Personas mayores en verano: cuidados y recomendaciones
Es una época de cambio de hábitos (horarios, sitios, alimentación, etc.) y de temperaturas extremas, situaciones todas que van a complicar el disfrute para los mayores, ya que la vejez disminuye y enlentece la capacidad del organismo para responder a estas variaciones. Por ello, el cuidado de personas mayores es tan importante.
Es importante tener en cuenta unos consejos y advertencias para que les personas mayores puedan vivir esta época del año plenamente.
Cuidado de personas mayores ante las temperaturas veraniegas
En los ancianos la tolerancia a los cambios de temperatura es reducida, y ante altas temperaturas el sistema cardiovascular tiene menor capacidad de adaptación; es posible que haya más episodios de hipotensión arterial (con el riesgo de mareos y caídas al suelo), empeoramiento de la función del corazón en pacientes con insuficiencia cardiaca, aumento de los edemas en piernas en caso de varices, etc.
Es importante evitar las temperaturas extremas, saliendo a pasear o a hacer ejercicio en las horas de menor insolación (mejor a primera hora de la mañana o a la caída de la tarde), permanecer en ambientes frescos con aire acondicionado (pero a una temperatura no inferior a 23ºC), manteniendo la casa en penumbra, usando abanicos o ventiladores, o incluso pasar las horas de más calor en edificios con aire acondicionado (centros comerciales, asociaciones culturales, bibliotecas etc.).
Es también interesante vestir ropa amplia de colores claros, calzado fresco y cómodo, y usar gorras y sombreros, para ayudar al organismo a combatir el exceso de temperatura ambiente.
De esta manera, evitaremos el temido golpe de calor, que puede hasta hacer peligrar la vida de los ancianos frágiles, por deshidratación e hipertermia.
Hidratación como cuidado de personas mayores en verano
La disminución de la percepción de la sensación de sed, con la lógica disminución de la ingesta de líquidos y el aumento de la transpiración, al que en muchos casos se une la toma de diuréticos, hace que en las personas mayores el riesgo de deshidratación sea más alto que en las personas más jóvenes. Por esto es muy importante que, además de evitar la permanencia en lugares excesivamente caldeados (como ya hemos comentado antes) insistamos en la toma de líquidos, aunque no haya sed. Estos pueden ser agua, zumos de fruta, refrescos sin azúcar, suplementos para la hidratación de deportistas, horchatas, o incluso comer más frutas y verduras (un gazpacho es una forma excelente de tomar líquidos ricos en sales minerales).
Se ha de evitar el consumo de bebidas alcohólicas, ya que además de disminuir los reflejos y favorecer las caídas, aumenta el riesgo de deshidratación.
Alimentación para el cuidado de personas mayores
En verano no suelen apetecer platos como sopas o guisados, ya que dan más sensación de calor, sino que es más habitual tomar ensaladas o sopas frías como el gazpacho. En estos casos, y especialmente en los mayores, es importante asegurarnos la ingesta de proteínas añadiendo a estos platos frescos alguna fuente de éstas: huevo duro picado, dados de jamón cocido o queso, embutidos, etc.
Con el calor disminuye el apetito de muchas personas, por lo que para mantener el mismo aporte de nutrientes es aconsejable realizar ingestas menos abundantes, pero más frecuentes.
Cuidado de personas mayores en los viajes
Los viajes siempre son una actividad excitante y placentera. A cualquier edad, pero más en las personas mayores, es importante seguir unas recomendaciones, especialmente respecto la salud.
En el momento de la marcha nos hemos de asegurar que llevamos las tarjetas sanitarias, así como saber qué documentos y procedimientos hemos de seguir para ser atendidos en el extranjero en caso de presentar un problema de salud (asistencia en el extranjero, tarjeta sanitaria europea, etc.). También es importante no olvidar el botiquín con la medicación habitual, llevando suficiente cantidad para el tiempo de nuestro viaje.
Teniendo en cuenta estos consejos para nuestros mayores, estos podrán vivir y disfrutar del verano plenamente.