Lesión de menisco, ¿debería operarme?

Recibir un diagnóstico de rotura o lesión de menisco no siempre significa que se requiera una cirugía. Aunque en algunos casos puede ser necesaria la intervención, la realidad es que, la mayoría de veces, la solución es realizar un buen plan de ejercicios con seguimiento profesional para recuperar la función y aliviar el dolor. Solo en situaciones específicas se recomienda una operación. Estas lesiones pueden surgir después de un mal movimiento o una torsión de rodilla. Otras, simplemente con el paso del tiempo.
¿Qué son los meniscos y cuál es su función?
Los meniscos son estructuras de cartílago en forma de media luna dentro de la rodilla. Cada rodilla tiene dos: el menisco interno (medial) y el menisco externo (lateral). Actúan como amortiguadores, distribuyendo las cargas, proporcionando estabilidad y protegiendo la articulación. Son esenciales para el funcionamiento saludable de la rodilla.
¿Cuáles son los síntomas de una lesión de menisco?
Los síntomas de una lesión de menisco varían según el tipo de desgarro, la actividad física que realizamos y la edad de la persona. Reconocerlos a tiempo es clave para un tratamiento adecuado. Algunos de los signos más frecuentes incluyen:
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Dolor en la parte interna o externa de la rodilla, especialmente al realizar ciertos movimientos.
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Dificultad para estirar completamente la pierna.
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Sensación de bloqueo o que la rodilla se “traba”.
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Hinchazón leve o rigidez que aparece progresivamente.
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Molestias al agacharse, subir o bajar escaleras o realizar giros bruscos.
Conocer bien la lesión de menisco y sus síntomas puede marcar la diferencia a la hora de decidir el tratamiento más adecuado y evitar complicaciones innecesarias.
¿Sabías esto sobre las lesiones de menisco y sus síntomas?
Muchas personas pueden tener una lesión de menisco sin síntomas evidentes. De hecho, es posible sufrir un pequeño desgarro de menisco y no sentir dolor, rigidez ni limitaciones funcionales. En estos casos, la recomendación principal es mantenerse activo físicamente. El sedentarismo y la falta de fuerza muscular en las piernas son factores que pueden empeorar la condición de la rodilla a largo plazo.
Otro dato importante: escuchar un clic en la rodilla no siempre indica una lesión. Si ese ruido no viene acompañado de dolor, inflamación o pérdida de movimiento, suele ser inofensivo y no requiere tratamiento específico. Los ruidos articulares son comunes y, en muchos casos, no están relacionados con problemas estructurales.
¿Necesito operarme?
La mayoría de las lesiones de menisco no requieren cirugía, sobre todo si el dolor es leve o moderado, no hay bloqueo articular ni sensación de inestabilidad y puedes continuar realizando tus actividades diarias.
La cirugía suele ser necesaria cuando:
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El dolor persiste y no mejora con fisioterapia meniscal.
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La rodilla se bloquea o no se puede mover con normalidad.
¿Cómo se trata una lesión de menisco?
El tratamiento inicial generalmente incluye:
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Aplicación de frío para reducir la inflamación.
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Analgésicos o antiinflamatorios si hay dolor.
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Ejercicios personalizados y fisioterapia para recuperar movilidad y fuerza de la rodilla.
En lesiones leves o degenerativas, un plan de ejercicios bien estructurado puede ser suficiente para retomar tus actividades normales. Si la cirugía es necesaria, el objetivo principal es reparar el menisco, pero incluso después de una operación, es fundamental seguir un programa de ejercicios para mantener una buena fuerza y estabilidad en la rodilla, lo que ayudará a prevenir futuras lesiones.
Comprender bien la lesión de menisco y sus síntomas ayuda a valorar si se necesita simplemente fisioterapia o un tratamiento más avanzado.
La prevención es clave
Muchas veces, las personas se lesionan cuando llevan un estilo de vida sedentario y, de repente, deciden practicar un deporte intenso, como el tenis o el pádel. Si no estás acostumbrado a hacer ejercicio, es fácil sobrecargar las articulaciones y músculos de la rodilla, lo que puede aumentar el riesgo de sufrir una lesión de menisco. Por eso, la prevención es clave: mantener un estilo de vida activo y realizar ejercicios de fortalecimiento muscular puede reducir significativamente las posibilidades de lesiones.
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Preguntas frecuentes sobre la lesión de menisco
¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse una lesión de menisco?
La recuperación de una lesión de menisco depende del tipo de lesión y del tratamiento aplicado. Si no se requiere cirugía, el proceso puede durar entre 4 y 8 semanas con fisioterapia adecuada. En caso de intervención quirúrgica, la recuperación puede extenderse entre 3 y 6 meses, especialmente si se ha suturado el menisco. La constancia en los ejercicios de rehabilitación es clave para volver a la actividad normal.
¿Es posible hacer deporte después de una lesión de menisco?
Sí, muchas personas vuelven a practicar deporte tras una lesión de menisco, pero es fundamental respetar los tiempos de recuperación y seguir las indicaciones médicas. Se suele recomendar comenzar con actividades de bajo impacto, como natación o ciclismo, antes de volver a deportes más exigentes. También se aconseja mantener ejercicios de fortalecimiento para prevenir recaídas.
¿Qué tipo de ejercicios están contraindicados tras una lesión de menisco?
Durante la recuperación, es mejor evitar ejercicios de alto impacto como correr, saltar o realizar giros bruscos. También se deben evitar los ejercicios que impliquen flexión profunda de rodilla o carga excesiva hasta que el profesional lo autorice. Iniciar estos movimientos demasiado pronto puede agravar la lesión o retrasar la curación.
¿Una lesión de menisco puede empeorar si no se trata?
Sí, dejar una lesión de menisco sin tratamiento puede provocar un deterioro progresivo de la articulación. El desgaste del cartílago y la inestabilidad de la rodilla pueden aumentar el riesgo de artrosis a largo plazo. Incluso si los síntomas son leves, es importante consultar con un profesional para evitar complicaciones futuras.
¿Qué diferencia hay entre una lesión de menisco interna y una externa?
La diferencia se refiere al lugar donde ocurre la lesión: el menisco interno (medial) está en la parte interior de la rodilla, mientras que el externo (lateral) se encuentra en el lado opuesto. Las lesiones internas son más comunes y suelen deberse al desgaste o movimientos repetitivos. Las externas suelen asociarse a traumatismos o giros bruscos. La localización influye en el tipo de molestias y en el tratamiento recomendado.
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