Alimentación saludable, ¿cómo conseguirla?
La alimentación es el proceso mediante el cual ingerimos una serie de sustancias necesarias para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Se define dieta alimentación saludable cuando los alimentos ingeridos proporcionan los nutrientes necesarios para la salud de nuestro organismo.
Alimentos para una alimentación saludable
Una alimentación variada y saludable debe incluir los siguientes grupos de alimentos: cereales, frutas, verduras, grasas saludables, lácteos, carnes y pescados, huevos y azúcar. Una combinación de estos alimentos nos aportará los nutrientes necesarios para llevar una alimentación saludable. Debemos mantener un equilibrio para que el consumo excesivo de un alimento no sustituya a otro necesario. Por otro lado, en una alimentación saludable se debe moderar las cantidades consumidas para no pasarnos y mantener así un peso adecuado, evitando de esta forma problemas de sobrepeso y obesidad.
Deberá además adaptarse a las necesidades fisiológicas (edad y sexo) y equilibrada, respetando los porcentajes recomendados de los nutrientes: hidratos de carbono alrededor del 60%, grasas 25% y proteínas 15%.
¿Cómo medir si tengo una alimentación saludable?
La pirámide nutricional nos ayuda a medir el equilibrio de nutrientes que necesita nuestro cuerpo. En la nueva modificación de esta pirámide, se incluyen las técnicas culinarias, puesto que dependiendo de la forma de cocinar los alimentos serán más o menos saludables. De esta forma, la técnica de cocina más saludable es la cocción al vapor, la plancha o el horno, dejando de lado las frituras. Además, se recomienda utilizar el cristal y la silicona frente al plástico.
Para medir si tu alimentación es saludable, debemos tener en cuenta las siguientes recomendaciones nutricionales:
1. Alimentos diarios (2-3 veces al día)
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Hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, harinas integrales, legumbres..) También el consumo de 3-4 piezas de fruta y verduras y hortalizas (2-3 veces al día). En total un mínimo de cinco raciones al día, los lácteos semidesnatados o bajos en grasa (2-3 veces al día) y de 1 a 3 veces al día, las carnes blancas (pollo, pavo o conejo, etc.).
2. Consumo ocasional o moderado:
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Carnes rojas y procesados o embutidos, con un consumo de 1-2 a la semana, combinados con verduras y hortalizas.
3. Evitar los productos ricos en azúcar (bollería, refrescos) y moderar la sal (snacks) y grasas saturadas.
4. Es desaconsejable saltarse comidas y hacer dietas restrictivas que impliquen pasar hambre.