¿Eres empático?

La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar de otra persona sin dejar de ser uno mismo. Es el resultado de saber conectar, reconocer y comprender los sentimientos, racionamientos y motivaciones ajenas, y responder a sus necesidades, pero todo ello sin perder la propia visión de la realidad.
No hay que confundir ser empático con estar de acuerdo con la otra persona. La actitud empática implica comprensión y respeto por las posiciones de los demás y la aceptación de las motivaciones ajenas como legítimas, a pesar de que puedan encontrarse muy alejadas de las propias.
Así, la empatía es una habilidad social que se puede entrenar y desarrollar a lo largo de la vida. Entre muchos de sus principios, facilita una adecuada sociabilidad y las relaciones afectivas con los demás, potencia la comunicación de calidad, la complicidad y la capacidad de influir positivamente y, a su vez, es fuente de enriquecimiento personal. Esta capacidad está relacionada con una mejor adaptación a los diferentes contextos en los que uno se encuentra y a un mejor afrontamiento de los conflictos o dificultades que se le presentan.
¿Cómo valorar si una persona tiene empatía?
- Detectar la facilidad o tendencia a escuchar a los demás, de buscar explicaciones y tratar de comprender sus actitudes y comportamientos.
- El interés y la capacidad de observación de las personas que le rodean, de sus movimientos, gestos, expresiones faciales, reacciones, tonalidades en la voz, etc.
- La facilidad para intuir y adivinar los estados anímicos y los sentimientos o emociones de los demás.
- El esfuerzo por captar las experiencias y vivencias de otras personas desde la perspectiva de éstas y no desde la propia.
- El desarrollo de la capacidad de olvidarse por unos momentos de uno mismo, de los propios estados, situaciones vitales y puntos de vista, intentando aproximarse a la realidad del otro.
- En la escucha de un relato por parte de otra persona, la tendencia a validar, reconocer y otorgar la importancia que merecen las experiencias narradas por esa persona, en lugar de quitarle importancia, mostrar indiferencia, juzgar o ridiculizar.
- La sensibilidad social y en relación a determinados acontecimientos o situaciones que se desarrollan alrededor. El interés, la preocupación y la compasión hacia personas desfavorecidas o que se hallan en situaciones difíciles, así como ante problemas los ajenos.