Meditación para niños

Fundamentalmente, la meditación consiste en vivir un estado de atención concreto (por ejemplo, prestar atención a nuestra respiración), de consciencia y un ejercicio pleno de los sentidos que conduce a la autocomprensión y autoaceptación.
¿Qué es la meditación?
Es una práctica que pueden realizarla niños y adultos aportando muchos beneficios. Según los expertos en mindfulness, es una de las formas más eficaces para ayudar a los niños pequeños a afrontar mejor la vida, tanto desde un punto de vista personal, intrapersonal o académico. La meditación permite comprender y dirigir los pensamientos y emociones, no mediante la represión, sino mediante aceptación. Es posible que este tipo de prácticas proporcionen satisfacción, felicidad y mayor autoestima.
La meditación no es una medicina, no es adecuado prescribirla como remedio a una patología en concreto, es un estilo de vida que puede beneficiar a cualquier ser humano que la practique. Meditar es estar con uno mismo, el camino del autonocimiento y crecimiento interior.
Beneficios de la meditación para los más pequeños
A nivel orgánico parece ser que la meditación mejora el desarrollo neurológico y el sistema cardiovascular. A nivel cognitivo, el niño que aprende a meditar, puede mejorar su capacidad de atención, de abstracción, de lógica o de cálculo.
A nivel emocional, el niño que practica la meditación es consciente de sus emociones y sus propios límites, por lo que es capaz de desarrollar una mayor asertividad y empatía hacia los demás, mejorando sus habilidades sociales.
En resumen:
- Aumenta su capacidad creativa
- Mejora la toma de decisiones, disminuyendo la impulsividad
- Mejora la concentración
- Reduce los niveles de estrés
- Ayuda a un mejor autoconocimiento y autoestima
- Enriquece y mejora las relaciones con los demás
- Potencia el desarrollo del ser humano enriqueciendo todas sus facetas