Enfermedades asintomáticas
Cuando sufrimos alguna enfermedad, o hay algo que no va bien en el organismo, suelen surgir unas manifestaciones corporales que llamamos síntomas. Estos síntomas son alteraciones en el funcionamiento normal del cuerpo, señales que nos indican que hay algo que no está funcionando como debería. Normalmente, estos son signos de alerta suficientes como para prestar atención a lo que está causando las alteraciones a tiempo para remediar la causa. Pero los síntomas no siempre aparecen y, en ocasiones, pueden aparecer problemas de salud graves cuyos síntomas no se manifiestan hasta que la enfermedad está muy avanzada, o que presentan síntomas tan leves que suelen pasarse por alto.
Listado de enfermedades asintomáticas
Cuando una alteración en el funcionamiento normal del cuerpo no presenta síntomas, hablamos de enfermedades asintomáticas. Algunas de ellas son muy comunes entre la población adulta y pueden vigilarse y prevenirse con un estilo de vida adecuado y con revisiones médicas habituales.
Diabetes tipo II
La diabetes tipo II o no insulinodependiente es la que se manifiesta en la edad adulta, a medida que el metabolismo de la glucosa se ve alterado por una resistencia a la insulina en los tejidos.
Esto hace que se eleven las cifras de glucosa en la sangre. Esta enfermedad no se instaura de un día para el otro. Es un proceso lento, en el cual no aparecen síntomas ni signos evidentes hasta avanzada la enfermedad, dado que el páncreas va produciendo más insulina para compensar la resistencia. De todos modos, sí se dan síntomas.
Estos suelen ser un aumento del hambre, de la sed y de las ganas de orinar, así como en ocasiones una pérdida de peso.
Estos síntomas son tan poco específicos y en sí mismos poco alarmantes que mucha gente que está comenzando a desarrollar una diabetes no consulta con su médico hasta estados más avanzados, cuando hay una pérdida de peso mayor, se ha producido un cuadro de hipoglucemia o se han hallado de manera casual cifras altas de glicemia al realizar una analítica de sangre por algún otro motivo.
Hipertensión arterial
Esta enfermedad tan prevalente en nuestra sociedad y que conlleva un elevado riesgo cardiovascular es una de las que pasa más desapercibidas. Muchas personas pueden padecer hipertensión arterial sin saberlo, dado que no vamos controlándonos la tensión arterial cada día y que la elevación de la misma es en general asintomática.
Cuando la tensión arterial se mantiene elevada de forma prolongada, a lo sumo los pacientes se pueden quejar de dolores de cabeza, sobre todo a nivel frontal u occipital (en la nuca), y muy rara vez se dan palpitaciones, mareos, visión borrosa, pitidos en los oídos u otros síntomas que con frecuencia asociamos al cansancio o al estrés, sin darles mayor importancia.
Estos síntomas pueden ser menospreciados por el paciente, dado que tampoco son constantes, y hacen que las cifras de tensión arterial vayan en aumento progresivamente, siendo la mayoría de las veces un hallazgo casual.
Hipercolesterolemia
Las cifras de colesterol elevadas son un factor de riesgo cardiovascular demostrado científicamente. Por desgracia su elevación no da ningún tipo de síntomas, ni siquiera algunos leves como en el caso de la diabetes mellitus tipo II o la hipertensión arterial. De esta manera, una de las principales causas de enfermedades coronarias pasa totalmente desapercibida para pacientes y médicos.
La única manera de determinar que existe una hipercolesterolemia es mediante una analítica de sangre. Dada la gravedad de las enfermedades cardiovasculares y la ausencia de síntomas de las cifras elevadas de colesterol, es importante realizar controles de los niveles de colesterol siempre que se haga una analítica por cualquier motivo.
Cáncer
Por desgracia, una enfermedad tan agresiva como el cáncer muchas veces no da ningún síntoma hasta que no está en un estado avanzado. Los cánceres rara vez causan dolor y, cuando lo causan, ya están en un estado avanzado, por lo cual en ocasiones es una enfermedad que se tarda en diagnosticar. Son muy variados los diferentes tipos de cáncer y por lo tanto también los síntomas que puede producir. Un cáncer de colon, de pulmón, de próstata, cáncer de mama o de páncreas puede ser totalmente silente, es decir, que no da ningún tipo de sintomatología, y cuando la da puede ser inicialmente inespecífica, como cansancio, pérdida de peso, malestar general, o bien síntomas a los que no damos mucha importancia, como un cierto estreñimiento, una tos persistente, leves molestias al orinar o molestias abdominales difusas.
La importancia del estilo de vida
Siendo estas enfermedades potencialmente graves, pero con inicios insidiosos, ¿cómo podemos hacer para detectarlas y prevenirlas? No podemos estar realizándonos pruebas médicas constantemente pues la mayoría de las personas asintomáticas lo estarán por estar sanas, no por tener estas enfermedades.
La mejor manera de prevenirlas es mediante hábitos saludables de vida: una dieta equilibrada y variada, una actividad física moderada y regular, no fumar, beber alcohol con moderación y llevar a cabo unos controles rutinarios cada cierto tiempo con nuestro médico de cabecera permitirán poder hacer frente a estas enfermedades en fase más precoces de las mismas.
Dr. David Cañadas Bustos - Especialista en Medicina General - Médico consultor de Advance Medical
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