Cómo quitar el hipo de forma rápida

Creado el
26 Oct 2017
Modificado el
08 Oct 2024
¡Hip! ¡hip! ¡hip! Tener hipo es una situación muy molesta. Aprende unos sencillos trucos para quitarlo de forma rápida y efectiva.

El hipo consiste en una serie de contracciones espasmódicas de la musculatura que empleamos para inspirar que se dan de manera involuntaria y súbita. El principal músculo implicado es el diafragma, que sube y baja para permitir el llenado y vaciado de los pulmones en cada inspiración y espiración. Cuando se produce esta dolencia, el diafragma se contrae bruscamente a la vez que se produce un cierre de la glotis, una parte de la laringe, lo que hace que el aire se propulse produciendo el peculiar sonido que caracteriza al hipo.

  1. Causas del hipo
  2. ¿Cómo actuar?
  3. Remedios “caseros” para combatirlo

En la mayoría de los casos, suele ser benigno y autolimitarse en el tiempo sin necesidad de hacer nada. Sin embargo, si se prolonga durante días, puede provocar insomnio, pérdida de peso, estrés emocional, apertura de heridas que estén cicatrizando o incluso alteraciones del ritmo cardíaco.
 

Hablamos de hipo persistente cuando este se mantiene ininterrumpido durante más de 48 horas, mientras que definimos como hipo intratable aquel que se prolonga de manera más o menos continua a lo largo de más de un mes.
 

 

Causas del hipo

Puede tener diferentes causas, entre las cuales destacan:
 

  • Trastornos gastrointestinales: reflujo gastroesofágico, hernia de hiato, dilatación del estómago, distensión abdominal por comidas copiosas o con mucho gas, pancreatitis, esofagitis, úlcera gástrica, cáncer de esófago o cirugía abdominal.
  • Trastornos neurológicos: infecciones cerebrales, meningitis, ictus, malformaciones venosas cerebrales, afectación del nervio frénico (el nervio que permite la movilidad del diafragma) por laringitis, otitis, rinitis, faringitis o cuerpos extraños en el conducto auditivo externo, traumatismos craneales, tumores cerebrales, Parkinson.
  • Trastornos torácicos: neumonía, tuberculosis, infarto de miocardio, pericarditis, afectaciones pleurales, cirugía torácica, esofagitis, bocio.
  • Trastornos metabólicos: diabetes y diversas enfermedades renales que alteran los niveles de ciertos iones en sangre, como el calcio, el potasio o el sodio.
  • Trastornos tóxicos: enolismo, tabaquismo, corticoides, benzodiacepinas.
  • Trastornos psicógenos: puede descartarse la causa psiquiátrica si el hipo se mantiene durante el sueño.
     

¿Cómo actuar?

La mayoría de las veces el hipo cede por sí solo, pero si persiste se debe acudir al médico para poder discernir alguna posible causa. Mediante el interrogatorio y la exploración se obtiene mucha información y no siempre resulta necesario realizar pruebas complementarias, que variarán en función de la causa que se sospeche.
 

Si se cree que la causa del hipo es digestiva o torácica podría ser preciso realizar una ecografía abdominal, una endoscopia, una tomografía axial computarizada (TAC) toracoabdominal, una medición durante 24 horas del pH gástrico (pHmetría) o una valoración de las presiones de apertura y cierre de las válvulas gástricas y esofágicas (manometría).
 

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En caso de orientar la causa del hipo como neurológica, es probable que se tenga que realizar una resonancia cerebral o bien un TAC.

De cara a tratar el hipo persistente se debe intentar filiar la causa que lo provoca y pautar el tratamiento adecuado para solventarla. Sin embargo, si se desconoce la causa, se pueden llevar a cabo maniobras no farmacológicas para intentar frenarlo.
 

Remedios “caseros” para quitar el hipo

La sabiduría popular recoge cientos de remedios para subsanar el incómodo hipo, basándose algunos de ellos en principios fisiológicos:

  • Aguantar la respiración o bien respirar en una bolsa:
    • El aumento de la concentración de CO₂ en la sangre inhibe el hipo.
  • Estimulación del nervio vago
    • Se logra bebiendo agua repetidamente, haciendo gárgaras, tragando pan seco o hielo picado, tirando de la lengua o frotando la campanilla.
  • Presionar con cuidado los ojos o bien detrás de la unión entre las clavículas y el esternón
    • Se puede estimular el nervio frénico y lograr que ceda el hipo.
       

En caso de que estas medidas no funcionen y el hipo persista, se pueden probar algunos tratamientos farmacológicos, siendo los más habituales la clorpromazina y el baclofeno, así como otros (metoclorpramida, ácido valproico, haloperidol, amitriptilina, fenobarbital, clonazepam o carbamazepina). Lo común es administrar baclofeno junto con un fármaco para la causa más frecuente, el reflujo gastroesofágico, como puede ser el Omeoprazol o la ranitidina.

En caso de hipo intratable se puede recurrir a intervenciones quirúrgicas o bloqueos anestésicos para inhibirlo.

Esta patología en la mayoría de casos cede por sí misma. En caso de no quitar el hipo en 48 horas, es aconsejable acudir al médico para que lo valore.
 

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Equipo medico dkv
Autor/a: Equipo médico DKV

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