Sedentarismo

15 Oct 2012
descanso en casa

El sedentarismo es uno de los problemas de salud más preocupantes del siglo XXI. Debemos seguir una serie de pautas para lograr una vida activa.

  1. ¿Cómo evitar el sedentarismo?
  2. Importancia de la actividad física

¿Cómo evitar el sedentarismo?

El término actividad física hace referencia a la totalidad de la energía que gastamos al movernos (andar, subir escaleras, ir a la compra...). Por otro lado, el ejercicio físico es el movimiento corporal realizado en un esfuerzo planificado e intencionado dirigido a mejorar la forma física y la salud del individuo (bicicleta, aeróbic, deportes de competición...).

Lo contrario del ejercicio físico es el sedentarismo, definido como un hábito caracterizado por carencia de actividad física. En la última encuesta Nacional de Salud de España de 2006, se observó que un 47% de la población española era sedentaria. El sedentarismo es una conducta relativamente moderna, puesto que en décadas recientes, el estilo de vida existente conllevaba un importante componente de actividad física que no se contempla ahora (en la edad de piedra, el cazador y el recolector recorrían unos 40 km diarios; el hombre actual no llega a los 2 km; la fuerza muscular constituía casi el 90% de toda la energía necesaria en el proceso de trabajo y actualmente sólo alcanza el 1%).

Importancia de la actividad física

Las modificaciones en los hábitos alimentarios y la reducción en la actividad física debidas a nuevas estructuras sociales y de trabajo están originando que enfermedades como la obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, determinados tipos de cáncer y otras, estén alcanzando cifras de auténtica epidemia en nuestro entorno. La meta principal de las políticas de salud pública es ofrecer a las personas las máximas oportunidades de disfrutar de muchos años de vida saludable y activa y por tanto, se requieren de manera urgente medidas para prevenir las consecuencias adversas de unos hábitos alimentarios inapropiados y de la inactividad física. Por tanto, se recomienda incluir la actividad física como parte del régimen alimentario, la nutrición y la salud, ya que:

  • La actividad física regular protege contra un aumento de peso perjudicial y las personas que mantienen una actividad física elevada son menos propensas a engordar, ya que mantienen una mayor cantidad de masa magra, lo que les ayuda a tener un metabolismo más activo evitando que pierdan masa muscular y acumulen grasa.
  • El aumento de actividad física reduce el riesgo de padecer diabetes tipo II con independencia del grado de adiposidad y ejercicios vigorosos pueden aumentar sustancialmente la sensibilidad a la insulina.
  • Un mínimo de 30 minutos de actividad física de intensidad, cuanto menos moderada, la mayoría de los días de la semana es suficiente para mejorar la salud cardiovascular hasta el nivel comprobadamente asociado a un menor riesgo de ECV.
  • Mantener un peso adecuado en adultos procurando que el IMC se encuentre entre el intervalo de 18,5 y 24,9 kg/m2 y realizar una actividad física como caminar a paso ligero podría tener un efecto adicional de prevención del cáncer. Se calcula que el peso corporal y la inactividad física son responsables de entre la quinta y la tercera parte de varios de los cánceres más comunes, concretamente los cánceres de mama, colon, endometrio, riñón y esófago.
  • Una actividad física que mantiene o incrementa la potencia muscular, la coordinación y el equilibro como determinantes importantes de la propensión de caídas es beneficiosa para prevenir las fracturas osteoporóticas. Además, una actividad regular de levantamiento de pesos a lo largo de toda la vida, especialmente de forma vigorosa y con participación de los huesos, aumenta la masa ósea máxima durante la juventud y ayuda a conservar la masa ósea en edades más avanzadas de la vida.
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