Semanas 21 a 28 del embarazo
Hemos llegado al ecuador del embarazo. Durante este periodo hemos tratado el embarazo semana a semana contando los cambios para el feto y la mama.
- Semana 21 de embarazo
- Embarazo semana a semana. De la semana 22 a la 23
- En la semana 24 de embarazo
- En la semana 25 de embarazo
- En la semana 26 de embarazo
- Embarazo semana a semana: 27 y 28
Semana 21 de embarazo
Cambios en el feto
El feto llega a medir en torno a 17-18 cm y pesa aproximadamente 300 gramos. En el futuro bebé el tracto digestivo continúa madurando y funcionando de forma que el feto deglute líquido amniótico que llega al intestino delgado donde se absorbe parte y el resto llega al intestino grueso. El líquido es fuente de alimento y ayuda al funcionamiento tanto del sistema digestivo como del sistema respiratorio. El pequeño mueve todas las extremidades y cada vez tiene más actividad. La médula ósea fabrica glóbulos rojos en esta etapa, en las niñas la vagina se empieza a formar y en los niños los testículos bajan desde la pelvis al exterior, al escroto. En caso de que esto no ocurra y se queden en el interior de la cavidad abdominal, se denominará criptorquídea.
Cambios en la mamá
Es habitual que en estas semanas la mama ya note los movimientos fetales. Suelen ser más evidentes por la noche y pueden responder a estímulos sonoros. El útero continúa creciendo y es evidentemente palpable y poco a poco el ombligo ira aplanando. Los músculos abdominales, conforme crece el tamaño del útero, se empiezan a separar un poco estirándose hacia los lados, se llama diastasis de rectos, no es un problema salvo que tras el parto se haya engordado mucho y estos hayan cedido demasiado, entonces recuperarlos puede costar más. En esta semana y en adelante es fácil sentir un dolor punzante constante, que se agrava al final del día, que se irradia desde la ingle hasta arriba. En ocasiones es tan intenso y tan molesto que no cede con analgesia convencional. Suele ser motivo de visita a urgencias y su explicación es que el ligamento redondo que sostiene el útero cede conforme crece éste y al hacerlo atrapa terminaciones nerviosas, otros ligamentos... y duele.
En este momento existe posibilidad de realizar la cordocentesis, que es una prueba diagnóstica en sangre de la vena del cordón con el fin de detectar anomalías genéticas, enfermedades sanguíneas, infecciones fetales (citomegalovirus, parvovirus B19, pero su riesgo es superior al de la prueba de la amniocentesis.
De la semana 22 a la 23
Cambios en el feto
El feto mide 19 cm y pesa alrededor de 350 gramos. En su cara ya se diferencian los párpados, las pestañas, las cejas, incluso en las extremidades las uñas de los dedos. En los niños los testículos ya tienen espermatozoides, y en las niñas hay óvulos en los ovarios. Su piel empieza a colorearse, es fina y delgada, con muchas arrugas. Por lo general el bebé nace con algo de coloración, pero es durante el primer año cuando adquiere el tono definitivo. El iris no está pigmentado, por lo que cuando al nacer no se sabe de qué color tendrá los ojos. Los huesos siguen formándose, poco a poco el cartílago se vuelve hueso.
Cambios en la mamá
El útero en la semana 22 ya sobrepasa el ombligo. Este aumento de tamaño hace que el retorno venoso sea cada vez más difícil y con ello aumenta la sensación de pesadez de piernas y de inflamación. Es normal que en estos momentos de embarazo el aumento de peso sea de unos 5-6 kg. Por encima del ombligo se palpa el útero y a veces incluso se palpa duro, es porque el útero se contrae y se relaja. Estas pequeñas contracciones no son continuas, suelen ser espaciadas, de poca intensidad y cortas, son las llamadas contracciones de Braxton-Hicks.
