado son champús especialmente formulados para la dermatitis que no solo ayudan a eliminar las escamas, sino que previenen de la reaparición de escamas en la piel. En caso de persistir los síntomas, un dermatólogo puede prescribir un antifúngico que combate el hongo y cremas con corticoides antiinflamatorios, los cuales ayudan a reducir la inflamación y el enrojecimiento.
En el caso de los niños, podemos aligerar los síntomas no cubriendo su cabeza con gorros. Si las escamas son abundantes podemos utilizar parafina líquida, glicerina o aceite de oliva. Estos productos ayudan a suavizar las costras, lo que facilita su eliminación sin dañar la piel. El tratamiento en niños debe ser diferente al de adultos, no puede ser agresivo y podrán utilizar cremas con corticoides tópicos suaves, aplicados directamente sobre la piel, champús ricos en azufre o breas o incluso vaselina. Es fundamental utilizar estos tratamientos bajo supervisión médica para evitar efectos secundarios.
En el caso de que las lesiones sean intensas o perduren, es aconsejable la visita a un dermatólogo, quien podrá llevar a cabo una evaluación más profunda y descartar otras posibles afecciones cutáneas, como la psoriasis o el eczema atópico, que pueden tener síntomas similares.
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