Orina de color naranja: ¿A qué se debe?

La producción de orina naranja puede deberse a diferentes causas, algunas de ellas son inocuas pero otras pueden constituir un problema grave que requiere atención médica.
Si has ido al baño y te has dado cuenta de que tienes la orina naranja, es muy probable que te hayas preocupado.
No es para menos, ya que el color de la orina y sus cambios constituyen, en muchos casos, una señal de alerta frente a problemas y patologías de naturaleza variada.
Aquí hablaremos sobre la orina naranja, causas y síntomas a tener en cuenta para que determines si debes acudir a tu médico o si se trata de una anécdota pasajera.
Orina naranja, causas y síntomas
Por lo general, la micción suele tener una tonalidad amarillenta, pero puede cambiar tanto de intensidad como de color por motivos de lo más diversos.
De hecho, es muy habitual que el color de la orina fluctúe entre un amarillo claro casi imperceptible hasta un tono amarillo oscuro u ocre en función de la cantidad de agua que hayamos bebido.
Sin embargo, ante cambios importantes o drásticos en el color de nuestra orina, lo mejor siempre es acudir al médico para que nos ayude a detectar qué problema está produciendo este evento.
En el caso de la orina naranja, el cambio de color puede deberse a la falta de hidratación o al pigmento de algún alimento que se ha ingerido recientemente.
No obstante, en estos casos la orina tiene color naranja de forma anecdótica o en un momento puntual. Es decir, pronto el color naranja desaparece y la orina recupera su color normal.
En cambio, cuando este color anormal aparece de manera constante hay que tener cuidado y consultar con el especialista, pues en ese caso sí podría deberse a alguna condición que requiera atención médica como, por ejemplo, un problema biliar.
Causas de la orina de color naranja
La orina de color naranja puede deberse a múltiples factores y condiciones. Este cambio en el aspecto de la orina puede ser inocuo y temporal, pero también puede ser el indicio de un problema grave de salud.
Ante la aparición de orina naranja las causas más comunes tras el cambio de coloración pueden ser:
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La deshidratación, ya sea por beber poco líquido o por sufrir pérdidas de líquidos debido a una sudoración excesiva, vómitos, diarrea o una larga exposición al sol.
En cualquier caso, cuando no se está correctamente hidratado, la orina se excreta de forma más concentrada. Esto hace que el pigmento urocromo, responsable del color amarillo de la orina, también se encuentre más concentrado y, en consecuencia, se intensifique el color de la orina.
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Otra causa de orina naranja puede ser la medicación. Los medicamentos que contienen sulfasalazina, fenazopiridina; suplementos nutricionales como las vitaminas B y C; y ciertos fármacos empleados para la quimioterapia pueden provocar que se orine con color naranja.
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Alimentos con alto contenido en betacarotenos, pues se trata de un pigmento que aporta un color anaranjado o rojo.
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En los casos más graves, la orina de color naranja puede deberse a alguna patología, como diferentes enfermedades del hígado, por ejemplo hepatitis, hígado graso o cirrosis. También puede ser indicativo de cálculos biliares o problemas en el sistema urinario o en el páncreas.

