Tener miedo al COVID, ¿es miedo o preocupación?

El miedo realmente no es un problema, siempre y cuando aparezca delante de un peligro real. Sentir miedo nos ayuda a prepararnos y a decidir cual va a ser la respuesta adecuada para luchar contra él como, por ejemplo, salir corriendo delante de un perro con la boca abierta. Se trata de un miedo adaptativo, un miedo funcional. El problema aparece cuando este miedo se nos escapa de las manos, se transforma en ansiedad, y ya no obedece a la racionalidad, sino que se rige simplemente por el impulso emocional de pretender el riesgo cero, cosa que no existe, y a la que precisamente nos tenemos que acostumbrar todos, mientras el virus siga con nosotros.
- ¿Cuál es la diferencia entre tener miedo y estar preocupado?
- ¿Quiénes son las personas más propensas a tener miedo al COVID?
- Miedo al COVID si has pasado la enfermedad
- Si alguien de tu entorno cercano ha sufrido la enfermedad
- Si todavía no la has tenido, ni conoces a nadie que la haya pasado
- ¿Cuáles son los miedos más frecuentes como consecuencia del COVID?
- Recomendaciones para evitar tener miedo al COVID
¿Cuál es la diferencia entre tener miedo y estar preocupado?
El miedo es el virus más grave que puede afectar a los seres humanos. Hace que entremos en pánico y tomemos actitudes irracionales como discriminar a los demás, desarrollar trastornos ansiosos, fobias, depresión… y nos hace perder la habilidad para reinventarnos y responder inteligentemente a situaciones estresantes.
La preocupación, sin embargo, es un signo de conexión con la realidad. Un sentimiento que nos lleva a comportarnos de forma respetuosa con las medidas de precaución recomendadas.
¿Quiénes son las personas más propensas a tener miedo al COVID?
Aunque es probable que todos los que han pasado la enfermedad sufran ciertas dificultades psicológicas, los más vulnerables a sentir un miedo patológico son todos aquellos que han estado hospitalizados, pues a la experiencia de la enfermedad hay que sumarle estresores intrahospitalarios y ambientales que agravan el impacto emocional. Imagina estar muy enfermo y encontrarte aislado sin la compañía amorosa y tranquilizadora de tus seres queridos, ser testigo en primera línea de otras muertes, o sufrir la intensa impresión de contemplar a otras personas inmóviles enchufadas a respiradores. El miedo al COVID en estos casos podría dar origen a posibles trastornos de estrés postraumático y patrones anormales de sueño.
En los casos en los que la enfermedad ha impactado de forma directa a personas cercanas hay una mayor prevalencia de problemas relacionados con la salud mental, sobre todo ansiedad, depresión y Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), teniendo su origen todos ellos en el miedo por la pérdida de bienestar, la salud propia y la de los suyos.
En este grupo es más posible encontrar a personas que necesitan una probabilidad matemática de riesgo cero para seguir viviendo. Personas que no piensan salir a la calle hasta que salga una vacuna, y que mediante sus conductas de evitación (no salgo a comprar, ni a tirar la basura…) han creado un peligro imaginario mucho mayor del que existe en la realidad. En ellos, predominan los trastornos ansiosos y ataques de pánico.
Porque estamos preocupados, usamos mascarilla, nos lavamos constantemente las manos y usamos gel hidroalcohólico, y respetamos la distancia de seguridad. Y porque no queremos ansiedad, salimos a la calle y no nos quedamos en casa encerrados esperando a que ese riesgo cero llegue.
¿Cuáles son los miedos más frecuentes como consecuencia del Covid?
- Miedo al COVID por contagio: muchas personas evitan situaciones en las que se puedan sentir en peligro, como también realizan de manera compulsiva rituales para reasegurarse que no se han contagiado.
- Miedo a la enfermedad: se observa en un aumento de a los médicos, y búsquedas sobre enfermedades en Internet. Acabar teniéndole miedo a tener fiebre deriva en problemas de ansiedad ante cualquier síntoma que pueda aparecer.
- Agorafobia: consiste en evitar lugares públicos, y tendencia a pasar mucho tiempo en casa por temor a que suceda algo. En este caso, el miedo al contagio puede derivar en aumento de ansiedad, dando lugar a ataques o no de pánico, pero reforzando de manera inadecuada las conductas agorafóbicas.
- Fobia social: Dada la disminución de contactos sociales, las personas que ya tuvieron ciertos miedos sociales, pueden intensificar la fobia.
Recomendaciones para evitar tener miedo al COVID
Para prevenir que nuestra salud psíquica sea infectada por nuestros miedos tenemos que enfrentarnos a la vida cotidiana, de lo contrario, nos sensibilizaremos a cosas que son normales, como por ejemplo tirar la basura. El miedo se vence exponiéndose a él. Además, es importante tener un menú informativo sano para no caer en la infoxicación, o volvernos adictos a la sensación de alarma y necesidad de protección. Centrarnos en los positivo, buscar apoyo afectivo en el entorno, evitar la estigmatización de las personas afectadas y, también recurrir al humor como válvula de escape ante el tsunami de virología.