Misofonía, la enfermedad de los sonidos desagradables
Resulta fácil deducir que la misofonía se define como una reacción anormal e irracional a sonidos desagradables concretos.
¿Qué produce los sonidos desagradables?
Se trata de una alteración de tipo neurológico ya que está relacionada con la interpretación extrema que nuestro cerebro hace de los estímulos auditivos debido a una desviación fisiológica del sistema de audición.
No se considera una enfermedad como tal ni tampoco se describe en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V). Su origen es muy incierto y desconocido a día de hoy.
Sonidos desagradables y misofonía
Esta alteración puede aparecer a cualquier edad, aunque es más frecuente que debute en la última etapa de la infancia.
Los síntomas que la explican se basan en reacciones extremas y/o exageradas a sonidos específicos emitidos en situaciones y contextos normales. Algunos ejemplos de estos sonidos que suelen ser banales son:
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Ruidos cotidianos como el que hacen los utensilios al picar una mesa.
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Ruidos físicos como el sonido al masticar, al beber o al respirar.
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Ruidos externos como el motor de un avión o el ladrido de un perro.
No se trata de una fobia hacia los ruidos si no que se basa en una reacción de rechazo involuntaria hacia ciertos sonidos que provienen del exterior o de las personas de su alrededor. Por este motivo, resulta habitual que quien padece misofonía se sienta incomprendido por su entorno ya que la repuesta desproporcionada que tiene a dichos sonidos no se percibe como normal y suele suscitar rechazo e incomodidad y hasta incluso problemas de convivencia en casos de misofonía de alto grado.
Comprender la misofonía
Las personas misofónicas a menudo experimentan un estrés agudo al percibir los sonidos que les molestan y sienten reacciones emocionales como:
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Ira y enfado.
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Disgusto y rabia.
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Irritabilidad
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Nerviosismo
La misofonía como una dificultad de forma aislada se diferencia de la misofonía como un síntoma que forma parte del cuadro clínico de ciertas enfermedades, tales como:
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El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
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El síndrome de Tourette.
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El autismo en su tipología aguda.
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Cuadros de ansiedad graves.
¿Tiene solución la misofonía?
La alteración se puede y se debe tratar con el objetivo de que no se convierta en una alteración discapacitante, que ocasione una situación de enfermedad debido a la incapacidad para llevar una vida normal.
Algunos de los procesos que se aplican para mejorar la misofonía se centran en:
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Desensibilización a los sonidos que la producen para aumentar la tolerancia a los mismos y controlar mejor las reacciones físicas que los suscitan.
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Psicoeducación para aceptar el problema y prevenir que las personas que lo padecen acaben teniendo conductas evitativas y de aislamiento social o laboral.
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Aceptación de que padecen esta dificultad y de que está fuera de su voluntad, lo que hace que el autocontrol se vea comprometido y sea necesario entrenarlo.
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Apoyo familiar para entender el problema y ayudar en la medida de lo posible a que determinadas situaciones o ruidos que sean muy mal tolerados puedan desaparecer o ser evitados y hasta incluso suprimidos.