Relaciones laborales tóxicas, ¿cómo mejorarlas?
Tomar las riendas de cómo nos sentimos en una relación laboral nos ayudará a tolerar a esas personas insoportables para nosotros y con los que podemos llegar a generar relaciones laborales tóxicas. Trabajar con alguien que no soportas no ha de perturbar nuestra felicidad.
Poder en la relación laboral
Quien te enfada, te domina, “tú eres el responsable de cómo me siento”, “por tu culpa, yo estoy así de mal”. Cuando alguien consigue enfadarnos es porque nosotros le hemos concedido el permiso para poder hacerlo, pues lo que hay detrás de esa reacción es que “lo que tú piensas de mí, es más importante que lo que yo pienso de mí”. En estos casos, la responsabilidad de cómo nos sentimos se dirige hacia fuera, hacia los otros, de modo que, dependiendo de ellos, así es como nos sentiremos nosotros.
Esta forma de funcionar le otorga un poder enorme a los demás sobre nuestros sentimientos, ya que resulta más fácil culpar al compañero y que sea él quien tenga que lidiar con nuestro cabreo, que hacernos responsables de nuestro estado interno e intentar controlar nuestras acciones, comentarios y actitudes durante la relación laboral. De modo que, si en algún momento sientes que otra persona con sus actitudes negativas está influyendo mucho sobre ti, es porque inconscientemente le has cedido ese control.
Cambia tú para evitar relaciones laborales tóxicas
A lo largo del día nos relacionamos con multitud de personas, y de vez en cuando, tenemos que lidiar con algunas que nos resultan verdaderamente insoportables y con quienes podemos llegar a crear relaciones laborales tóxicas. En el trabajo, es normal que no todos nos caigan igual de bien y que algunos nos resulten difíciles de tratar, e intentar cambiarlos para que sean como nosotros consideramos que deberían ser, resulta una pérdida de energía y tiempo inmensa y nos conduce directos al fracaso, ya que chocar continuamente contra un muro solo sirve para hacernos daño.
Como seres inteligentes y civilizados que somos, es nuestra obligación aprender a transformar los conflictos e intentar llevarnos bien con los demás, resulta más útil aprender a tener el control para tolerar a esas personas insoportables y así evitar que perturben nuestra felicidad. “¿No es más sencillo cambiarnos a nosotros mismos que tratar de cambiar a los demás?”. La responsabilidad asusta, pero es la que nos permite ser dueños de nuestra vida.
7 claves para relaciones laborales no tóxicas
Las relaciones laborales tóxicas afectan al trabajo. Esto hace que tengamos que tomar una serie de precauciones. Para ello obsérvate y reconoce qué es lo que verdaderamente esa persona mueve en tu interior:
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Rivalidad: la otra persona como un reflejo de ti mismo
Puede que esa persona con la que te cuesta tanto trabajar tenga mucho que ver contigo y por eso la concibas como a un rival. Alguien que podría quitarte el puesto de trabajo, aunque seguramente ni siquiera lo pretenda, o que sea tan aficionado como tú a hacer chistes y te quite protagonismo. Lo que en otro contexto podría haber sido un amigo con quien compartir cosas en común, en el contexto laboral se puede convertir en un “enemigo”, dando lugar a relaciones laborales tóxicas. Es algo que resulta difícil de admitir porque lo que molesta del otro habitualmente son cosas que no acepto o no me gustan de mí, pero recuerda que uno sólo puede ver en el otro lo que hay dentro de uno mismo, así que reflexiona y pregúntate ¿qué de mí veo en el/ella? Seguramente encuentres algo a trabajar en tu interior y, cambiándote a ti, conseguirás que te caiga mejor.
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Frustración: la otra persona como un reflejo de lo que tu querrías ser y no eres
También puede suceder el efecto contrario, es decir, que la otra persona tenga un rasgo tan opuesto al tuyo que te haga ver la necesidad de equilibrarlo en tu vida y por ello te dé rabia. Ver en otra persona las cualidades que uno mismo no posee o las metas que aún no ha alcanzado puede generar frustración y que ésta se proyecte hacia fuera, hacia ese individuo. Así que, reflexiona y pregúntate ¿qué tiene el otro de lo que yo carezco? Intenta cambiarlo y conseguirás que te caiga mejor.
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Atrévete a investigar a esa persona
Cuanto mejor conoces a una persona, más fácil es tolerarla. La reacción habitual ante alguien que nos cae mal es distanciarnos e intentar coincidir lo menos posible, pero lo que este movimiento provoca es que la prejuzguemos y rellenemos los vacíos con información que coincida con el estereotipo que le hemos otorgado. Pero si no nos dejamos llevar por esa primera impresión y damos la oportunidad de conocerlo mejor, seguramente descubramos a una persona muy diferente y sobre todo es posible que encontremos a alguien con quien podemos empatizar; al fin y al cabo, todos compartimos un ciclo de vida familiar y nos enfrentamos a problemas similares a lo largo de la existencia. Por ello, atrévete a saber más de esa persona, pregunta a su entorno, relaciónate, en definitiva, aventúrate a conocerlo mejor. Recuerda que, si alguien te cae mal, es posible que tengas que conocerlo mejor.
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Rechaza lo que no te hace bien
Cuando alguien nos insulta o hace algo que no nos gusta es como si nos estuviera ofreciendo un regalo. Si no lo aceptamos, el regalo seguirá siendo de la persona, pero si lo aceptamos nos lo llevaremos con nosotros y quedará en nuestro interior por un tiempo, alimentando esas relaciones laborales tóxicas . Piensa en los insultos, las provocaciones o incluso las acciones de otros como esos regalos que nosotros podemos elegir rechazar. Cuando alguien te ofrece un regalo, y no lo aceptas… ¿a quién le pertenece?
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No le demuestres que te molesta su actitud
Cuando eres consciente de que alguien provoca en ti determinadas emociones negativas y en consecuencia ciertas reacciones que no ayudan a apaciguar su intensidad, intenta tomarte tu tiempo para relajarte antes de hablar con él/ella, da una vuelta, tómate un té, haz respiraciones…, una vez calmado puedes dirigirte a esa persona con voz suave, dándole a entender que no te afecta su actitud.
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Acepta que hay cosas que no dependen de ti
Los discursos internos relacionados con lo injusta que es la vida solo nos llevan a sentirnos desgraciados. La existencia está llena de infinitud de problemas, pero también de muchos momentos maravillosos; la posición victimista y la baja autoestima pueden provocar que uno solo focalice su mirada en las cosas negativas, y esto le posicione ante el mundo con una actitud irritable frente a los demás, haciendo que un compañero del trabajo que no nos cae bien arruine por completo nuestra felicidad, sin tener en cuenta que hay muchos otros aspectos de la vida que funcionan bien.
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Quita valor a lo que no lo tiene
Si cada preocupación se convierte en una batalla personal, estarás combatiendo día y noche. No hagas el centro de tu universo a esa persona que no soportas, pues, le estarás dando una posición muy alta en tu escala de valores. Tú decides qué es importante y qué no lo es.
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Haz una lista de cosas que la gente hace y consiguen que te enfaden
Tomar conciencia de lo que desencadena nuestras emociones negativas nos ayuda a evitar que lo que hagan los demás consiga enfadarnos.