Cómo descongelar la nevera o el congelador
Nos habéis preguntado si es recomendable descongelar la nevera o el congelador cada cierto tiempo. Pues sí, es aconsejable hacerlo cuando haya una capa de hielo de más de medio centímetro o al menos una vez al año. Ya os hemos contado cómo ordenar los alimentos en la nevera, por qué es mejor atemperar la comida antes de meterla en el congelador que hacerlo cuando aún está caliente y por qué los productos no tienen por qué perder nutrientes al ser congelados.
- ¿Por qué es importante limpiar y descongelar la nevera?
- ¿Cada cuánto tiempo es aconsejable descongelar la nevera y el congelador?
- ¿Cómo limpiar la nevera y guardar los alimentos?
Alma Palau, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN), explica a Maldita Ciencia que no se debe acumular el hielo en el frigorífico, ya que puede dejar de funcionar eficazmente. Además, “el hielo quita espacio en la comida”.
“Tanto la nevera como el congelador pueden acumular hielo con el tiempo debido a los cambios de temperatura al abrir y cerrar la puerta o a que no se haya cerrado correctamente”, indica a Maldita Ciencia Gemma del Caño, especialista en seguridad de la industria alimentaria.
¿Por qué es importante limpiar y descongelar la nevera?
Según cuenta, si no quitamos el hielo, provocaremos que el electrodoméstico gaste más energía “porque actúa como aislante absorbiendo el frío que hay en el congelador”. “Eso por no comentar que podría ser un posible foco de contaminación microbiológica”, alega.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) asegura que, al haber mucho hielo amontonado, el motor se verá obligado a trabajar más, gastará más energía y la vida útil del electrodoméstico se verá reducida: “Tres milímetros de escarcha en las paredes del congelador aumentan el consumo un 30%”.
Del Caño explica que algunos frigoríficos cuentan con un sistema “no frost” (sin escarcha) con un ventilador que se encarga de dispersar la humedad. En ese caso “no habría que descongelarlo de forma manual”. Aunque eso “no va a evitar que tengamos que limpiarlo también de vez en cuando”.
¿Cada cuánto tiempo es aconsejable descongelar la nevera y el congelador?
Del Caño recomienda hacerlo siempre que haya una capa de hielo de medio centímetro de espesor o cada seis meses. En el caso del frigorífico, habría que hacerlo una vez al año como mínimo.
Para descongelarlo, “lo mejor es elegir un día en el que tengamos tiempo porque nos llevará al menos dos horas”. Como hay que sacar los alimentos congelados o frescos, es aconsejable aprovechar el momento en el que dentro no haya mucha comida. Además, podemos aprovechar para hacer limpieza de aquellos alimentos que hemos olvidado en el fondo de nuestra nevera, aunque lo ideal será desperdiciar lo menos posible.
¿Cómo limpiar la nevera y guardar los alimentos?
Estos alimentos deberían, según la experta, ser almacenados juntos y bien envueltos en una nevera o bolsa isotérmica donde no se añadirá hielo sino placas de congelación. La dietista nutricionista Beatriz Robles indica a Maldita Ciencia que hay que evitar mezclar alimentos crudos y cocinados o alimentos envasados con otros sin envasar. También es importante “limpiarlo lo más rápidamente posible”.
Una vez sacados los alimentos, Del Caño explica que el primer paso es desenchufar el frigorífico. “Podemos pasar paños de agua caliente por las paredes o usar el vapor de agua de recipientes con agua caliente”, señala. La experta insiste en que nunca deben usarse ni cuchillos ni ningún utensilio para retirar el hielo: “Corremos el riesgo de romper alguna zona”.
Después habría que sacar todas las piezas móviles como las bandejas o los accesorios y limpiar todas las superficies con agua y jabón (gomas y puertas incluidas), tal y como explica Robles. El siguiente paso sería aclarar todo con agua y secarlo con papel de un solo uso o trapos de cocina recién lavados que al acabar volveremos a echar a lavar.
Una vez que todo está seco y colocado en su sitio, hay que volver a encender el electrodoméstico. “Lo programamos a 4 °C como máximo en la parte de nevera y a -18 °C o a temperatura inferior en el congelador”, señala Robles. Cuando haya alcanzado la temperatura adecuada, será el momento de volver a introducir la comida.