La dificultad del retorno venoso hace que se noten hinchadas las manos y los pies, igualmente es fácil que aparezcan varices en las extremidades inferiores. Para evitarlo hay que evitar estar muchas horas de pie, no llevar ropa ajustada e intentar caminar una hora al día, masajes drenantes, abundante hidratación, evitar la sal, medias de compresión, baños de agua fría.
Si en esta semana no se ha hecho aun la ecografía morfológica, es posible realizarla.
En estas semanas los movimientos fetales se notan a diario. Es probable que debido a la distensión de la piel del abdomen se note picor y sensación de tirantez, incluso pueden empezar a aparecer las temidas estrías. Lo mejor para las estrías es evitarlas y para eso una buena hidratación de la piel desde el inicio del embarazo hará que no aparezcan o bien sean mejor llevadas. La hinchazón de las piernas incluso de las manos continúa porque cada vez el útero presiona más las venas. Es recomendable que siempre que se esté acostada sea del lado izquierdo, para evitar el peso sobre la vena principal, la vena cava inferior. También puede aliviar elevar un poco las piernas. Como consecuencia del aumento de peso es posible que la mamá corrija su postura y aparezcan dolores de espalda, para eso puede ser muy útil hacer ejercicio tipo Pilates, yoga o nadar.
En la semana 24 de embarazo
Cambios en el feto
Ya es el sexto mes y el feto alcanzaría en la mayoría de los casos los 700 gramos y mide entre 21-22 cm. Continúa moviéndose y cambiando de situación porque aún tiene espacio para hacerlo. Los órganos de los sentidos están formados y el bebé interactúa por medio del líquido amniótico. Es capaz de notar olores y sabores, pero no es capaz de ver. En estas semanas se hace muy importante una sustancia llamada surfactante pulmonar, se fabrica en los pulmones y será fundamental para ayudar al intercambio de oxígeno en los pulmones tras el parto.
Cambios en la madre
La madre en esta semana se hará la analítica de sangre del segundo trimestre en la cual veremos el estado del hierro y las plaquetas. Es habitual que haya anemia, es decir un descenso en la hemoglobina y la madre se encuentra cansada, algo pálida, incluso con sensación de palpitaciones. Si los niveles son bajos deberemos suplementar con hierro para que de cara al parto esté recuperada de la anemia. También en este momento hay que hacer el Test de O´Sullivan, una analítica que estudia el metabolismo de la glucosa y nos dice si hay una posible diabetes gestacional. Se realiza haciendo una extracción de sangre en ayunas y determinando la glucosa basal, luego se da un jarabe con 50 gramos de glucosa y una hora después se realiza otra extracción para comparar los valores de glucosa basal y tras la sobrecarga. Si el test es positivo habrá que realizar otro más largo para poder decir si hay o no una diabetes y poner tratamiento si es preciso y los controles fetales y maternos necesarios.
En la semana 25 de embarazo
Cambios en el feto
El bebé en la semana 25 pesa 800 gramos y mide de la cabeza a las nalgas 22 cm, además es capaz de abrir los ojos, tiene pestañas, y aunque aún no es capaz de ver, sí es capaz de oír. De hecho, éste es el sentido más desarrollado porque al estar en un medio acuoso las vibraciones del sonido se transmiten muy bien por el líquido amniótico. Está muy activo y no para de realizar movimientos, aún puede cambiar la presentación y tan pronto está de nalgas como de cabeza, pero esto sucederá hasta que se aproxime el parto.
Cambios en la madre
Aunque ya no es época de tanta náusea y tanto vómito como en las primeras semanas, por el aumento del tamaño uterino y la compresión que puede ejercer sobre la boca del estómago, es fácil que aparezcan reflujo y ardores, también son frecuentes los gases, por la disminución de las asas intestinales y por la compresión del útero. Por estos motivos no se recomiendan alimentos de difícil digestión dos horas antes de acostarse.
En esta semana no hay ninguna prueba diagnóstica, pero en caso de realizarse una ecografía además de ver el ritmo del crecimiento fetal se puede ver como hace muecas, bosteza, se ríe incluso, saca la lengua, da patadas... el corazón se escuchará a un ritmo muy rápido, entre 120 y 160 latidos por minuto.
