Rotura del tendón de Aquiles, ¿cómo tratarla?
La rotura del tendón de Aquiles es una de las lesiones más comunes en deportistas aficionados. La lesión se produce por la rotura de las fibras del tendón.
- ¿Qué es el tendón de Aquiles?
- ¿Qué es la rotura del tendón de Aquiles?
- ¿Cómo se produce la rotura del tendón de Aquiles?
- ¿Cómo puedo saber si he sufrido una rotura del tendón de Aquiles?
- Tratamiento y recuperación tras una rotura del tendón de Aquiles
- ¿Cuándo acudir al médico?
¿Qué es el tendón de Aquiles?
El tendón de Aquiles es un tendón que se encuentra en la parte trasera de la pierna. En concreto, en la pantorrilla. Conecta el músculo sóleo y los gemelos con el hueso del talón o calcáneo. Se trata del tendón más potente, voluminoso y resistente del cuerpo, ya que cumple la función de flexionar el pie hacia abajo, por lo que está en constante uso cuando caminamos o movemos el pie. Además, también cumple con cierta función amortiguadora, ya que absorbe el impacto contra el suelo cuando saltamos.
¿Qué es la rotura del tendón de Aquiles?
La rotura del tendón de Aquiles es una lesión bastante común. Se produce cuando aparece una rotura o desgarro de las fibras del tendón y, como consecuencia, esto impide realizar las funciones normales.
Hay que tener en cuenta que la rotura del tendón de Aquiles puede ser total o parcial. La rotura se puede producir cuando el tendón se estira en exceso. Con frecuencia, se produce como consecuencia de una dorsiflexión del tobillo (flexión dorsal), curvatura y acercamiento de los dedos del pie a la espinilla y, en consecuencia, la disminución del ángulo entre el dorso del pie y la propia pierna. Esta lesión es más común en hombres que en mujeres, y suele producirse con maor frecuencia en el lado izquierdo.
¿Cómo se produce la rotura del tendón de Aquiles?
En la mayoría de los casos, la rotura del tendón de Aquiles se produce de forma súbita o repentina, sin necesidad de que existan antecedentes previos ni se hayan experimentado problemas con anterioridad.
De hecho, lo más habitual es que la rotura se produzca durante la práctica deportiva. En este sentido, los deportes de pelota (como, por ejemplo, el baloncesto o el tenis) implican un mayor riesgo de sufrir rotura del tendón de Aquiles. Así mismo, otros deportes, como el atletismo, también son susceptibles de producir esta lesión. Lo más común es que el desgarro se produzca al saltar o durante una carrera.
En este sentido, hay que tener en cuenta que no es tan frecuente en deportistas de élite o profesionales como en deportistas aficionados. Es decir, la persona más proclive a sufrir esta lesión es un hombre de entre 30 y 40 años que lleva una vida sedentaria y que practica deporte de forma esporádica (sobre todo con fines recreativos) y con demasiada intensidad o sin la preparación adecuada.
¿Cómo puedo saber si he sufrido una rotura del tendón de Aquiles?
Cuando el tendón de Aquiles se rompe, es muy habitual escuchar un chasquido o sonido de desgarro que, a continuación, va seguido de un dolor intenso y agudo. En este sentido, muchas personas describen la sensación que experimentan cuando se produce la rotura del tendón de Aquiles de forma similar a la que se produce cuando reciben un golpe o una patada en la zona afectada.
El dolor se experimenta en la parte trasera del tobillo y la pantorrilla (la zona en la que se ubica el tendón de Aquiles). La zona comienza a hincharse y puede llegar a aparecer un hematoma. Una vez que el tendón se ha roto, sobre todo cuando se trata de una rotura total, la persona es incapaz de caminar correctamente. Además, resulta imposible caminar de puntillas o apoyarse sobre la punta del pie afectado.
Si la rotura es parcial, puede que algunos síntomas no sean tan evidentes. Por ejemplo, la persona afectada puede caminar relativamente bien. No obstante, los problemas para andar se irán acentuando de forma progresiva, y la cojera suele empeorar con el paso de los días.
Tratamiento y recuperación tras una rotura del tendón de Aquiles
El traumatólogo es el encargado de valorar la situación del paciente (rotura parcial o completa) y de decidir cuál es el tratamiento más adecuado a aplicar según el caso.
Tratamiento ortopédico no invasivo
En el caso de los desgarros parciales, así como también en algunas ocasiones de roturas completas, el médico puede optar por un tratamiento ortopédico o conservador no invasivo. Es decir, por un tratamiento basado en la inmovilización de la zona mediante el uso de férulas y otras ortesis.
Tratamiento quirúrgico invasivo
No obstante, sobre todo en las situaciones en las que la rotura del tendón de Aquiles ha sido completa, la cirugía también representa uno de los tratamientos que se pueden aplicar para la recuperación. En este caso, se trata de un tratamiento quirúrgico invasivo, y podrá ser de dos tipos:
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Técnica miniinvasiva o percutánea: más sencilla que la cirugía abierta.
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Cirugía abierta: recomendada en pacientes sanos y activos menores de 65 años de edad.
El tratamiento postoperatorio requiere de la inmovilización del tobillo afectado durante varias semanas (entre 6 y 8 semanas, con evaluaciones intermedias). La férula de inmovilización se sitúa por debajo de la rodilla y manteniendo una flexión plantar de unos 20 o 30 grados. No obstante, el ángulo del pie se va modificando al reemplazar el yeso hasta alcanzar la posición plantígrada.
Una vez que se ha finalizado con la inmovilización, se realiza una rehabilitación funcional activa y progresiva bajo control profesional. Esta rehabilitación consiste en ejercicios que permiten recuperar la fuerza y la flexibilidad de la extremidad afectada. Por lo general, la rehabilitación requiere de 8 semanas hasta poder empezar a realizar una carga completa del peso en la extremidad afectada y, entre 4 y 6 meses, hasta que se puede reiniciar la actividad deportiva.
¿Cuándo acudir al médico?
Es difícil pasar por alto una rotura del tendón de Aquiles. Tanto el dolor que produce, como la pérdida de funcionalidad que conlleva (sobre todo cuando se produce un desgarro completo), hacen que el paciente acuda al médico ante los primeros síntomas. En el caso de que estos síntomas no sean tan evidentes (por ejemplo, si se ha producido un desgarro parcial) también es importante acudir al médico para que pueda evaluar el estado del tendón del paciente y prescribir el tratamiento más adecuado en cada situación.
De este modo, si sospechas que puedes haber sufrido una rotura del tendón de Aquiles (total o parcial), lo más aconsejable es que acudas a tú médico cuanto antes para que pueda realizar una revisión y realizar el diagnóstico correspondiente.
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