Lucía mi pediatra: Los 10 mandamientos ante su primer móvil

Lamento deciros que no hay una edad cerrada e ideal que, alcanzándola, vayamos a evitar todos que supone darle un móvil a nuestro hijo o hija y que no existe una respuesta concreta para esta pregunta, al igual que no la hay para la edad ideal de sacarse el carnet de conducir y llevar su propio coche o la edad ideal para ir solo al colegio.

Entenderéis que en todos estos casos va a depender de la madurez de cada niño y de sus circunstancias individuales y de grupo.

Es verdad que cuanto más tardemos en darles un móvil, mejor. Pero lo que tampoco podemos pretender es que todo el grupo de amigos de nuestro hijo tenga un móvil y se comunique a través de él y con nuestro hijo nos esperemos hasta los 18 años.

Pero ten en cuenta que el hecho de que les demos un móvil no quiere decir que ya esté todo el pescado vendido, en absoluto. Ni que tenga acceso a datos ilimitados y navegación sin supervisión, ni que duerma con él en la habitación.

Antes de entregarle su primer móvil es importante que hablemos claramente de la responsabilidad que ello supone.

Aquí os muestro la conversación que yo tuve con mis hijos adolescentes antes de su primer móvil. He aquí nuestros 10 mandamientos:

1. Tiempo de uso limitado. Los tiempos los decidimos nosotros, los padres.
2. No dormirás, ni estudiarás con el móvil al lado. Les explicaremos las interferencias que generan en la concentración, en el sueño y el descanso.
3. No mandaremos fotos sin ropa a través del móvil; en bañador tampoco. Les explicaremos que en ocasiones los móviles se hackean y esas fotos pueden terminar en manos de desconocidos.
4. Si te llega una foto o un video al móvil comprometido de alguien a quien conoces, no lo compartas. Reprime a la persona que te lo ha enviado con un: “Creo que a ti no te gustaría que te hicieran esto. No está bien” y elimínalo. Explícales a tus hijos que difundir ese tipo de contenidos es un delito.
5. Nunca aceptes invitaciones de quedadas de desconocidos. Nunca. Hay gente que miente para hacer daño.
6. No utilizarás el móvil para ofender, criticar, humillar o acosar a nadie. Eso también es un delito.
7. No hay móviles en la mesa mientras comemos o cenamos. Yo tampoco, cariño. Y si me ves con el mío, dímelo. Aquí todos somos iguales.
8. Si te escribimos o te llamamos, intenta contestar o coger la llamada. Si en ese momento no puedes, en cuanto te liberes, devuelve la llamada.
9. No se lee el móvil de los demás. No permitas que nadie de tus amigos o futuras parejas te lean el móvil.
10. Si alguien te escribe y te sientes agredido, amenazado o coaccionado, por favor dímelo. Siempre te ayudaré y te apoyaré. Siempre. Pase lo que pase y de forma incondicional.

En resumen, recordad que los bebés, los niños y los adolescentes aprenden de las relaciones interpersonales, de nuestras emociones, de lo que ellos mismos sienten cuando les hablamos, cuando les susurramos, cuando les abrazamos, cuando escuchan nuestros distintos tonos de voz en función de la conversación que estemos teniendo, aprenden de nuestro lenguaje no verbal…

• Aprenden del juego con iguales, de su maravillosa capacidad de asombro, de su pensamiento creativo, constructivo e imaginativo.
• Aprenden de lo que ven a través de nosotros, de lo que huelen, de lo que tocan, de lo que escuchan.
• Aprenden del esfuerzo, del sacrificio, del saber elegir, de la compasión, del dolor ajeno. También nosotros, los adultos.

Yo puedo leerme todas las noticias políticas del día en el móvil pero nunca podrán sustituir a una inteligente conversación con mis padres tras una buena comida.

¡Necesitamos vivir en vivo y en directo!

¡Los niños y nosotros!

Y una cosa más, si tu hijo aún no ha llegado a esta etapa, ahórrate el “yo a mi hijo no le pienso dar su primer móvil hasta que no cumpla los 15 años” porque ya sabéis que el “yo nunca” ,en crianza, se vuelve un arma de doble filo. Estate atento, observa, analiza, empatiza y, sobre todo, no juzgues.

Y recuerda que…

La vida real, la de verdad, está ahí fuera y que las personas que te quieren están y estarán a tu lado, codo con codo, piel con piel, con redes sociales y sin ellas, incondicionalmente.