Si observas que la orina de color naranja persiste y no vuelve a su tonalidad normal, es importante que tu médico te examine y te realice pruebas. En el caso de que no encuentre ninguna causa aparente, puede centrarse en enfermedades menos frecuentes.
¿Qué síntomas van asociados a la orina naranja?
En ocasiones, el color naranja de la orina es solo un síntoma más, así que puede conllevar otros asociados que se deben tener en cuenta. Eso sí, hay algo determinante al hablar de los signos y síntomas que pueden acompañar a la orina naranja: causas.
Y es que, puesto que las causas de la orina naranja pueden ser diversas, también puede serlo la aparición de los síntomas o la variedad de ellos que puede experimentar la persona afectada.
Por ejemplo, si la orina naranja se debe a una deshidratación es posible que aparezca junto a síntomas como sed constante, boca seca, mareos y palpitaciones, entre otros.
Por tanto, los síntomas asociados a la orina de color naranja nos pueden servir a nosotros, pero sobre todo a nuestro médico, para ir descartando ciertos problemas o desencadenantes del cambio de color. Entre esos síntomas se incluyen:
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Fiebre
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Dolor de cabeza
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Diarrea
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Debilidad muscular
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Falta de apetito
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Náuseas o vómitos
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Cansancio
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Cambios en el color de la piel (relacionado con enfermedades hepáticas, biliares o pancreáticas)
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Insuficiencia renal
¿Cuál es el tratamiento para la orina de color naranja?
Como es lógico, el tratamiento para la orina naranja dependerá de la causa que lo esté provocando. Esto es algo que debe determinar un profesional médico, pero algunos de los posibles tratamientos, en función del origen del problema, son:
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En caso de deshidratación. Si la deshidratación no es muy pronunciada, el problema se solucionará bebiendo líquido, sobre todo, agua. Recuerda que la cantidad diaria recomendada es entre 2 y 2,5 litros al día. Si la deshidratación es algo más severa, es probable que el médico sugiera el ingreso para administrar fluidoterapia y así proporcionar al cuerpo la cantidad de líquidos que necesite.
Ante una situación de deshidratación, es importante que el líquido se tome en pequeñas cantidades, pero con frecuencia. Si presentas otros síntomas, como mareos o náuseas, el facultativo puede recetarte algún medicamento para ellos.
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Debido a la medicación. Si el color naranja de la orina es causado por medicamentos o suplementos nutricionales, no tienes de qué preocuparte. Tan solo tendrás que esperar a acabar el tratamiento para que tu orina recupere su color normal.
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Posible enfermedad. Cuando la orina naranja no se debe a las situaciones anteriores, será fundamental acudir a tu médico para que te examine y busque la causa del color de tu orina. Dependiendo de los resultados, el tratamiento será diferente, pudiendo ser necesario, por ejemplo, un antibiótico en caso de infección en el tracto urinario.
Durante tu visita al médico, no olvides comentar los aspectos que hemos mencionado: medicamentos, cantidad de agua, otros síntomas relacionados, etc. No obstante, el doctor te realizará un análisis de orina y un análisis de sangre para observar por qué se puede haber producido ese cambio de color la orina.
Si tienes alguno de estos síntomas, lo ideal será acudir a un urólogo, especialista en enfermedades de sistema renal. Nuestros seguros de cuadro médico cuentan con acceso ilimitado a especialistas.

¿Qué ocurre si existen síntomas urinarios?
Ante la presencia de síntomas urinarios de cualquier índole, la primera prueba a solicitar es una tira reactiva.
Se trata de una prueba muy sencilla con la que se pueden analizar diferentes parámetros en pocos segundos: hematíes, proteínas, leucocitos, glucosa, bilirrubina, densidad, pH.
El color que adopta la tira reactiva será más intenso en función de la concentración de cada uno de los parámetros analizados. Estas tiras de orina tienen una sensibilidad aproximada del 70%, además de una alta especificidad.
Cuando la tira reactiva muestra un resultado muy alterado se recurre a otra prueba diagnóstica llamada sedimento de orina o uroanálisis.
Con ella se cuantifican y evalúan de forma cualitativa distintos compuestos procedentes del metabolismo, células, bacterias y fragmentos celulares. Es decir, que el uroanálisis permite realizar un examen físico y químico de la orina.
La muestra de orina puede recogerse en cualquier momento, aunque es preferible recoger la primera orina de la mañana por estar más concentrada. Además, es conveniente desechar las primeras gotas para reducir la posibilidad de contaminación de la muestra a recoger.
Ante una orina de color naranja, y en función de los resultados de las pruebas previas, pueden solicitarse estudios adicionales.
Si se detecta una infección de orina suele darse tratamiento antibiótico, aunque, si la infección es recidivante, puede que nos realicen un cultivo de orina y un antibiograma, para identificar el patógeno causante de la infección y el antibiótico más eficaz para erradicarlo.
Si la orina naranja tiene relación con alguna alteración hepática el médico podrá detectarlo mediante una analítica general de sangre, que a menudo se realiza junto al uroanálisis.
En dicha analítica sanguínea se valoran el hemograma, la bioquímica, las enzimas hepáticas y la función renal mediante la cuantificación de urea y creatinina.
Todo ello permite detectar una posible alteración hepática que, de ser confirmada, tendrá que evaluarse en profundidad con pruebas de imagen como una ecografía abdominal o un TAC abdominal.
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