Trastorno adaptativo: ¿cómo prevenirlo?
Nuestro cerebro cuenta con una gran aliada: la plasticidad cerebral. Esta es capaz de generar adaptaciones neurológicas, según las nuevas situaciones a las cuales se enfrente nuestro cerebro. Pero en ocasiones, cuando un cambio nos sobrepasa, podemos sufrir el llamado trastorno adaptativo. Descubre qué es, cuáles son las causas y cómo prevenir este trastorno en este artículo.
Cómo nos adaptamos a ciertas situaciones
Conviene saber que, a pesar de que los humanos contamos con recursos adaptativos, no siempre sabemos cómo aplicarlos. O tal vez, ni tan siquiera hemos sido capaces de experimentar nuestros propios límites y conocer nuestra capacidad de adaptación, frente a situaciones que nos provocan un gran estrés. Algunos ejemplos podrían ser grandes cambios vitales, momentos intensos de gran carga emocional, realidades inesperadas que cambian sin que podamos prepararnos con anterioridad para abordarlas, acontecimientos repentinos que comportan un gran sufrimiento o malestar (pérdidas, muertes, etc.)...
Cuando un cambio vital nos sobrepasa, y el medio que nos rodea sufre modificaciones que vivimos e interiorizamos como insuperables, puede surgir lo que conocemos como trastorno adaptativo. Este tipo de dificultad diagnóstica emerge como una respuesta anómala a un elemento estresante, que aparece en nuestras vidas sin avisar y que no somos capaces de afrontar. En estos casos, el mecanismo de adaptación al nuevo entorno que nos rodea falla, provocando así un malestar y deterioro significativo en la vida de las personas que lo padecen.
Características principales de un trastorno adaptativo
En función de la susceptibilidad y vulnerabilidad que tengamos las personas a situaciones psicosociales cambiantes o estresantes, vamos a experimentar un mayor o menor riesgo a llegar a desarrollar un trastorno adaptativo.
Las características que definen el diagnóstico para un trastorno desadaptativo son:
-
Presencia de síntomas emocionales o conductuales (tales como aumento del nivel de ansiedad, nerviosismo, falta de apetito, bajo estado de ánimo, etc.) en un periodo de tres meses, desde la aparición del cambio o evento vital que nos descoloca o nos resulta altamente estresante.
-
Esta respuesta al cambio es desmesurada y la presencia de los síntomas que desarrollamos provoca un malestar y deterioro significativos en nuestro día a día.
-
Además, este malestar interfiere en ciertas actividades cotidianas de la vida diaria como, por ejemplo, en el rendimiento laboral y académico o en nuestras actividades sociales. Esto se puede traducir en dificultades para concentrarnos, en aislamiento social o exceso de momentos de soledad.
-
Puede darse también una seria dificultad para regular las emociones que experimentamos, frente a esta situación de cambio estresante.
-
En función de su duración, inferior o superior a los seis meses, hablamos de trastorno adaptativo agudo o crónico, respectivamente.
Causas y factores de riesgo de un trastorno adaptativo
El trastorno adaptativo se suele desencadenar en un contexto de vida específico. Además, también hay ciertos factores de riesgo que pueden actuar como detonante.
Entre las causas encontramos:
-
Estar pasando por un cambio drástico de vida.
-
Ciertas relaciones personales.
-
Una enfermedad grave o un diagnóstico letal
-
Y, por supuesto, las condiciones de vida y no tener cubiertas las necesidades básicas (vivienda, comida…).
Los factores de riesgo que pueden conducir a las personas a padecer este trastorno son: tener una personalidad dependiente, depresiva, una autoestima baja o haber sufrido abusos, entre otros.
2 claves para prevenir la aparición de un trastorno adaptativo
Ahora ya sabemos que los trastornos adaptativos existen y que cualquiera de nosotros, en un momento determinado, puede exponerse a padecerlos. Vamos a ver dos herramientas básicas que pueden resultarnos de gran ayuda, para prevenir el riesgo de que un trastorno adaptativo aparezca:
1.- Entrenar nuestra resiliencia
Si nunca has oído hablar de la resiliencia, ahora es el momento de poner toda tu atención. La resiliencia se define como la capacidad para afrontar las adversidades, ligada al grado de flexibilidad que aplicamos, para sobreponernos a las situaciones que nos despiertan dolor emocional intenso o estrés significativo.
Si cuando vivimos eventos traumáticos y cambiantes, lo hacemos de forma consciente, respetando lo que sentimos y pensamos y cómo lo hacemos, vamos a tener una mayor facilidad para recuperarnos de las desavenencias vividas. De esta manera, incluso experimentaremos a posteriori un crecimiento personal que nos hace ser más fuertes.
2.- Soltar el control
Afinar nuestra tolerancia a tener todo bajo control: cuanto antes asumas que tener el control de todo lo que sucede en la vida es más una utopía que una realidad natural, será más fácil asumir y afrontar acontecimientos cambiantes que nos resulten a priori difíciles. Eso sí, en ningún caso ¡serán inasumibles!
El ser humano se sobrepone de forma innata. Sin embargo, para ello hay que empezar creyendo que sí seremos capaces. El trastorno adaptativo puede ocurrir en nuestra vida y saber hacerle frente es primordial. ¿Quieres más información sobre este asunto? ¿Crees que puedes estar padeciendo trastorno adaptativo? Consulta con un especialista en psicología o psiquiatría que te ayude y te acompañe en este momento de tu vida.
Preguntas frecuentes sobre el trastorno adaptativo
¿Cuánto tiempo dura el trastorno adaptativo?
Este tipo de trastorno psicológico puede hacerse crónico, pero en general se estima una duración de unos tres meses.
¿Se puede obtener un grado de discapacidad con el trastorno adaptativo?
Sí. Si se trata de una situación moderada, hasta un 33 %. Si, por el contrario, es grave, se puede dictaminar un 65 % de discapacidad.
¿Cuántas fases tiene el trastorno adaptativo?
Se suele hablar de tres. Uno inicial de alarma, otro posterior llamado resistencia y el tramo final en el que se da un agotamiento.
Productos y servicios relacionados