En la semana 26 de embarazo
Cambios en el feto
Mide aproximadamente 23 cm y pesa 900 gramos, casi casi llega al kg de peso. Es capaz de realizar ciclos de sueño-vigilia, duran menos que en los niños o en los adultos, y gran parte del día está dormido y no se moverá en esos momentos, pero cuando esté despierto se activa y continuará con la actividad. Se desarrollan sus reflejos y puede responder estirando los brazos y las piernas ante de terminados estímulos. El sistema nervioso sigue su desarrollo y ya es capaz de regular la temperatura y de realizar movimientos respiratorios. Aunque dentro del utero no respire, se está “ejercitando” para cuando nazca.
Cambios en la madre
En la mamá no se producen grandes cambios, debe seguir hidratándose para evitar y disminuir las estrías y es recomendable el descanso sobre el lado izquierdo para evitar varices y la hinchazón de las extremidades inferiores. El pecho cambia en el embarazo y en estas semanas la areola es cada vez mayor y más oscura, aparecen además unos pequeños bultitos llamados glándulas de Morgagni, que segregan una sustancia que lubrica el pecho y lo protege en la lactancia frente a infecciones.
Los movimientos fetales a veces son tan evidentes y continuos que pueden llegar a ser molestos e incluso dolorosos. El crecimiento del útero hace presión sobre la vejiga de forma que se hace necesario orinar con mucha frecuencia, si esto ocurre por la noche es recomendable reducir la ingesta de liquido por la noche. En estas semanas se suelen seguir notando las contracciones de Braxton-Hicks.
En este momento no es preciso ninguna prueba específica, salvo que el test de O`Sullivan haya dado positivo y haya que realizar la curva larga de azúcar para confirmar o descartar la presencia de diabetes gestacional.
Semanas 27 y 28
Cambios en el feto
El feto ya mide 24 cm de la cabeza a las nalgas y hasta 34 cm si incluimos los pies. Pesa algo más de 1 kg, hace ya muchas cosas intraútero y entre ellas, el hipo. Se puede ver cómo tiene espasmos, pero sin ruido porque no tiene aire en los pulmones. Estos órganos son los últimos en terminar de formarse. Aunque no los usa realmente antes de nacer porque el oxígeno se lo aporta la placenta, sí empieza a realizar pequeños movimientos respiratorios.
En la semana 28, el feto ya pesa más de 1 kg, más o menos 1100-1200 gramos. La longitud total es de 35-37 cm. Cada vez el feto va adquiriendo más forma de bebé, se va redondeando y va adaptando la forma de recién nacido porque se acumula más grasilla bajo la piel. El cerebro sufre continuos cambios de forma que al madurar se torna menos liso y se definen las circunvoluciones cerebrales y los surcos. El feto ya puede identificar la voz materna y continua con su actividad, realizando movimientos más evidentes y fuertes. Los ojos en este momento son sensibles a la luz, no percibe colores y formas del todo pero al nacer si lo hará.
Cambios en la madre
Es muy posible que en estas semanas, si aún no se han percibido contracciones se empiecen a notar ahora. Son las llamadas contracciones de Braxton-Hicks, son fisiológicas y son de poca intensidad y de corta duración, no son contracciones de parto.
Debido al aumento del volumen del abdomen es probable que la mamá tenga sensación de tirantez en la piel e incluso picores, para ello una buena hidratación es fundamental. Es frecuente que dormir se haga cada vez más incómodo y aparezca el insomnio. Las piernas tienen hormigueo y ganas de moverse continuamente, similar a un síndrome de las piernas inquietas, y se suma que la vejiga esta disminuida de tamaño por el aumento del útero por lo que es fácil que se levante varias veces a lo largo de la noche, dificultando así el descanso.
En la semana 28 es recomendable la administración de la Ig anti D en las mujeres con Rh negativo, y se hace para evitar la formación de anticuerpos contra los glóbulos rojos del feto, la llamada isoinmunización.
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